Lo que comenzó como una noche común en El Calafate, ciudad de la provicina de Santa Cruz, en Argentina, terminó convirtiéndose en una historia de valentía. Una madre amamantaba a su bebé y este se atragantó. En segundos, su pequeño Benjamín, de apenas 15 días de vida, dejó de respirar.
Ante el pánico y la urgencia, Belén Sandoval, de 32 años, corrió hasta la casa de una vecina que es médico, pero no se encontraba en casa. Rápidamente, tomó una decisión desesperada: salir a pie a las 9:37 de la noche, bajo una intensa nevada y cargando a su hijo en brazos, rumbo al hospital más cercano.
Una mujer policía salvó al recién nacido, por suerte divina
Durante la carrera, y casi sin pensarlo, Belén se desvió hacia la Comisaría Primera de El Calafate. Allí, sin saberlo, se encontraría con la persona que cambiaría el destino de su hijo. “Llegué a la comisaría con mi hijo casi muerto y ahí estaba ella, como si fuese un ángel para salvarle la vida a Benja”, relató luego en redes sociales.
La oficial es Nadia Cáceres, sargento de la Policía de Santa Cruz, quien en ese momento cumplía funciones como jefa de guardia. Apenas vio a la madre y al bebé en peligro, reaccionó de inmediato.
Nadia tomó al bebé en sus brazos y comenzó a practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), en plena comisaría. Fueron cinco minutos de tensión, pero finalmente el bebé reaccionó y fue trasladado al Hospital SAMIC de El Calafate, donde continúa en observación.
Según el parte médico, el episodio fue súbito y aún se investigan posibles causas o condiciones previas. Pero gracias a la rápida intervención de la oficial, el pequeño sobrevivió.
“Seré el ángel de la guarda de este chiquitín”
“Tuve una noche de esas que no se las deseo a nadie, ahora que estoy un poco más tranquila, quiero agradecerte de por vida por haberle salvado la vida a mi hijo”, escribió Belén en una publicación que rápidamente se hizo viral.
Por su parte, la oficial Cáceres, de 45 años, respondió con humildad: “Nada que agradecer, es mi labor y gracias a mis conocimientos pude hoy salvar a Benja. Sé que todo pasa por algo y Dios, por algo lo puso en mi camino. Soy y seré el ángel de la guarda de este chiquitín por siempre”.
Y ante las muestras de cariño, concluyó: “Doy gracias a Dios que estuve ahí. Seré su ángel de la guarda como me pusieron siempre”.