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hace 4 horas
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Los hermanos Agustín y Francisco Gómez Jacod, de 18 y 20 años, se consagraron campeones en un prestigioso torneo internacional realizado en Brasil, y ahora se preparan para representar a Argentina en un Mundial de Robótica que tendrá lugar en Japón a fin de año.
“Los robots argentinos sorprenden al mundo y ahora vamos por el Mundial en Japón”, afirmaron en Infobae en Vivo. Durante el programa de la mañana, dialogaron con Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
Los jóvenes de San Miguel fueron galardonados en Brasil en el RSM Challenge Internacional 2025 en São Paulo, tras competir con equipos de todo el continente y obtuvieron así el pasaje para la máxima cita mundial, el All Robot Sumo Tournament, que se celebrará en Japón durante diciembre.
La historia de los estudiantes comenzó en la Liga Nacional de Robótica Argentina, donde compitieron y triunfaron en varias ediciones en la categoría sumo robótico. “Hace tres años que venimos participando y siempre ganando en varias categorías”, relató Agustín, hoy estudiante en la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Haedo, mientras que su hermano cursa el último año técnico en secundaria.
De hecho, Francisco explica: “Desde el colegio nos inculcaron en el programa educativo el armado de robots, nuestra escuela apostó mucho a la robótica y gracias a la competencia local fuimos ascendiendo”.
Los hermanos compartieron detalles del certamen que abrió las puertas al ansiado desafío global. “En Brasil se presentaron más de mil robots y ganamos la categoría mini-sumo, con un bot desarrollado íntegramente en casa usando componentes que muchas veces tuvimos que adaptar porque no estaban disponibles en Argentina”, destacó Agustín. Además, recordó su paso exitoso por torneos en Ecuador y su participación virtual en competencias durante la pandemia en Colombia y Canadá, lo que les permitió perfeccionar habilidades en electrónica y programación.
Francisco, de tan sólo 18 años, detalló la dinámica de la competencia: “Todos los robots se enfrentan uno contra uno en una pista circular llamada tatami. La idea es que el primero que logra que su rival toque el suelo fuera del círculo, gana. Para eso hay que combinar programación, electrónica y mecánica. Los nuestros son totalmente autónomos, una vez que los encendés, actúan por sí mismos”.
La descripción de sus prototipos revela el nivel de sofisticación alcanzado. “Desarrollamos robots de sumo de distintos tamaños y categorías. Además de la mini-sumo que ganó en Brasil, construimos versiones más grandes y otros que siguen líneas en circuitos eléctricos. Todo es autónomo, cada robot detecta bordes, rivales y ejecuta movimientos complejos para imponerse”, contaron los hermanos.
En ese proceso, la capacidad de adaptación resultó clave: “Adquirir partes y material didáctico en Argentina nunca fue sencillo, entonces tuvimos que ingeniárnosla, modificar componentes y hasta utilizar alternativas locales. Eso llamó la atención de los jueces en Brasil”, subrayaron.
La influencia de la familia y el colegio fue otro aspecto remarcado. “Nuestros padres siempre nos apoyaron. Además, los profesores fomentan este tipo de proyectos desde primer año y eso hizo que la robótica sea una parte vital de la escuela secundaria”, señaló Francisco.
Una circunstancia atípica para muchos adolescentes, pero que ellos consideran una ventaja indiscutible: “Mientras otros elegían la Play, nosotros pasábamos horas mirando tutoriales en YouTube y perfeccionando nuestros diseños", reveló Agustín.
El Mundial en Japón, previsto para diciembre, los mantiene en un intenso proceso de perfeccionamiento: “Estamos mejorando el robot que ganó en Brasil, lo llevaremos al máximo nivel. La mayoría de los robots en sumo son negros porque los sensores infrarrojos detectan menos reflejos, esto vuelve más difícil que el rival identifique su entorno y permite ganar ventaja estratégica”, detalló Agustín.
El trabajo interdisciplinario es otra de las claves de su éxito. “En nuestro caso, el 40% del trabajo es la electrónica y programación, 30% es diseño y el resto es mecánica. Dedicamos mucho a la parte de sensores y algoritmos de control, pero la estructura física también importa. Todos los componentes están distribuidos para optimizar los pesos, los ángulos y así aumentar la eficacia durante las peleas”, agregó Francisco.
El sueño de representar a Argentina en el Mundial de Robótica requiere, sin embargo, del apoyo de otras personas. “Creamos un alias, para quienes quieran ayudarnos. Cualquier sponsor es bienvenido. Ya conseguimos algunos, pero necesitamos más apoyo para solventar gastos de viaje y materiales”, contaron.
Su paso por el Instituto San Miguel y la Universidad Tecnológica Nacional también fue mencionado como factor esencial: “La formación técnica nos dio el método y la disciplina necesarios. Además, las competencias nacionales son muy exigentes, lo que nos obligó a superarnos año tras año. Cada robot es más complejo y nos ayuda a aprender de los errores”, relató Francisco.
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• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet .
• De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol .
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