El Roland Garros 2025 tuvo una emotiva jornada inaugural. Rafael Nadal recibió un sentido homenaje en el Court Philippe Chatrier, la icónica cancha central del torneo y el español protagonizó un tierno momento cuando le dedicó unas palabras a su esposa, Mery: “Eres mi mejor compañera de vida”.
Por el nerviosismo, el ex tenista perdió por unos instantes la hoja en la que tenía las frases para su pareja, sin embargo, pudo continuar. “No nos podíamos imaginar en 2005 que hoy estaríamos aquí 20 años después siendo una familia! Has estado siempre donde te he necesitado, apoyándome desde una posición no siempre fácil. Espero poder hacerte igual de feliz que tú me haces a mí”, expresó Rafa notablemente emocionado.
Luego, concluyó con un racconto sobre el último tiempo: “Tú y yo sabemos que este último año y medio no ha sido fácil, pero gracias a tu comprensión, a tu apoyo y a la energía y felicidad que nos da cada día nuestro hijo, todo ha sido mucho menos complicado”.
Tras eso, el mallorquín se retiró del polvo de ladrillo que lo vio campeón en 14 ocasiones y se volvió a encontrar con Novak Djokovic, Andy Murray y Roger Federer, pero esta vez acompañado de su hijo, Rafa Jr. “Hola”, le dijo Nole al niño, que conoció a los grandes rivales de su padre.
“Lo he vivido todo a lo largo de estos 20 años. He tenido rivales increíbles como Andy, Novak, Roger... y, por supuesto, muchos otros que me llevaron al límite físico y mental. De verdad, nada habría sido tan emocionante sin estas rivalidades duraderas que nos han impulsado a todos a mejorar cada día", fueron las palabras que eligió Nadal para hablar de quienes fueron sus máximos adversarios dentro de la cancha.
Además, se refirió a sus inicios en Abierto francés: “En 2005 pude jugar aquí por primera vez. Tenía 18 años, y mi primera gran experiencia fue el partido que jugué contra mi amigo de la infancia y rival, Richard Gasquet. Desde ese día comprendí plenamente lo que significaba Roland Garros”.
Por otro lado, le dedicó unas sentidas palabras a su tío: "Toni, eres la razón por la cual estoy aquí. Gracias por haber dedicado una gran parte de tu vida a querer estar conmigo. Entrenando, hablando, engañando, haciéndome sufrir, haciéndome reír, llevándome al límite. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero ha valido la pena".
“Por nuestra forma de ser, tú y yo no somos muy de expresar los sentimientos, pero quiero que sepas que mi gratitud por haber sacrificado tanto por mí, ¡es infinita! Has sido, sin ninguna duda, el mejor entrenador que jamás hubiera podido tener!“, sumó.
Para terminar, le habló directamente a Francia, sede del torneo: “Me disteis emociones y momentos que nunca podría haber imaginado. No imagináis lo gratificante que es sentirse amado y disfrutar en el lugar que más te importa. Me ofrecisteis, como broche de oro a mi carrera, la oportunidad de recibir la antorcha olímpica de Zidane, me regalasteis una estatua magnífica aquí en Roland Garros. Me hicisteis sentir como otro francés más. Ya no podré jugar más delante vuestro, pero mi corazón y mis recuerdos seguirán siempre vinculados a este lugar mágico y a su gente".