
Una investigación de la Universidad de Texas en Austin alerta sobre la posibilidad de que el suroeste de Estados Unidos permanezca bajo los efectos de una megasequía hasta, al menos, el fin del siglo XXI.
El estudio, publicado recientemente y liderado por la estudiante de doctorado Victoria Todd y el profesor Timothy Shanahan, indica que la región enfrenta un escenario climático más grave que cualquier otro ocurrido en los últimos 1,200 años.
El equipo científico analizó núcleos de sedimentos extraídos de las Montañas Rocosas, lo que permitió reconstruir el comportamiento de precipitaciones, temperatura y patrones oceánicos de hace miles de años.
Los resultados muestran que ya existió, entre hace 6,000 y 9,000 años, un periodo de sequía mucho peor de lo que se creía hasta ahora, ocasionado por la alteración de un ciclo climático conocido como la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO).

Según la investigación, el calentamiento sostenido está perturbando el funcionamiento natural de este ciclo climático que, habitualmente, alterna periodos secos y lluviosos en la zona cada 20 o 30 años.
Todd explicó a Newsweek que, “al combinar nuevas reconstrucciones paleoclimáticas y simulaciones de modelos climáticos, mostramos que un calentamiento moderado del hemisferio norte—en el pasado y proyectado hacia el futuro—puede fijar las temperaturas superficiales del Pacífico Norte en un patrón que reduce drásticamente la precipitación invernal y promueve sequías prolongadas en el suroeste de Estados Unidos”.
Una de las conclusiones más preocupantes es que la falta de lluvias en invierno repercute directamente en la acumulación de nieve en las Montañas Rocosas y, en consecuencia, en el caudal de grandes ríos como el Colorado, fuente vital de agua para millones de personas.

“El hecho de que esta sea una sequía invernal es particularmente relevante debido al impacto sobre la nieve en las Rocosas y su papel en el caudal del río Colorado y los recursos hídricos del oeste estadounidense”, detalló Todd.
El modelo de clima desarrollado junto a la Universidad de Colorado muestra que, si las temperaturas globales continúan aumentando, el suroeste estadounidense podría permanecer en este régimen de sequía durante varias décadas más.
Las cifras respaldan la alarma. El caudal del río Colorado ha descendido un 20% en el último siglo, según Shanahan, quien subrayó que, pese a las expectativas de recuperación en algunos sectores, los datos disponibles apuntan en otra dirección.
“Mucha gente aún espera que el río Colorado se recupere. Pero nuestros hallazgos sugieren que tal vez no sea así. Los gestores del agua deben comenzar a planificar ante la posibilidad de que esta sequía no sea solo una mala racha, sino una nueva realidad”, afirmó el investigador.

Además, Todd remarcó otro elemento preocupante: los modelos climáticos actuales pueden estar subestimando la gravedad de la situación.
“Nuestro trabajo también sugiere que, mientras las simulaciones con calentamiento producen una respuesta del Pacífico Norte y disminuciones en la precipitación invernal, todavía subestiman la magnitud de esta respuesta. Esto puede significar que probablemente también estemos subestimando la magnitud de las sequías futuras”, precisó la investigadora.
“Necesitamos entender mejor por qué los modelos subestiman la respuesta de las precipitaciones y qué implica esto para el futuro del suroeste de Estados Unidos”, concluyó.
La investigación plantea nuevos desafíos para el manejo del recurso hídrico en una región azotada de manera recurrente por la sequía y genera interrogantes sobre la viabilidad futura de actividades económicas, urbanas y agrícolas que dependen de la disponibilidad de agua en el suroeste estadounidense.