Líder de Proud Boys habla sobre su polémica plataforma para reportar delitos y ganar cripto

hace 2 semanas 7

En una extensa entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS , Tarrio defendió el proyecto como una herramienta “educativa y de activismo” que, según sus palabras, busca "sacar a la gente del sofá" e introducirla en el mundo de las criptomonedas, aunque detractores lo acusan de fomentar la delación y el odio social.

Funcionamiento de ICERAID

La plataforma, accesible en el sitio web icerade.us, permite a cualquier persona subir fotos de individuos que supuestamente estén cometiendo delitos. No se trata, según Tarrio, de una aplicación vinculada a ninguna agencia gubernamental ni diseñada para reportar directamente a las autoridades. “No hay conexión con la policía ni con el FBI. Las fotos no son públicas ni nosotros mismos podemos verlas desde el backend”, aseguró. Lo único que se refleja en un mapa son puntos geolocalizados y el tipo de delito que presuntamente se reporta, sostuvo.

El propio nombre ICERAID —que evoca las redadas migratorias de la agencia federal ICE (Immigration and Customs Enforcement)— fue escogido intencionalmente como provocación, según reconoció Tarrio. “Sabíamos que iba a atraer la atención de los medios”, afirmó, aunque insistió en que no hay vínculo alguno con esa entidad. "Quien quiera reportar un delito, debe dirigirse a la policía o la FBI", aclaró.

ICERAID es el acrónimo de Crowdsourcing and Engagement Rewards for American Intelligence and Defense, algo así como Recompensas por la colaboración colectiva y la participación en inteligencia y la defensa de estadounidenses.

Paga por subir imágenes

Entre las categorías que pueden reportarse se encuentran inmigración ilegal, narcotráfico, secuestro, homicidio, terrorismo, crueldad animal, robo y obstrucción de la justicia. Pero según su creador, la plataforma no persigue una finalidad punitiva directa. “No es una app de denuncias. Es una herramienta para fomentar el activismo y enseñar a la gente a usar cripto”, insistió el Proud Boy cubanoamericano, quien explicó que para participar es necesario crear una billetera digital tipo Phantom Wallet, donde se reciben pagos en criptomoneda por cada foto subida. De esa manera los participantes se educan en el mundo de las monedas digitales.

Más que inmigración

En las etapas iniciales del desarrollo, Tarrio se opuso a que la aplicación se limitara exclusivamente a reportes de inmigración ilegal, como propuso su creador. Según relató, solo aceptó sumarse al proyecto tras exigir que se incorporara una gama más amplia de delitos, para evitar que la plataforma fuera percibida como una simple herramienta de persecución migratoria. “En ese momento, solo se podían reportar inmigrantes ilegales delincuentes. Yo dije que no me uniría si no se incluían más crímenes como agresiones, robos, obstrucción de la justicia. No quería ser parte de algo tan limitado”, explicó.

Premios por reportar

Según Tarrio las recompensas varían en dependencia del tipo de reporte. Los reportes comunes - narcotráfico o robo- generan entre cinco y diez centavos de dólar en token, mientras que si un inmigrante indocumentado sube una información que refleje que esté en proceso de regularización podría significar un pago en token equivalente a dos dólares.

Una de las mayores controversias surge precisamente de esta ambivalencia: según Tarrio, la plataforma premia tanto al inmigrante que muestra que está en proceso legal como a quien reporta un delito.

¿Para polarizar?

Consultado sobre el posible efecto polarizador de esta herramienta, Tarrio fue tajante: “No sé cómo hacer que las tensiones sean más hostiles de lo que ya son. Estamos viviendo en un mundo muy polarizado”. Reconoció, sin embargo, que el nombre ICERAID fue elegido por su carácter provocador y con la intención de captar atención mediática.

Más ruido que uso

Según Tarrio, la plataforma ha generado más ruido mediático que usuarios activos. No hemos alcanzado los mil usuarios registrados.

En este contexto, la aplicación ha sido calificada por algunos como “el Pokémon Go para inmigrantes ilegales criminales”.

Tarrio no lo desmiente. “Es casi como un juego. Lo dijimos en broma en mi programa. Pero aquí te pagamos por usarla”, afirmó.

