
A pesar del arresto y la condena de Bryan Kohberger por el asesinato de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho, la incógnita sobre sus motivos persiste. Durante la audiencia de sentencia celebrada el miércoles 23 de julio, familiares de las víctimas expresaron su frustración por la falta de explicaciones del responsable, cuya declaración era esperada para esclarecer los hechos que conmocionaron a la comunidad universitaria en noviembre de 2022.
El caso atrajo la atención nacional tras descubrirse que cuatro estudiantes —Madison Mogen, Kaylee Goncalves, Xana Kernodle y Ethan Chapin— fueron hallados muertos a puñaladas en una vivienda fuera del campus.
Las autoridades informaron que no existían señales previas de violencia o amenazas hacia el grupo de amigos, lo que generó un ambiente de inquietud y búsqueda de respuestas tanto en Idaho como en el resto del país.

Según los fiscales, la noche de los hechos, Kohberger ingresó a la vivienda, se dirigió primero al tercer piso y atacó a Madison Mogen y Kaylee Goncalves. Posteriormente bajó al segundo piso y asesinó a Xana Kernodle y a su novio, Ethan Chapin.
La policía logró relacionar a Kohberger, estudiante universitario de una escuela cercana, con el crimen tras una investigación que incluyó evidencia forense y análisis de ubicación celular.
Durante el proceso legal, los fiscales evitaron detallar la posible relación entre Kohberger y las víctimas. Hasta ahora, no se ha presentado una teoría sobre el motivo de los asesinatos ni se ha confirmado un vínculo previo entre el acusado y los jóvenes universitarios.
El silencio fue reafirmado en la audiencia de sentencia, donde Bryan Kohberger optó por no hacer ninguna declaración sobre los hechos. La jueza encargada del caso, Steven Hippler, se dirigió a los familiares de las víctimas mostrando comprensión por su sufrimiento, pero fue enfático al señalar que insistir en obtener respuestas directas del acusado solo reforzaría su protagonismo en el caso.
“Incluso si pudiera obligarlo a hablar, lo cual legalmente no puedo, ¿cómo podríamos estar seguros de que lo que diga sea verdad?”, cuestionó el juez. Según Hippler, volcar la atención hacia una explicación del acusado podría no brindar el cierre ni la honestidad que las familias buscan.
La falta de explicaciones ha sido motivo de creciente frustración entre algunos familiares. Consideran que el acuerdo alcanzado en la corte, que permitió a Kohberger recibir una condena sin necesidad de declarar sobre el caso, les privó de la posibilidad de obtener claridad y entender el porqué de la tragedia.

“Queríamos saber por qué. Todo esto ha sido devastador, y lo mínimo que merecíamos era una respuesta”, expresó uno de los familiares durante una declaración pública tras la audiencia, de acuerdo con el reporte de The New York Times.
La incertidumbre sobre los motivos también se replica en el ámbito académico. Katherine Ramsland, profesora de psicología forense en DeSales University y exdocente de Kohberger, manifestó sorpresa ante la noticia de su arresto y dijo que le resultaba difícil aceptar que un exalumno suyo pudiera estar detrás de los asesinatos.
“Pensé: ‘Tienen que estar equivocados. No es el Bryan Kohberger que conozco’”, relató la experta en una entrevista con el mismo medio. Pese a haber estudiado y escrito sobre casos de asesinos de alto perfil, Ramsland indicó no tener elementos para explicar lo ocurrido ni entiende qué pudo haber motivado las acciones de su antiguo estudiante.
Aunque la resolución judicial ha concluido con la condena de Kohberger, el misterio sobre sus intenciones se mantiene. Las autoridades y los analistas coinciden en que, hasta ahora, nadie ha podido ofrecer claridad sobre si hubo alguna conexión significativa entre el acusado y las víctimas o si existió alguna razón concreta para los homicidios.