
La líder opositora venezolana María Corina Machado elogió la “sabiduría” y “valentía” del pueblo venezolano tras las elecciones regionales y legislativas del domingo, calificando la jornada, marcada por una abstención masiva, como “otra gran lección para el mundo” en un mensaje publicado en sus redes sociales.
“La SABIDURÍA y la VALENTÍA del pueblo venezolano son inmensas y conmovedoras. Otra gran lección para el mundo. Para TODO EL MUNDO”, escribió Machado en su cuenta de X, después de haber llamado días antes a los ciudadanos a quedarse en casa y rechazar lo que denominó como “una farsa, una trampa”.
La SABIDURÍA y la VALENTÍA del pueblo venezolano son inmensas y conmovedoras.
Otra gran lección para el mundo.
Para TODO EL MUNDO.
Las declaraciones de Machado se produjeron en medio de una jornada electoral marcada por la división opositora y la baja participación en los comicios, donde 21,4 millones de venezolanos estaban convocados para elegir 569 cargos, incluyendo 285 diputados a la Asamblea Nacional, 24 gobernadores y 260 legisladores estatales.
Las declaraciones de Machado cobraron mayor relevancia ante las imágenes que circularon durante la jornada electoral, mostrando centros de votación prácticamente vacíos y calles desiertas en todo el país. Según la encuestadora Meganálisis, durante las primeras tres horas del proceso electoral solo participó el 3% del padrón electoral.
“Este domingo, pa’ tu casa. No salgas, no los obedezcas. Vacía las calles, vacíalos, que se queden solos. Que quede claro quién tiene el poder: tú”, había dicho Machado días antes de los comicios, en un llamado que fue masivamente acatado por la población venezolana.

Las imágenes documentaron la desolación: calles vacías, soldados sin gente a la que custodiar, y centros electorales convertidos en espacios solitarios. En algunos casos, solo se observaban funcionarios electorales conversando bajo los árboles, sin electores a la vista.
Según los sondeos previos, el 84,9% de los venezolanos decidió no acudir a las urnas, no por apatía sino como una forma de resistencia al proceso que consideran ilegítimo. “Esto no es abstención, es resistencia”, declaró una maestra retirada en San Cristóbal. “Ya votamos el 28 de julio, no vamos a volver a jugar su juego”.
El proceso electoral evidenció una nueva fractura en el seno de la oposición venezolana. Mientras la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que agrupa al antichavismo mayoritario, rechazó estos comicios por considerar que fueron convocados por “un árbitro severamente cuestionado” en referencia al Consejo Nacional Electoral controlado por el régimen chavista, un grupo minoritario de opositores decidió participar.
Entre los dirigentes que desafiaron la posición de la PUD se encuentran el ex gobernador Henrique Capriles, el ex diputado Juan Requesens y el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales. También participaron los candidatos Tomás Guanipa y Stalin González, quienes defendieron su decisión de acudir a las urnas.

“Para nosotros votar no es simplemente un ejercicio que sea inútil, sino todo lo contrario, es un ejercicio de dignidad, de lucha, de resistencia, de protesta y, sobre todo, de amor a Venezuela”, declaró Guanipa a periodistas desde su centro de votación en Caracas.
Los opositores que decidieron participar en el proceso electoral defendieron su posición argumentando que el voto constituye una herramienta de protesta y resistencia. Guanipa, cuyo hermano Juan Pablo Guanipa fue detenido el viernes tras ser vinculado con un supuesto plan para “boicotear” las elecciones, sostuvo que el voto “es una herramienta para alzar la voz” y “una herramienta para que la conciencia se pueda expresar”.
“Hoy es una gran oportunidad para que de nuevo se sepa lo que los venezolanos queremos, nuestra voluntad de cambio, que se ha expresado en procesos anteriores, principalmente el 28 de julio”, declaró Guanipa, haciendo referencia a las fraudulentas elecciones presidenciales de 2024, en las que triunfó Edmundo González Urrutia frente al dictador Nicolás Maduro.
Por su parte, Stalin González destacó que la elección se desarrollaba de “manera normal”, con “algunas incidencias aisladas de algunos testigos en algunos centros en el interior del país”, pero aseguró que en la mayoría de los centros las personas estaban “ejerciendo el derecho al voto”.
“Todos entendemos los sentimientos que hay, todos entendemos los sentimientos que tenemos en Venezuela, pero esos sentimientos hay que canalizarlos de alguna manera y creo que luchando a través del voto es la manera de canalizarlos”, agregó el dirigente.
No obstante, el mensaje de Machado, al subrayar que la baja participación era una lección “para TODO EL MUNDO”, pareció apuntar a este sector opositor que decidió participar en los comicios, legitimando la dictadura.

El dictador Nicolás Maduro instó a los venezolanos a votar “por la paz y la vida” en estos comicios, que calificó como la elección “número 32” que se celebra “en 26 años” en el país caribeño. “Llegó el domingo 25 de mayo, domingo bendito, de elección democrática y libre de Venezuela”, afirmó el mandatario en un mensaje transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión.
Las elecciones se realizaron diez meses después de las presidenciales de julio de 2024, en las que la oposición mayoritaria denunció y probó un “fraude” y reclamó el triunfo de González Urrutia. Maduro, proclamado ganador por el CNE, controlado por el régimen, fue juramentado en enero pasado por el Parlamento de mayoría oficialista como presidente para el período 2025-2031.

La jornada estuvo precedida por la denominada “Operación Tun Tun”, que resultó en más de 70 detenciones de dirigentes políticos, periodistas y defensores de derechos humanos. Entre los detenidos se encontraba Juan Pablo Guanipa, colaborador cercano de Machado, quien fue arrestado el viernes previo a las elecciones.
“Los castigan por defender el derecho a la libertad”, denunció Machado sobre estas detenciones, que la oposición considera parte de una estrategia de amedrentamiento para desarticular cualquier resistencia al proceso electoral.
Una característica particular de estos comicios fue la elección, por primera vez, de autoridades para el territorio del Esequibo, una región de 160.000 kilómetros cuadrados rica en minerales que se encuentra bajo control de Guyana pero que Venezuela reclama como propio en una disputa que data de más de un siglo.
La Corte Internacional de Justicia había pedido a Venezuela “abstenerse de llevar a cabo elecciones, o de prepararse para celebrarlas” en el Esequibo, petición que Caracas rechazó “categóricamente”, reiterando que no reconoce la jurisdicción de ese tribunal.