Las conversaciones de paz en Ucrania conducen al Donbás

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Soldados ucranianos disparando hacia unSoldados ucranianos disparando hacia un objetivo ruso en la región de Donetsk este año (Tyler Hicks/The New York Times)

Para el presidente Donald Trump, el mapa de Ucrania colocado sobre un caballete en el Despacho Oval tenía un mensaje evidente. Rusia se ha apoderado de una gran porción de territorio en una región oriental conocida como el Donbás. Ese territorio, sombreado en rojo, estaba perdido. Ucrania necesitaba llegar a un acuerdo para conseguir la paz, o se arriesgaba a perder más.

Para el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el mapa, que se mostró en una reunión el lunes con los dos presidentes y los líderes europeos, presentaba un panorama mucho más complicado. No se trataba de un trato comercial ni de una partida de póquer. Se trataba de algo personal.

Lejos de las cámaras, contó a Trump que su abuelo había luchado en la Segunda Guerra Mundial para liberar a las ciudades del Donbás de los nazis. No podía simplemente rendirse.

El miércoles, horas después de regresar a Kiev, la capital de Ucrania, Zelenski reiteró su punto.

Zelenski dijo a los periodistas que “hubo muchas familias así”, que lucharon para liberar el Donbás. “Muchos cayeron y muchos resultaron heridos. Y expliqué que este es un momento especialmente doloroso de nuestra historia y una parte especialmente dolorosa de la vida en Ucrania. No es tan sencillo como puede parecer a algunos”.

No está claro adónde conducirá exactamente la reciente oleada de diplomacia encabezada por Trump para poner fin a la guerra más mortífera en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Pero el Donbás —un territorio rico en minerales que consta principalmente de dos regiones, Donetsk y Lugansk— estará en el centro de cualquier negociación.

El Donbás, casi del tamaño de Virginia Occidental, es donde se ha librado gran parte de esta guerra. Decenas de miles de soldados de ambos bandos han muerto allí por la más mínima ganancia. Rusia intenta ahora apoderarse de los últimos 6474 kilómetros cuadrados del Donbás que aún están bajo control ucraniano.

Soldados ucranianos en las afuerasSoldados ucranianos en las afueras de Kostiantinivka, Ucrania, en mayo (Tyler Hicks/The New York Times)

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha exigido que Ucrania entregue todo el Donbás. Su exigencia incluye incluso la parte gobernada por Kiev, donde viven más de 200.000 ucranianos en ciudades como Kramatorsk y Sloviansk, lugares por cuya defensa luchó el abuelo de Zelenski.

Durante años, Putin ha intentado utilizar el Donbás para manipular al gobierno ucraniano. Antes de invadir, usó una insurgencia respaldada por Rusia en la región como brecha contra las esperanzas de Ucrania de unirse a organizaciones occidentales como la OTAN. Y ahora, en el cuarto año de esta guerra, no solo quiere apoderarse del Donbás, sino utilizarlo para destruir políticamente a Zelenski, dijeron los analistas.

La mayoría de los ucranianos sigue oponiéndose a ceder territorio alguno a Rusia, según los sondeos, y la Constitución ucraniana prohíbe su entrega. Zelenski se enfrenta a la disyuntiva de apoyar algo impopular entre los ucranianos o arriesgarse a la ira de Trump.

“Es una píldora envenenada”, dijo Vadym Prystaiko, exministro de Asuntos Exteriores. “Ucrania tendrá que tragársela y luego veremos cómo la digiere”.

Zelenski ha evitado las preguntas de los periodistas sobre si cedería tierras, y ha dicho que solo podría hablar de esta cuestión con Putin, quien aún no ha accedido a reunirse con él.

Exfuncionarios ucranianos y analistas políticos dijeron que la única manera en que Zelenski podría convencer a los ucranianos de ceder territorio sería ofrecer una garantía de seguridad respaldada por Estados Unidos. Eso ha eludido a Ucrania desde que Trump descartó su ingreso en la OTAN.

Pero la garantía tendría que ser sólida, con alguna mezcla de soldados europeos y apoyo aéreo estadounidense, por ejemplo, que disuadiera a Rusia de futuros ataques.

Balazs Jarabik, exasesor político de la Unión Europea en Kiev, dijo que Ucrania puede haber llegado a un punto en el que podría aceptar ceder territorio “a cambio de un acuerdo de paz que traiga garantías de seguridad occidentales para Ucrania”. Y añadió: “Si a cambio debe deshacerse del Donbás, creo que lo haría”.

Trump ha enmarcado estas concesiones territoriales como “intercambios de territorios”, y ha sugerido que Rusia, que controla casi el 20 por ciento de Ucrania, podría devolver algo de territorio, posiblemente pequeñas porciones de tierra en el noreste de Ucrania.

El gobierno de Trump cree “que estos intercambios de territorios son realmente beneficiosos para Ucrania porque creen que el Donbás caerá pronto, y entonces Ucrania no tendrá cartas para seguir negociando”, dijo Maksym Skrypchenko, presidente del Centro de Diálogo Transatlántico, un grupo de investigación de Kiev.