ICERAID en protesta “No Kings”

Como ejemplo de lo que considera el verdadero espíritu de ICERAID, Tarrio relató que asistió a la reciente manifestación en contra de Trump llamada “No Kings”, con la intención de usar la plataforma en tiempo real. “Llevé mi teléfono listo para tomar fotos de algún delito, pero no vi nada. Todo fue pacífico, así que no subí nada. Aseguró que fue solo y que evitó asistir a la manifestación con su grupo de Proud Boys para no generar tensiones. “Fui únicamente con un camarógrafo”.

Una visión matizada

A nivel político, Tarrio se mostró leal al presidente Donald Trump y su agenda migratoria, aunque matizó que no deberían deportarse inmigrantes sin antecedentes que estén trabajando.

“Si estás en una obra de construcción y no tienes antecedentes penales, debería haber una forma de darte una visa temporal”, dijo, quien es hijo de inmigrantes cubanos, y reconoció que Trump ha modificado su postura hacia ese perfil de inmigrantes.

De la prisión al indulto

El líder de Proud Boy fue condenado en mayo de 2023 a 22 años de prisión, bajo cargos de conspiración sediciosa y otros relacionados con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, la sentencia más larga impuesta por estos hechos. A pesar de no estar en la capital el día del suceso. Sin embargo, en enero de 2025, fue indultado por el presidente Donald Trump como parte de un paquete de clemencias a condenados por los disturbios del 6-E. Tarrio calificó ese perdón como un acto de justicia y agradecimiento: “Trump me devolvió la vida”, expresó en varias ocasiones.

Sin fines de lucro

Tarrio aseguró no recibir beneficio económico por la plataforma. “Esto no me toma más de cinco minutos al día. No tengo interés en el cripto ni lo opero. Su propósito, más que económico, es educativo y de participación”, insistió.

¿Una herramienta de control ciudadano encubierta?

No obstante, ICERAID plantea interrogantes éticos sobre privacidad, estigmatización y tensión social, mientras que su creador insiste en defenderla como un instrumento didáctico. En un país marcado por la polarización y el debate migratorio, la plataforma promete seguir generando controversia.

Tarrio incluso comentó que algunos cubanos de izquierda la compararon con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba, encargados de vigilar a los vecinos y delatar las conductas sospechosas al régimen comunista. “Lo encontré hilarante”, dijo. “Eres un izquierdista, odias a Trump... ¿cómo carajo me vas a llamar comunista?”. Afirmó que esas comparaciones son absurdas y que, a diferencia del sistema cubano, ICERAID no está al servicio del Estado ni tiene fines represivos, sino que promueve el uso de herramientas digitales descentralizadas.

Sin embargo, comparar a una persona indocumentada, que vino al país persiguiendo el sueño americano, e igualarlo con aquel que comete delitos tan repugnantes como narcotráfico, secuestro, homicidio, terrorismo o crueldad animal es una inmoralidad. Disfrazado de activismo, se crea un mecanismo sutil de deshumanización del “otro”, quien puede ser señalado o capturado simbólicamente para obtener una recompensa. Se potencia así un mecanismo de control muy similar al utilizado por los regímenes totalitarios y populistas, contra judíos, negros o disidentes. Tal vez por ello esa cubana se atrevió a compararlo con los comunistas. A veces, el camino hacia la deshumanización se pavimenta con incentivos y “buenas intenciones” mal dirigidas.

Como Tarrio mismo declaró, juega a sacar provecho de la crispación social para que “tirios y troyanos” se vigilen en su plataforma, sin importar las razones o la veracidad. Lo esencial al parecer es generar tráfico, señalando al otro en una herramienta aparentemente inocua, cuyo fin apunta a crear una cultura de vigilancia ciudadana, de unos contra otros, catalizando una confrontación social latente que, además de generar tokens, crea un reflejo incondicionado que nos lleva a situar de manera natural al indocumentado del lado del mal, junto a narcotraficantes y asesinos.

Por otra parte, en internet toda la información que los usuarios suben a la red puede ser analizada por entidades con fines de vigilancia y monitoreo. Nadie puede asegurar que las fotos y la información ahí volcadas serán simplemente un punto rojo en un mapa. ¿Estamos ante una plataforma experimental o ante el germen de la vigilancia ciudadana al servicio de quién sabe qué fines?

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