
El gobierno de Países Bajos confirmó el envío a Polonia de dos sistemas de misiles Patriot con el objetivo de fortalecer las defensas en Europa Oriental. Así lo anunciaron el Ministerio de Defensa de Países Bajos y portavoces políticos. Esta decisión se inscribe en la estrategia de la OTAN para blindar sus fronteras orientales ante el impacto de la guerra en Ucrania.
Según detalla Europa Press, a esto se suma un sistema de defensa aérea NASAMS, reconocido por su capacidad de respuesta ante distintos tipos de amenazas aéreas. Además, se proveerán sistemas antidrones enfocados en neutralizar riesgos de vehículos aéreos no tripulados, un elemento clave en los actuales enfrentamientos.
El Ministerio de Defensa neerlandés detalló: “Con Patriots, NASAMS y sistemas antidrones, desplegamos capacidades avanzadas, componiendo una defensa en capas ante amenazas potenciales, incluidas las de misiles balísticos y de crucero, aeronaves y drones”, explicó un portavoz oficial.
El objetivo es crear varias líneas de defensa superpuestas para proteger infraestructuras críticas y zonas sensibles frente a ataques aéreos, una táctica adoptada ampliamente por los países miembro de la OTAN.
Al suministro de tecnología se suma el desplazamiento de 300 militares de Países Bajos al territorio polaco.

Este contingente está integrado por especialistas en la operación de los Patriot y NASAMS, así como personal técnico y logístico, para asegurar la operatividad y la rápida capacidad de respuesta del escudo defensivo. La misión comenzará el 1 de diciembre y se extenderá hasta junio de 2026, presentándose como uno de los despliegues más largos en la frontera oriental de la Alianza Atlántica.
El ministro de Defensa neerlandés, Ruben Brekelmans, explicó que Países Bajos persigue tres objetivos: la defensa del territorio OTAN ante posibles agresiones, la disuasión de acciones hostiles rusas y la continuidad del apoyo a Ucrania. Subrayó que se intenta “mantener la amenaza rusa lo más a raya posible”, en línea con el artículo 5 de la OTAN sobre defensa colectiva.

Otra prioridad es la defensa de infraestructuras utilizadas para canalizar suministros militares a Ucrania. El contingente protegerá instalaciones de la NATO Security Assistance and Training for Ukraine (NSATU), organismo encargado de la formación de efectivos ucranianos y la supervisión de la transferencia de armamento occidental.
Asegurar la continuidad operativa y la protección de vías logísticas resulta esencial, dado el contexto de ataques sobre infraestructuras y rutas estratégicas. Este despliegue responde a la estrategia aliada de reforzar la frontera oriental y blindar los canales de apoyo militar a Ucrania.
El actual envío surge como resultado de una cooperación progresiva entre Países Bajos y Polonia. En julio, ambas naciones firmaron un memorándum destinado a intensificar la colaboración militar, con acciones conjuntas, integración de sistemas logísticos y refuerzo de compromisos bilaterales.
Como antecedente, Países Bajos había desplegado cuatro cazas F-35 en Polonia, en coordinación con Noruega, para la patrulla conjunta del espacio aéreo de la OTAN desde septiembre hasta diciembre. El objetivo era proteger el espacio aéreo de países fronterizos con Ucrania, Rusia y Bielorrusia, dentro del refuerzo de las garantías de defensa regional.

El anuncio del refuerzo militar neerlandés motivó la reacción del gobierno ruso. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso manifestó en su cuenta de X, que la presencia de armas y tropas occidentales en la zona “no alterará el resultado de las hostilidades” y advirtió que ese material será “sistemáticamente destruido por las Fuerzas Armadas Rusas”.
La postura rusa suma tensión al ya delicado equilibrio en Europa Oriental, porque considera que estos despliegues solo agravan el conflicto. Los gobiernos occidentales, por su parte, destacan el carácter preventivo y defensivo de sus acciones, encaminadas a salvaguardar la seguridad colectiva y proteger infraestructuras fundamentales para la defensa euroatlántica.
(Con información de Europa Press)