
La jornada de alistamiento convocada este fin de semana por el dictador Nicolás Maduro para fortalecer la Milicia Bolivariana concluyó con plazas públicas desiertas en numerosos estados de Venezuela, según diversos reportes de líderes opositores, activistas y corresponsales de prensa. El objetivo, anunciado por el régimen chavista como parte del “Plan Nacional de Soberanía y Paz”, era reclutar a reservistas y ciudadanos tras el reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en aguas del Caribe para combatir al narcotráfico.
Desde regiones como Táchira, Vargas, Mérida, Trujillo, Barinas, Delta Amacuro y Zulia, imágenes y testimonios mostraron plazas Bolívar y espacios militares completamente vacíos, sin presencia de milicianos ni voluntarios. A pesar de la intensa promoción y llamados realizados por Maduro en medios estatales, el evento careció de la afluencia esperada, evidenciando, una vez más, una falta de respuesta popular frente al discurso de movilización oficial.
Maduro había exhortado a los ciudadanos a presentarse para “dar un paso al frente para decirle al imperialismo: basta de tus amenazas”, en referencia al envío de un grupo naval estadounidense a la región, acción que el chavismo ha presentado como un acto de “agresión” extranjera. En un reciente discurso, Maduro aseguró contar con 4,5 millones de milicianos en todo el país, una cifra cuestionada por opositores y organizaciones independientes, especialmente frente a la escasa participación observada durante la jornada.

La Milicia Bolivariana, cuerpo civil armado creado para apoyar al ejército venezolano, forma parte del aparato de defensa implementado por el régimen desde 2013. En esta ocasión, la convocatoria se enmarca en la respuesta venezolana al aumento de la recompensa, por parte de Estados Unidos, a 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura del dictador Maduro y de altos funcionarios del régimen por sus vínculos con el narcotráfico.
La ausencia de ciudadanos en las plazas públicas fue interpretada por actores políticos y sociales como señal del creciente hartazgo de la población. La líder opositora María Corina Machado declaró en redes sociales: “Hoy, una vez más, la dignidad y la valentía del pueblo venezolano se imponen. Las plazas vacías de toda Venezuela hoy anuncian el futuro que se aproxima. No tengas miedo. No estás solo. Ellos sí”.
Desde organizaciones políticas como Vente Barinas, la reacción también apuntó al desprestigio del evento en lugares emblemáticos: “Esta plaza lleva por nombre Hugo Chávez y ni siquiera por eso en su natal Sabaneta lograron que el pueblo saliera a esta nueva farsa convocada por el régimen”.

La inasistencia masiva evidencia el distanciamiento entre la ciudadanía y la narrativa oficial. A pesar de promover la defensa de la soberanía nacional y la resistencia ante “amenazas imperialistas”, los llamados no movilizaron voluntarios ni reservistas, ni siquiera en espacios tradicionalmente asociados al chavismo.
El contexto nacional explica parte de la desconexión. Venezuela enfrenta una prolongada crisis económica y social, caracterizada por la hiperinflación, la escasez de medicinas y alimentos, y la emigración de más de 7 millones de personas desde 2014. Adicionalmente, tras las fraudulentas elecciones de julio de 2024, el régimen de Maduro ha intensificado la represión política, sumando miles de detenciones según datos de la ONG Foro Penal.

El despliegue de buques estadounidenses en el Caribe, iniciado el 14 de agosto según Reuters, fue enmarcado por el Pentágono dentro de operativos antinarcóticos regionales y no como una acción de intervención contra el régimen venezolano. No obstante, el chavismo insiste en presentar la situación como una amenaza inminente a la soberanía nacional, reiterando la necesidad de movilizar a las “fuerzas patrióticas”.
La reacción de la oposición se centró en resaltar el aislamiento del oficialismo ante la falta de respaldo popular. Voceros de plataformas ciudadanas como Comando Con Venezuela afirmaron: “Catia La Mar, Carayaca, El Junko. Nadie en Vargas se prestó hoy para la farsa de Maduro. Ningún venezolano se alista con criminales”.

El fracaso de la jornada de alistamiento profundiza el debilitamiento del discurso movilizador, en medio de una crisis multidimensional que compromete la estabilidad y el apoyo institucional de la dictadura, mientras la sociedad venezolana enfrenta nuevas incertidumbres sobre su futuro político y social.