MIAMI - Colombia atraviesa una de sus semanas "más oscuras" en lo que va del año, en medio de una seguidilla de hechos violentos y decisiones del Ejecutivo que han encendido las alarmas sobre el rumbo institucional del país. La directora del diario El Colombiano, Luz María Sierra, analizó en un extenso artículo los principales acontecimientos que, en su conjunto, revelan lo que considera un giro peligroso hacia el autoritarismo.
El atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial y figura clave de la oposición, marcó un punto de inflexión. El atentado, perpetrado el pasado 7 de junio en Bogotá, fue calificado como un golpe directo al liderazgo joven y a la democracia colombiana. Para Sierra, este acto violento no es un hecho aislado, sino parte de un ambiente enrarecido por los discursos confrontativos del mandatario Gustavo Petro.
"El intento de asesinar a Miguel Uribe, líder de la bancada de oposición en el Congreso, y tal vez el candidato presidencial más joven de la historia de Colombia, ha sido un golpe muy duro contra el país y, en especial, contra los jóvenes que tal vez no se animen ahora tan fácil a ocupar puestos de liderazgo. El atentado es un símbolo del nivel de degradación política al que estamos siendo arrastrados", alertó Sierra.
"Frases incendiarias"
Según el análisis de Sierra, "las frases incendiarias del presidente Petro, su uso simbólico de la espada de Bolívar como una amenaza velada y la retórica agresiva contra el Congreso de Colombia", fueron una antesala que creó el ambiente propicio para el atentado.
La directora del diario El Colombiano, considera que "el nivel de degradación política que esto representa evidencia la crisis institucional que atraviesa el país".
¿ Manipulación estatal?
El domingo siguiente al ataque de Uribe Turbay, el Ejecutivo colombiano realizó el denominado “Concierto de la Esperanza” en la Plaza de Bolívar. El evento fue financiado con recursos del Estado y convocó a bandas musicales populares, con el presunto objetivo de atraer jóvenes y proyectar respaldo popular. Sierra considera que "este acto fue una estrategia para disimular la creciente tensión social y ofrecer un "barniz de respaldo joven" al gobierno de Petro.
El lunes 9 de junio, el Ejecutivo adoptó una decisión económica que Sierra califica como alarmante: se otorgó permiso a sí mismo para romper la regla fiscal, un mecanismo que impone límites al endeudamiento estatal para proteger la estabilidad financiera. La medida, válida por tres años, se puede "interpetrar" como una jugada política para facilitar una eventual asamblea constituyente.
"Atentados simultáneos"
El martes 10 de junio, el país fue sacudido por 24 atentados simultáneos en los departamentos del Valle y Cauca, que dejaron al menos nueve muertos. Estos hechos, atribuidos a grupos armados ilegales, mostraron el debilitamiento del control territorial del Estado. A pesar de la gravedad, el presidente de izquierda, Gustavo Petro, mantuvo su agenda política y no adoptó medidas de emergencia, lo que fue criticado por amplios sectores sociales.
El miércoles 11 junio, Petro firmó un decreto que implementa una reforma social sin pasar por el Congreso. El acto fue transmitido en cadena nacional, en horario de alta audiencia y tuvo lugar durante una movilización organizada por el Ejecutivo en Cali. Para Sierra, esta acción "vulnera la separación de poderes y excede las competencias constitucionales del presidente".
El jueves 12 de junio, el nuevo ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, realizó una ronda de medios a pesar de no haber asumido oficialmente su cargo. Durante sus intervenciones, expuso argumentos jurídicos orientados a justificar la idea de una asamblea constituyente, propuesta que también fue sugerida por Petro. La posibilidad de una constituyente ha sido vista como un intento por consolidar el poder del petrismo incluso más allá del actual mandato presidencial.
El viernes 13 de junio, el gobierno colombiano anunció una nueva reforma tributaria para recaudar 19 billones de pesos, sumando mayor presión fiscal a la población en medio de un escenario de incertidumbre económica y débil institucionalidad.
"La marcha del silencio"
En medio de esta convulsión, la marcha del silencio, convocada por ciudadanos en diversas ciudades, reflejó el hartazgo social. Aunque inicialmente organizada en solidaridad con Miguel Uribe, la manifestación se convirtió en un acto de rechazo contra el abuso de poder, la inseguridad y la manipulación institucional.
Sierra concluye su análisis afirmando que Colombia está ante una estrategia calculada para debilitar el Estado de Derecho y avanzar en una concentración de poder. Aun así, resalta que la resistencia ciudadana y la fortaleza mostrada por Miguel Uribe, tras el atentado, representan una luz de esperanza. "El país está golpeado pero no vencido", expresó.
En palabras de la periodista, se trata ahora de construir una agenda para el "día después": un escenario en el que Colombia pueda recuperar la institucionalidad, la sensatez fiscal, la confianza ciudadana y una democracia plena y funcional.
FUENTE: Con información de El Colombiano/Redacción DLA