
El mundo del espectáculo despidió a Harris Yulin, una figura respetada por su versatilidad y su presencia tanto en el cine como en el teatro y la televisión. El actor, nominado al Emmy y recordado por una carrera que abarcó más de seis décadas, falleció a los 87 años en Nueva York, tras sufrir un paro cardíaco. Su representante, Sue Leibman, informó que la familia planea realizar un servicio conmemorativo en una fecha próxima, reuniendo a colegas, amigos y familiares que compartieron su camino profesional y personal.
Harris Yulin nació en Los Ángeles y, desde joven, mostró inclinación hacia la interpretación. Sin embargo, fue en Nueva York donde inició su carrera artística, al integrarse a la comunidad teatral local. Su primera actuación destacada llegó en 1963, cuando participó en la producción de Next Time I’ll Sing to You, una obra del dramaturgo británico James Saunders. Desde entonces, Yulin forjó una relación duradera con el teatro, que continuó hasta sus últimos días. En la década del ochenta, debutó en Broadway con Watch on the Rhine, obra escrita por Lillian Hellman. Posteriormente, subió a los escenarios de grandes teatros en producciones como The Price, The Visit y la clásica Hedda Gabler, entre otras.

En el ámbito teatral no solo se desempeñó como actor: Yulin también dirigió varias piezas importantes. Entre ellas, se destacan The Glass Menagerie, The Trip to Bountiful y This Lime Tree Bower. Su pasión por el oficio y su entrega lo consolidaron como un referente de la escena neoyorquina y estadounidense.
El cine también supo encontrar en Yulin a un intérprete camaleónico, capaz de abordar géneros diversos. Su debut cinematográfico se produjo en 1970 en End of the Road, una comedia negra donde tuvo el papel protagónico. Con el paso de los años, su filmografía incluyó títulos clave de Hollywood. Interpretó al teniente Mel Bernstein en la célebre Scarface (1983), se sumó al elenco de Ghostbusters II (1989) como el juez Stephen Wexler, y encarnó al consejero de seguridad nacional James Cutter en Clear and Present Danger (1994), dirigida por Phillip Noyce y protagonizada por Harrison Ford. Su ductilidad también quedó en evidencia con su participación en la comedia “Bean” (1997), protagonizada por Rowan Atkinson.

La televisión brindó a Yulin un espacio donde continuó desafiando registros interpretativos. Se incorporó a ficciones populares y de prestigio en las últimas décadas, como Ozark, donde interpretó a un personaje clave en la trama criminal, y Unbreakable Kimmy Schmidt, una comedia de Netflix que sumó una nueva generación de seguidores. En Billions encarnó a un poderoso empresario, mientras que en 1996 fue reconocido por la Academia de Televisión con una nominación al Emmy, gracias a su participación en un episodio de Frasier.
Pocos días antes de fallecer, Yulin se preparaba para comenzar la grabación de American Classic, una serie dirigida por Michael Hoffman en la que compartiría cartel con actores de la talla de Kevin Kline y Laura Linney. Hoffman, en un emotivo comunicado, destacó las virtudes de Yulin, tanto en el plano profesional como humano. “Fue uno de los más grandes artistas con los que me he encontrado. Su técnica y frescura en cada trabajo dotaban a sus interpretaciones de una vitalidad única”, expresó el realizador. “Quienes participamos de ‘American Classic’ hemos sido bendecidos con su experiencia y generosidad. Harris será siempre el corazón de nuestro proyecto”.

A lo largo de su vida, Yulin también mantuvo un firme compromiso con la formación de nuevas generaciones de artistas. Impartió clases en instituciones de referencia como The Juilliard School y la Universidad de Columbia, transmitiendo su conocimiento y su rigor a jóvenes intérpretes deseosos de ingresar a la profesión. En la nota de prensa que comunicó su fallecimiento, se lo definió como “parte de una generación que sintió verdadera pasión por el arte de interpretar”. Su “dedicación constante y a lo largo de toda una vida dio lugar a actuaciones extraordinarias, que constituyen un legado tanto para el público como para los colegas y para la historia del arte dramático”.
Además de su legado artístico, Harris Yulin deja una familia unida y afectuosa. Lo sobreviven su esposa, la actriz Kristen Lowman, su yerno Ted Mineo, su sobrino Martin Crane y sus ahijados Marco y Lara Greenberg. La comunidad artística y el público que celebró sus interpretaciones mantienen vivo su recuerdo y su aporte invaluable a la cultura estadounidense y mundial.