Por qué el acuerdo naval entre Japón y Australia desafía el dominio regional de China

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La fragata mejorada de laLa fragata mejorada de la clase Mogami cuenta con un alcance de hasta 10 000 millas náuticas, un sistema de lanzamiento vertical de 32 celdas y está equipada con misiles tierra-aire y misiles antibuque. El Ministerio de Defensa australiano pasará ahora a la siguiente fase del proceso de adquisición con Japón (Australian Department of Defence)

El regreso de Mitsubishi Heavy Industries al escenario internacional de la construcción naval militar no solo evoca la era de los colosos Yamato y Musashi, sino que también marca un punto de inflexión en la proyección de Japón como exportador de tecnología bélica avanzada.

La empresa, que en el pasado forjó los acorazados más grandes de la historia —el Yamato y el Musashi, de 69.000 toneladas y cañones principales de 46 centímetros—, vuelve a ocupar un lugar central en la industria global con la venta de fragatas de última generación a Australia.

Este acuerdo, según CNN, representa un salto cualitativo para la industria de defensa japonesa, que durante décadas mantuvo una política de estricta restricción a la exportación de armamento tras la Segunda Guerra Mundial.

La noticia principal es la adquisición por parte de Australia de 11 fragatas clase Mogami a Japón, en una operación valorada en 6.500 millones de dólares. Este contrato, anunciado por el Ministerio de Defensa australiano, no solo refuerza la capacidad naval de Canberra, sino que también posiciona a Tokio como un actor relevante en el mercado internacional de armas.

Las fragatas, que serán versiones ampliadas y mejoradas respecto a las que ya opera la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, dotarán a Australia de una flota con mayor alcance y potencia de fuego, en un contexto de creciente rivalidad con China en el Pacífico.

Una persona junto a unaUna persona junto a una maqueta de la clase FFM «Upgraded Mogami» expuesta durante la feria Defence Security Equipment International (DSEI) Japan en el recinto ferial Makuhari Messe de Chiba, al este de Tokio (Japón), el 21 de mayo de 2025 (Reuters)

El acuerdo, celebrado por el ministro de Industria de Defensa australiano, Pat Conroy, como “otro paso hacia una marina mucho más grande y letal”, responde a la preocupación estratégica de Canberra ante las maniobras navales chinas en la región. Este año, una fuerza de tarea de la Armada china circunnavegó el continente australiano y realizó ejercicios con fuego real cerca de sus costas, lo que obligó a desviar decenas de vuelos comerciales. En este escenario, la adquisición de las fragatas Mogami busca “tranquilizar a los aliados y disuadir a los adversarios”, en palabras de Conroy.

Las nuevas fragatas, construidas por Mitsubishi Heavy Industries, incorporarán 32 celdas de lanzamiento vertical Mk 41, capaces de disparar misiles antiaéreos y antibuque.

Según el Ministerio de Defensa australiano, esto permitirá a los buques lanzar 128 misiles de defensa aérea, cuadruplicando la capacidad de las actuales fragatas australianas. Además, los lanzadores Mk 41, fabricados por Lockheed Martin, pueden albergar misiles de crucero Tomahawk, con un alcance de 1.600 kilómetros, lo que ampliaría significativamente el radio de acción de la flota australiana. Estas celdas también pueden emplearse para cohetes antisubmarinos de largo alcance, lo que mejora la capacidad de enfrentamiento contra submarinos nucleares enemigos, según explicó Sidharth Kaushal, investigador del Royal United Services Institute de Londres.

Uno de los aspectos más destacados de las fragatas japonesas es su eficiencia operativa: requieren solo 90 tripulantes, frente a los 170 de las actuales fragatas clase ANZAC australianas. Esta reducción de personal resulta especialmente relevante para países como Japón y Australia, que enfrentan dificultades en el reclutamiento militar. El viceprimer ministro australiano, Richard Marles, subrayó que “es un buque mucho más grande, capaz de operar con una tripulación mucho menor, y eso refleja el grado de modernidad de la nave”.

