
Un niño en edad escolar de Los Ángeles falleció tras desarrollar panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE), una rara complicación neurológica asociada al sarampión, según confirmó el Departamento de Salud del condado de Los Ángeles y divulgó el medio NBC News. El menor había superado la infección viral en su primera infancia, cuando todavía no era candidato a la vacunación recomendada por el esquema nacional, pero años después experimentó las devastadoras consecuencias de esta rara secuela.
Las autoridades sanitarias indicaron que la muerte fue reportada como parte de una advertencia dirigida a la población, recordando los riesgos que enfrentan quienes no están inmunizados. El niño contrajo sarampión siendo aún un lactante, antes de la edad estipulada para aplicar la primera dosis de la vacuna triple viral (MMR), recomendada entre los 12 y 15 meses de vida, con una segunda dosis entre los 4 y 6 años. Tiempo después, la víctima desarrolló SSPE, un trastorno progresivo, grave y de desenlace generalmente fatal, que afecta principalmente a quienes adquieren la infección a edades tempranas.
De acuerdo con la información oficial compartida por el departamento de salud y replicada en NBC News, “este caso es un recordatorio doloroso de cuán peligroso puede ser el sarampión, especialmente para los miembros más vulnerables de la comunidad”, declaró Muntu Davis, funcionario responsable del área sanitaria en el condado de Los Ángeles. Davis hizo hincapié en la necesidad de la inmunización: “La vacunación no solo protege a la persona, sino también a la familia, los vecinos y especialmente a los niños demasiado pequeños para ser inmunizados”.
La SSPE es una complicación sumamente poco frecuente del sarampión que consiste en un daño progresivo, lento e irreversible del sistema nervioso central. Según el Departamento de Salud del condado de Los Ángeles, afecta aproximadamente a uno de cada 10.000 personas que sufren sarampión. Sin embargo, cuando la infección ocurre durante la lactancia, la incidencia de la enfermedad es significativamente más alta, con un caso por cada 600 infecciones registradas en ese grupo etario.
Esta patología puede aparecer entre dos y diez años después del cuadro de sarampión inicial. Se caracteriza por el deterioro progresivo de las funciones cerebrales —incluyendo convulsiones, pérdida de habilidad para caminar, y en fases avanzadas, coma o estado vegetativo—, para el que hasta el momento no existe tratamiento eficaz ni cura. La mayoría de los pacientes fallece entre uno y tres años tras recibir el diagnóstico de SSPE, según declararon las fuentes oficiales recogidas en NBC News.

Los datos más recientes del sistema de salud estadounidense, citados en el informe de NBC News, advierten de un descenso en la cobertura de inmunización contra el sarampión a nivel nacional. Solo el 93% de los niños en edad preescolar recibieron las dos dosis recomendadas durante el ciclo escolar 2023-24. Este porcentaje está por debajo del umbral del 95%, necesario para suprimir la transmisión continua del virus y prevenir brotes en la comunidad.
La situación se agrava por la persistencia de grupos con tasas de vacunación inferiores al promedio, lo que facilita la aparición de brotes focalizados. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este año se han contabilizado 1.454 contagios de sarampión en los Estados Unidos, rebasando el récord de 2019. En ese año, la transmisión se concentró principalmente en comunidades ortodoxas judías de Nueva York, también caracterizadas por bajos niveles de inmunización.
Según el recuento proporcionado por NBC News con base a datos federales y estatales, la mayoría de los casos recientes en 2024 estuvo vinculada a un brote en una comunidad menonita en el oeste de Texas, donde nuevamente las tasas de vacunación estuvieron por debajo de los estándares recomendados. En ese contexto, dos niños sin vacunar murieron a causa del sarampión, igual que un adulto no inmunizado en Nuevo México, marcando la reaparición de fallecimientos por esta causa en suelo estadounidense tras una década sin registrar muertes.
Las autoridades de Texas dieron por finalizado oficialmente el brote en el mes de agosto, aunque persisten episodios de transmisión en algunas zonas, como un evento escolar en un instituto de Utah. Los funcionarios de salud enfatizaron que la presencia de casos activos mantiene alta la amenaza del sarampión para los grupos no vacunados y subraya la importancia de asegurar coberturas amplias en toda la población susceptible.

Datos oficiales citados en NBC News señalan que la vacuna MMR, administrada en dos dosis, confiere hasta un 97% de eficacia contra el sarampión y, en la mayoría de los casos, asegura una protección de por vida. Las autoridades de salud recuerdan que la vacunación no solo previene casos individuales, sino que protege a aquellos que, por edad o condiciones de salud, no pueden recibir las dosis.
La persistencia de casos, sumada a la desinformación y a brechas de cobertura vacunal, mantiene la alerta entre autoridades y comunidades de todo el país, según el análisis de la información publicado por NBC News y ratificado por las instituciones de salud involucradas.