Los Minnesota Timberwolves respondieron con contundencia y carácter tras dos duras derrotas fuera de casa y aplastaron anoche a los Oklahoma City Thunder por 143-101 en el Juego 3 de las Finales de la Conferencia Oeste. La serie, ahora 2-1 a favor del Thunder, sigue abierta y más viva que nunca.
Anthony Edwards fue el líder absoluto de una noche redentora en el Target Center, con 30 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias en apenas tres cuartos. El escolta no solo fue el alma del equipo en la cancha, sino también en el vestuario y durante el vuelo de regreso desde Oklahoma City, donde prometió levantar el ánimo del grupo tras las dos caídas iniciales.
“Presión máxima sobre el balón y tirar cada vez que pueda”, resumió Edwards con su habitual desparpajo tras el jujuego.
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El jugador Anthony Edwards, de los Timberwolves de Minnesota, celebra luego de superar a los Warriors de Golden State en un partido, el 14 de mayo de 2025.
AFP
Anthony Edwards como siempre la figura en Minnesota
Timberwolves mostró una versión completamente distinta, especialmente en defensa, donde incomodó desde el primer minuto al MVP Shai Gilgeous-Alexander, quien tuvo una noche para el olvido: apenas 14 puntos con 4 de 13 en tiros de campo y 4 pérdidas. Fue sacado del partido cuando el marcador ya era inalcanzable en el tercer cuarto.
La banca también fue clave para los Wolves. Julius Randle se reencontró con su mejor versión tras su mal desempeño en el Juego 2 y sumó 24 puntos. El novato Terrence Shannon Jr. aportó energía y anotó 15 puntos en solo 13 minutos.
“Ellos impusieron su ritmo desde el principio y nosotros no supimos responder”, admitió Gilgeous-Alexander. Su entrenador, Mark Daigneault, reconoció que la intensidad de los Wolves fue superior: “Su fuerza defensiva fue mejor que nuestra presión habitual”.
El partido fue una pesadilla para el Thunder, que perdió efectividad con el cambio de ciudad. Después de anotar el 50% de sus tiros en los dos primeros juegos, ayer firmaron un 12 de 40 en la primera mitad y nunca estuvieron realmente en competencia tras el segundo cuarto.
Pese al golpe, la serie está lejos de terminar. El Juego 4 se disputará mañana lunes, nuevamente en Minneapolis, y podría marcar el punto de inflexión definitivo. Minnesota ya demostró que puede cambiar la historia cuando juega con agresividad y decisión.
“El objetivo es mantener esta energía y empatar la serie. Esto aún no se acaba”, sentenció el entrenador Chris Finch.
Con el impulso de su público y un Edwards encendido, los Timberwolves están de regreso. Y ahora, todo puede pasar en esta vibrante batalla por el Oeste.