El presidente de Ucrania, VolodímirEl presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reunido con el presidente Trump y líderes europeos en la Casa Blanca este mes (Doug Mills/The New York Times)

Los ucranianos lo ven de otra manera, añadió. El avance de Rusia en la región ha sido lento en los últimos tres años. Renunciar ahora al resto del Donbás significaría también entregar ciudades y fortificaciones que podrían ayudar a Rusia a iniciar una futura invasión.

El Donbás solía considerarse un remanso prorruso. Muchos de sus 6,7 millones de habitantes solo hablaban ruso y nada de ucraniano, y nueve de cada 10 personas votaron a un presidente prorruso, Víktor Yanukóvich, en 2010.

Cuando las protestas proeuropeas obligaron a Yanukóvich a dimitir a principios de 2014, Rusia reaccionó con rapidez. Primero se apoderó de la península de Crimea. Luego fomentó movimientos separatistas que, con la ayuda de soldados rusos, se apoderaron de un tercio del Donbás en un conflicto a baja escala que presagiaba la guerra actual.

El gobierno de Ucrania consideró la posibilidad de conceder el autogobierno a determinadas zonas del Donbás para resolver el conflicto tras un acuerdo de paz negociado en febrero de 2015 en Bielorrusia, aunque Putin quería que cualquier Donbás autónomo tuviera poder de veto sobre Kiev, especialmente sobre sus esperanzas de ingresar en la OTAN.

“El punto era convertir a Ucrania en un país que no pudiera ejercer su plena soberanía, especialmente en lo que respecta a su política exterior”, dijo Harry Nedelcu, director de Rasmussen Global, una organización de investigación.

Mientras se prolongaban las negociaciones, Zelenski, un novato político, se presentó a las elecciones presidenciales ucranianas de 2019 con la promesa de lograr la paz con Rusia.

Miembros del batallón prorruso VostokMiembros del batallón prorruso Vostok en un campo de entrenamiento en Donetsk en 2014 (Sergey Ponomarev para The New York Times)

Zelenski ganó. Por aquel entonces, estaba abierto a la idea de una solución intermedia y de conceder un “estatus especial” a la región de Donbás. Pensó que podría llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra en una cumbre de paz en París con Putin en diciembre de 2019. Pero en su país, se enfrentaba a presiones políticas para evitar cualquier acuerdo que supusiera renunciar al control ucraniano sobre el Donbás.

“Parecía que podías llevarte bien” con los rusos, dijo Ihor Novikov, asesor presidencial en aquel momento, y señaló que Moscú había aceptado el intercambio de prisioneros y parecía interesado en negociar.

“En cuanto se celebró la reunión en París, creo que Zelenski fue la primera persona que se dio cuenta de que no se podía llegar a un acuerdo con Rusia”, dijo. “Dio un giro de 180 grados en París, y eso enfureció a Putin”.

En febrero de 2022, Rusia comenzó su invasión a gran escala de Ucrania, destruyó ciudades en el Donbás y expulsó a millones de personas de sus hogares. Conmocionado por la invasión, Zelenski pareció reconsiderar la concesión de algún tipo de autonomía al Donbás.

“Podemos discutir y encontrar una solución intermedia sobre cómo seguirán viviendo estos territorios”, declaró a ABC News una semana después de la invasión.

Pero después de que los soldados ucranianos hicieran retroceder a las fuerzas rusas y de que se hicieran públicas las matanzas masivas de civiles ucranianos, sus opiniones volvieron a cambiar. Presionó para que Ucrania recuperara el Donbás, incluso las partes que Rusia había tomado antes de la invasión.

Jarabik, ahora analista de R. Politik, una empresa de análisis político en Europa, dijo que Ucrania se apartó entonces de esa postura, personificada en la sangrienta batalla para conservar la ciudad de Bajmut. Empezó a retirarse lentamente tras largos combates que obligaron a Rusia a perder muchos soldados.

Ucrania estaba “esencialmente cambiando territorio por vidas rusas”, dijo Jarabik.

Edificios bombardeados la semana pasadaEdificios bombardeados la semana pasada en un ataque ruso cerca de Pokrovsk, Ucrania (Finbarr O’Reilly para The New York Times)

Mientras Rusia empujaba en el campo de batalla, Zelenski habló por primera vez el pasado otoño de la idea de ceder temporalmente a Rusia el territorio ocupado a cambio de la garantía de seguridad que supone entrar en la OTAN.

Trump desechó esa idea.

Pero en una victoria para Zelenski, Trump dijo la semana pasada que Estados Unidos participaría en las garantías de seguridad para Ucrania. Marco Rubio, secretario de Estado y asesor de seguridad nacional estadounidense, está dirigiendo los esfuerzos para concretar los detalles.

La verdadera cuestión es si Rusia aceptaría tales garantías. Ucrania quiere protecciones similares a las de la OTAN, pero Rusia inició la guerra en el Donbás hace una década en parte para bloquear el camino de Kiev hacia la OTAN. ¿Por qué permitiría Rusia ahora unas garantías de seguridad serias?

“Así que, básicamente, volvemos al punto de partida”, dijo Nedelcu, el analista de Rasmussen Global. A menos que se obligue a Putin a cambiar, dijo, “no ocurrirá nada” con las conversaciones de paz en un futuro próximo. En lugar de eso, añadió, “veo que habrá más combates”.

© The New York Times 2025.

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