
Un avance significativo en el desarrollo de implantes cerebrales ha permitido, por primera vez, que un dispositivo de interfaz cerebro-computadora sea implantado y retirado en un ser humano durante una cirugía de epilepsia, en apenas 20 minutos.
El procedimiento se realizó en la Universidad de Michigan como parte de una operación rutinaria, y marca un nuevo hito en la neurotecnología aplicada a pacientes con parálisis severa. El sistema, conocido como Connexus, capta señales neuronales en la corteza motora y las traduce en texto o comandos digitales mediante inteligencia artificial.
Esta tecnología ofrece una vía de comunicación directa entre el cerebro y dispositivos electrónicos, permitiendo que personas con movilidad reducida, como quienes padecen esclerosis lateral amiotrófica o lesiones medulares, puedan “hablar” con sus pensamientos a través de computadoras o teléfonos inteligentes.
Este avance marca un punto de inflexión para la empresa, que lleva casi una década desarrollando esta tecnología y ahora se prepara para iniciar ensayos clínicos enfocados en la seguridad a largo plazo y el uso cotidiano de su sistema en personas.
El equipo médico, liderado por el profesor de neurocirugía Oren Sagher y el profesor asistente de neurocirugía e ingeniería biomédica Matthew Willsey, ambos de la Universidad de Michigan, contó con la colaboración de ingenieros y médicos para garantizar la seguridad y eficacia del proceso.

Según el doctor Willsey, el dispositivo incorpora más de cuatro veces la cantidad de sensores que otros sistemas utilizados previamente, lo que posibilita una captura mucho más detallada de la actividad cerebral.
El funcionamiento del sistema implica varios pasos cuidadosamente diseñados. En primer lugar, un cirujano implanta el Connexus BCI bajo la piel, empleando técnicas médicas ya consolidadas. Los diminutos electrodos recogen señales de las neuronas en la corteza motora, que luego viajan a través de un cable delgado hasta un pequeño dispositivo implantado en el pecho.
Desde allí, los datos se transmiten de forma inalámbrica a un ordenador o teléfono inteligente. El software avanzado, que utiliza inteligencia artificial y modelos de lenguaje, interpreta la actividad cerebral del usuario y la traduce en palabras, texto o comandos digitales.
Este proceso permite que personas con discapacidades motoras severas, como las causadas por esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o accidentes cerebrovasculares, puedan comunicarse a velocidades naturales y controlar dispositivos digitales directamente con sus pensamientos.

El fundador y director ejecutivo del dispositivo denomionado Paradromics, Matt Angle, destacó la importancia de este avance: “Ya hemos demostrado en animales que nuestro dispositivo es de primera categoría en calidad de datos y durabilidad. Ahora, hemos demostrado que también funciona en humanos, lo que realmente impulsa nuestro próximo ensayo clínico”, declaró Angle a Fox News.
Esta transición de la investigación preclínica a los ensayos en humanos supone un paso fundamental para la empresa y para el sector en general. El Connexus BCI se distingue por su durabilidad y por incorporar características tecnológicas de vanguardia.
Una de sus innovaciones más notables es la presencia de 421 microelectrodos, cada uno más delgado que un cabello humano, lo que permite captar señales de neuronas individuales con una precisión notable.
Estos electrodos se alojan en una estructura fabricada con titanio y una aleación de platino-iridio, materiales ampliamente utilizados en implantes médicos por su seguridad y compatibilidad con el cuerpo humano, lo que garantiza la idoneidad del dispositivo para un uso prolongado.

En el panorama de la neurotecnología, Paradromics no es la única empresa que trabaja en interfaces cerebro-computadora. Otras compañías como Neuralink, Synchron y Precision Neuroscience también avanzan en este campo, cada una con enfoques ligeramente distintos.
La empresa ha recaudado casi 100 millones de dólares hasta la fecha y recientemente estableció una colaboración con NEOM, el ambicioso proyecto de ciudad futurista en Arabia Saudita. Además, Paradromics forma parte de un programa especial de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), diseñado para acelerar el desarrollo de dispositivos médicos innovadores.
Este apoyo institucional y financiero ha permitido a la compañía avanzar rápidamente hacia la siguiente fase: el inicio de un ensayo clínico con personas que presentan graves problemas de movilidad debido a ELA, lesiones medulares o accidentes cerebrovasculares. El objetivo es que estos pacientes puedan comunicarse de manera independiente utilizando dispositivos digitales.
Aunque el dispositivo aún se encuentra en fase de investigación, la prueba realizada demuestra que es posible utilizar interfaces cerebro-computadora avanzadas de forma segura y eficaz en personas.