
Un niño de 11 años falleció el pasado viernes 16 de mayo por la noche en Racine, Wisconsin, después de ser baleado accidentalmente por su hermano, según informaron las autoridades locales. El hecho ocurrió dentro de la residencia familiar ubicada en la cuadra 2600 de Prospect Street, a unos 50 kilómetros al sur de Milwaukee.
De acuerdo con el comunicado emitido por el Departamento de Policía de Racine, el incidente fue reportado a las 10:33 p.m. cuando se alertó a las autoridades sobre un menor herido por arma de fuego que estaba siendo trasladado por su familia a un hospital cercano.
Al llegar al centro médico, los agentes encontraron al menor con una herida de bala. Pese a los esfuerzos por salvarle la vida, el niño murió a causa de sus heridas.
La policía confirmó que el niño fue disparado por su propio hermano, aunque no ha divulgado detalles adicionales sobre cómo los menores accedieron al arma de fuego o qué circunstancias rodearon el disparo. “Se ha identificado y detenido a un sospechoso”, señaló el departamento, sin especificar si se trata del hermano u otro familiar.

El caso continúa en investigación, y las autoridades solicitaron la colaboración del público para reunir más información. “Los investigadores de la policía de Racine están interesados en cualquier dato adicional que alguien pueda tener sobre este incidente”, indicó el comunicado oficial. Se habilitaron líneas de contacto directo y anónimas a través de Crime Stoppers.
El hecho se suma a una alarmante serie de tiroteos no intencionales protagonizados por menores en Estados Unidos. Según datos del grupo Everytown for Gun Safety, en lo que va de 2025 (sin contar el caso de Racine), se han registrado al menos 63 disparos accidentales con participación de niños, los cuales han dejado un saldo de 28 muertes y 36 heridos en 28 estados del país.
En 2023, la misma organización documentó 411 tiroteos no intencionales realizados por menores, que provocaron 158 muertes y 269 personas heridas, el número más alto desde que comenzaron a registrar estos eventos en 2015. La mayoría de los casos involucró armas que estaban cargadas y sin asegurar dentro de los hogares.

Wisconsin no es ajeno a esta tendencia. El pasado 1 de abril, un niño de 6 años murió tras dispararse a sí mismo accidentalmente con una pistola en una vivienda de Milwaukee. Ambos casos reflejan un patrón de tragedias evitables que, según expertos, tienen un denominador común: armas de fuego accesibles a menores sin medidas de seguridad adecuadas.
Un estudio publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) analizó el aumento de muertes de niños relacionadas con armas de fuego en las últimas dos décadas.
El informe concluyó que una gran proporción de estas muertes suceden mientras los menores “jugaban” con armas cargadas que no estaban bajo custodia segura. El análisis destaca que este tipo de muertes son, en su mayoría, prevenibles.

Organizaciones como Everytown y la Academia Estadounidense de Pediatría insisten en la necesidad de políticas más estrictas sobre almacenamiento de armas, como el uso de cajas fuertes, candados de seguridad y educación obligatoria para padres que poseen armas.
El incidente en Racine ocurre en medio de un debate nacional sobre la regulación del acceso a armas en hogares con menores. Diversos sectores sociales y legislativos han presionado por leyes que obliguen el almacenamiento seguro de armas como forma de reducir los accidentes, pero el tema sigue generando divisiones políticas.
La policía no ha revelado aún si los padres del niño enfrentarán cargos legales por negligencia o por violaciones a las leyes de seguridad de armas en el estado.
El Departamento de Policía de Racine anunció que seguirá ofreciendo actualizaciones del caso a medida que avance la investigación y reiteró su pedido de colaboración ciudadana para esclarecer todos los elementos del suceso.