
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió la segunda advertencia de riesgo más alta debido al retiro voluntario de un lote de mantequilla distribuido a nivel nacional, informó Newsweek. La medida responde a la detección de un posible alérgeno no declarado en el producto: la presencia de leche que, según señalan las autoridades, no aparece detallada en la etiqueta. La compañía productora, Bunge North America Inc., con sede en Misuri, inició el 14 de julio el retiro de 64.800 libras (29.390 kilogramos) de su NH European Style Butter Blend tras identificar el fallo de etiquetado durante controles de calidad internos.
La FDA clasificó el retiro con un nivel de riesgo de Clase II, precisando que dicha categoría se utiliza cuando el uso o la exposición al producto puede causar consecuencias adversas para la salud que sean temporales o mediables médicamente, mientras que la probabilidad de efectos graves para el consumidor se considera remota. El lote afectado fue empacado en cajas de cartón blanco, cada una de ellas con 36 bloques de mantequilla. El producto está identificado con el código UPC 1 00 78684 73961 2 y pertenece al lote 5064036503. De acuerdo con la información que publica la agencia, la mantequilla fue enviada a 12 centros de distribución en distintos puntos de los Estados Unidos y a un centro adicional en la República Dominicana.
Newsweek detalló que contactó a la empresa responsable, Bunge North America Inc., para solicitar comentarios, aunque no se obtuvo respuesta inmediata debido al horario de la consulta. La compañía inició el retiro del producto de forma voluntaria como medida preventiva, conforme a las regulaciones estadounidenses vigentes para la industria alimentaria. Hasta el momento, la FDA mantiene la alerta y la vigilancia del proceso de retiro, que permanece abierto y en desarrollo en todo el territorio nacional.
En su explicación, la FDA señaló que la clasificación de riesgo de Clase II se aplica a situaciones en las que el uso o la exposición a un producto que viola regulaciones puede derivar en efectos dañinos para la salud de carácter temporal o que puedan ser tratados y resueltos médicamente. Se considera que la probabilidad de casos graves es remota, aunque no desestimable, razón por la que la agencia recomienda máxima precaución a consumidores sensibles o con antecedentes de alergia.
En Estados Unidos, existe una lista de nueve alérgenos alimentarios principales reconocidos por ley federal. La leche, al igual que los huevos, pescado, crustáceos, frutos secos, cacahuetes, trigo, soja y sésamo, debe ser declarada explícitamente en las etiquetas de todos los productos alimenticios regulados. El requisito legal establece que los ingredientes de origen alergénico deben identificarse de manera que el consumidor pueda distinguir la presencia de cualquier posible peligro, refiere la propia FDA en su página oficial.
“Las personas con alergias alimenticias deben leer las etiquetas y evitar los alimentos a los que sean alérgicos. La ley exige que los envases identifiquen la fuente de todos los principales alérgenos utilizados en el producto”, publica la agencia en sus apartados informativos dirigidos al público general y a los fabricantes.

La Mayo Clinic detalla en su sitio web que la alergia a la leche es una respuesta inmune atípica a las proteínas de la leche y sus derivados. La clínica explica que esta es una de las alergias alimentarias más frecuentes en niños y que habitualmente la leche de vaca es la que desencadena la reacción, aunque también pueden causar problemas productos lácteos procedentes de oveja, cabra, búfalo u otros mamíferos. Según el centro de salud, los síntomas pueden variar desde la aparición de ronchas, hinchazón de labios y problemas digestivos, hasta consecuencias graves como la anafilaxia.
“La reacción alérgica ocurre generalmente poco tiempo después de que un individuo consume leche o productos que la contienen. Los signos pueden ir desde silbidos respiratorios, vómitos, urticaria y trastornos digestivos, hasta afecciones graves. La alergia a la leche puede culminar en anafilaxia, una reacción severa y potencialmente mortal”, señala la Mayo Clinic, que subraya la importancia de la detección temprana y el manejo adecuado en entornos de riesgo.
Desde la perspectiva médica, el doctor Sebastian Lighvani, director de New York Allergy & Asthma PLLC, indicó previamente a Newsweek la frecuencia y gravedad de la problemática: “En Estados Unidos, cada tres minutos una persona ingresa a emergencias por una reacción alérgica ocasionada por la ingesta accidental de alimentos”, dijo. Lighvani añadió que el índice de anafilaxia relacionada con alimentos ha aumentado en el país entre un 300 y un 400% en los últimos años, lo que acentúa la relevancia epidemiológica de los controles y las alertas preventivas.