El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, restó importancia al deterioro en la relación entre Estados Unidos e Israel luego del reciente ataque en Qatar, asegurando que la ofensiva contra líderes de Hamás no alterará los lazos bilaterales.
El episodio, calificado como el primero en el que fuerzas israelíes actúan en territorio catarí, aliado crucial de Washington, desató un fuerte revuelo diplomático y puso a prueba los esfuerzos para lograr una tregua en Gaza.
“Lo que ocurrió, ocurrió. Nosotros no estábamos contentos, el presidente tampoco”, afirmó Rubio, en una conferencia de prensa, antes de partir hacia Jerusalén para abordar la crisis regional.
De acuerdo con The Jerusalem Post, Estados Unidos considera que la operación israelí representó una escalada no coordinada, que complicó los avances en las negociaciones lideradas por mediadores cataríes para un alto el fuego y la liberación de rehenes.
El propio Trump manifestó su descontento y afirmó que la Casa Blanca fue informada tardíamente del bombardeo, lo que impidió cualquier intento de intervención. “Vamos a tener que conversar de esto, sobre todo de qué manera puede afectar los esfuerzos de tregua”, indicó Rubio antes de su viaje.
Qatar ocupa un papel central en los intentos para lograr la liberación de 48 rehenes que, según información oficial, permanecen bajo control de Hamás.
Esta gestión, en la que Estados Unidos también medió, sufrió un severo revés tras el intento israelí fallido de eliminar altos mandos del movimiento islamista en Doha. Las reacciones del mundo árabe fueron inmediatas: varios países condenaron el uso de la fuerza en suelo catarí, lo que profundizó las tensiones y atizó el cruce de reproches diplomáticos.
Rubio prometió dialogar con las autoridades israelíes acerca de cómo este incidente podría condicionar tres objetivos de Washington: la liberación de los rehenes, la erradicación del grupo considerado terrorista y la conclusión de la guerra en Gaza.
En paralelo, el gobierno estadounidense enfrenta el desafío que supone el inminente reconocimiento internacional del Estado palestino, impulsado por potencias como Francia y Reino Unido, a días de la Asamblea General de la ONU prevista para el 22 de septiembre. Para la administración Trump y los sectores más conservadores del gobierno israelí, el reconocimiento podría alentar acciones de Hamás y facilitar la expansión de los asentamientos en la ribera occidental, cuyos planes recientes fueron ratificados por Benjamín Netanyahu.
La estancia de Rubio en Israel contempla un acto junto a Netanyahu en el Muro de las Lamentaciones, en la ciudad antigua de Jerusalén.
La sede, de capital importancia para el judaísmo, será escenario de uno de los momentos simbólicos de la gira del responsable de la diplomacia estadounidense. La oficina del primer ministro israelí confirmó la actividad, que será abierta a la prensa, y adelantó que la visita de Rubio, entre domingo y martes, tendrá como ejes la guerra en Gaza y la defensa de la postura de Estados Unidos frente al inminente reconocimiento del Estado palestino.
Además, durante su estadía en Jerusalén, se llevará a cabo un homenaje al analista conservador estadounidense Charlie Kirk, asesinado el miércoles anterior en un acto universitario en Utah. El ministro israelí de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, asistirá al evento.
(Con información de AFP y EFE)