El diseño Mogami ha sido elogiado por su sigilo, modularidad y coste competitivo. Alessio Patalano, profesor de estrategia en Asia Oriental en el King’s College de Londres, destacó que “su sigilo, su dotación reducida, su modularidad —todo a un precio relativamente asequible— lo convierten en un producto increíblemente competitivo”.

Frente a la fragata china Tipo 054B, el ex capitán de la Marina de Estados Unidos Carl Schuster consideró que la Mogami es “ligeramente superior”, especialmente en sus sistemas de defensa aérea de medio y largo alcance. Patalano añadió que, en comparación con una fragata china, la Mogami es “una solución más ágil y tecnológicamente avanzada”.

Más allá del armamento, los analistas subrayan la importancia de la tecnología invisible, como el software de sonar, que podría ofrecer ventajas decisivas en combate al distinguir mejor entre el ruido oceánico y contactos hostiles. Además, la fiabilidad industrial japonesa es un factor clave: “Los astilleros japoneses hacen un trabajo sobresaliente y entregan sus productos a tiempo y dentro del presupuesto”, afirmó Schuster.

Patalano añadió que la Mogami “es tecnología de vanguardia, fruto de la tradición japonesa de alta calidad en la construcción naval y del acceso a tecnología avanzada tanto nacional como estadounidense”, y recordó que los actuales buques Mogami emplean motores británicos.

El acuerdo con Australia supone un hito para la incipiente industria exportadora de defensa japonesa. Durante la mayor parte del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, Japón prohibió la exportación de armamento, pero en los últimos años ha flexibilizado esa política para permitir la venta de equipos de vigilancia, reconocimiento y rescate.

Filipinas han recibido radares de vigilancia aérea japoneses en los dos últimos años, según Tomohisa Takei, investigador de la Sasakawa Peace Foundation. En 2023, Japón vendió por primera vez armamento letal —interceptores de misiles Patriot— a Estados Unidos, fabricados bajo licencia para reemplazar los enviados a Ucrania. No obstante, la venta de fragatas a Australia supera ampliamente ese precedente.

 El ministroFOTO DE ARCHIVO: El ministro de Industria de Defensa australiano, Pat Conroy, durante la 10ª Reunión de Ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) Plus en Yakarta, Indonesia, en noviembre de 2023 (Reuters)

El Ministerio de Defensa australiano precisó que los tres primeros buques se construirán en Japón y los ocho restantes en Australia. Para Patalano, exportar no solo los buques, sino también la tecnología para fabricarlos, representa un desafío para la industria armamentística japonesa. Lograrlo “catapultaría a Japón al grupo de grandes exportadores de la industria de defensa”.

El acuerdo también ofrece lecciones para Estados Unidos. Analistas consultados por CNN señalaron que tanto Japón como Australia han demostrado mayor eficiencia y avance en la construcción naval militar que su socio estadounidense.

La Marina de Estados Unidos carece actualmente de fragatas, tras retirar en 2015 la última de la clase Oliver Hazard Perry. El programa para construir la nueva clase Constellation, autorizado en 2020, acumula al menos tres años de retraso debido a cambios de diseño, según la Government Accountability Office. Schuster opinó que la Mogami “es superior a la clase Constellation”.

Patalano, por su parte, afirmó que “en materia de construcción naval, Estados Unidos no está en el espacio de innovación de algunos de sus aliados más cercanos, y en comparación con Italia, Francia, Reino Unido, Corea del Sur y ahora Japón, tiene mucho que aprender”.

El gobierno del primer ministro australiano Anthony Albanese enmarca la compra de fragatas en una estrategia de inversión en defensa que generará 10.000 empleos en el país. Otro pilar de esta política es el acuerdo AUKUS entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido, que permitirá a Canberra adquirir y posteriormente construir submarinos nucleares. El gobierno australiano aclaró que el acuerdo anunciado esta semana no es vinculante, pero espera firmar los contratos definitivos el próximo año. Según el Ministerio de Defensa, se prevé que la primera de las nuevas fragatas esté operativa en 2029.

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