
La Comisión Federal de Comercio (FTC) presentó una demanda en una corte federal de California contra los operadores de la cadena de gimnasios L.A. Fitness, bajo acusaciones de imponer políticas “excesivamente difíciles” para cancelar membresías. La demanda se dirige específicamente contra Fitness International y Fitness & Sports Clubs por presuntamente emplear procedimientos intencionalmente complejos para impedir que los clientes logren terminar sus suscripciones o cesar cargos recurrentes.
La FTC indicó que las empresas demandadas han cobrado “cientos de millones de dólares” en cuotas no deseadas a través de estos procedimientos de cancelación. Según la denuncia formal, se ha detectado una falta de transparencia y múltiples requisitos contradictorios durante el proceso de cancelación, presentados tanto al momento de la inscripción como en contratos y sitios web. Las empresas, con sede en California, operan más de 600 gimnasios bajo las marcas L.A. Fitness, Esporta Fitness, City Sports Club y Club Studio; cuentan con aproximadamente 3,7 millones de miembros en Estados Unidos.
Christopher Mufarrige, director del Buró de Protección al Consumidor de la FTC, declaró que “la queja de la FTC describe un escenario que muchos estadounidenses han vivido: una membresía de gimnasio que parece imposible de cancelar”. De acuerdo con la agencia, decenas de miles de miembros de L.A. Fitness han reportado dificultades, ya que la cancelación suele estar limitada a horarios específicos o requerir la presencia de determinados gerentes, quienes frecuentemente no se encuentran disponibles.

De acuerdo con los documentos oficiales, los métodos vigentes para cancelar la membresía en L.A. Fitness y otras cadenas vinculadas incluyen un procedimiento presencial o por correo postal. Según la FTC, ambos procesos resultan restrictivos y confusos: para cancelaciones presenciales, el cliente debe acudir en persona durante horarios limitados y solo podría realizar el trámite con un empleado específico autorizado.
Para optar por el correo postal, se requiere descargar e imprimir un formulario accesible únicamente desde el sitio web del gimnasio, lo que implica ingresar con credenciales que muchos clientes no recuerdan o han extraviado. La opción de cancelación por correo presenta, además, cargos extra, ya que la empresa sugiere enviar el aviso mediante correo certificado o registrado. La FTC señala que los usuarios no reciben información clara sobre cómo proceder con la cancelación en el momento de la inscripción.
Asimismo, algunas personas se inscriben inadvertidamente a servicios adicionales con cargos periódicos, sujetos a requisitos distintos de cancelación. A pesar de que Fitness International afirma permitir la cancelación en línea para ciertos servicios, la FTC puntualizó que esta posibilidad está “enterrada” en el sitio web y solo disponible para suscripciones con acuerdos individuales. Además, los clientes no pueden realizar ese trámite a través de la aplicación móvil de la empresa.

Las membresías en las cadenas mencionadas cuestan entre 30 y 299 dólares mensuales, más cuotas anuales y el pago anticipado del primer y último mes. En muchos casos, quienes intentan cancelar suspendiendo los pagos desde sus cuentas bancarias o tarjetas sufren recargos, ya que la empresa reactiva los cobros utilizando nuevos números de cuenta. La FTC acusa a Fitness International y Fitness & Sports Clubs de incurrir en violaciones a la Ley de la FTC y la Ley para Restaurar la Confianza de los Compradores en Línea.
La acción judicial tiene como propósito obtener una orden judicial que prohíba la conducta señalada y reembolse los importes cobrados a los afectados. El director Mufarrige subrayó que la agencia “no dudará en actuar en defensa de los consumidores cuando crea que las compañías limitan la capacidad de decidir sobre sus cargos recurrentes”. Esta demanda forma parte de una serie de acciones de la FTC contra empresas que dificultan la cancelación de suscripciones.
El año pasado, la FTC promovió nuevas reglas para simplificar la cancelación de suscripciones, conocidas popularmente como “click-to-cancel”. Esta regulación buscaba obligar a las empresas a permitir que los consumidores rescindan servicios recurrentes con la misma facilidad con la que los contratan. Sin embargo, la implementación de esta norma fue interrumpida por una resolución de una corte federal de apelaciones poco antes de su entrada en vigor.

Jill Hill, presidenta de operaciones de clubes en Fitness International, respondió que “las alegaciones carecen de fundamento” y expresó su descontento por la acción emprendida por la agencia, informó CBS News. La directiva señaló que la mayoría de las membresías, en particular las de entrenamientos personalizados, se compran presencialmente y que la empresa ha cumplido con la normativa estatal vigente en materia de cancelaciones.
Hill explicó que la compañía mantiene un programa en línea para cancelar suscripciones y ha adoptado medidas para mejorar continuamente los procedimientos de inscripción y cancelación. Señaló que la empresa se ajustó al llamado “click-to-cancel rule” promulgado por la FTC, aunque esta norma fue anulada antes de entrar en vigor. Por último, Hill aseguró que la empresa ofrece, como mínimo, las opciones de cancelación requeridas en cada estado donde opera, y que trabaja para facilitar el proceso a los clientes.