Por qué la agenda de tenis es cada vez más apretada y hasta se jugarán finales de torneos a mitad de semana

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Jannik Sinner y Carlos AlcarazJannik Sinner y Carlos Alcaraz en la reciente final de Wimbledon (REUTERS/Stephanie Lecocq)

La necesidad de crear mejores condiciones de recaudación para los organizadores de torneos, incrementar los premios de los jugadores y de unir el circuito femenino al masculino llevó a utilizar la creatividad en medio de un calendario totalmente parcelado y ocupado por contratos de años anteriores.

Para comprender cómo funciona el sistema, debe recordarse que para realizar un torneo profesional hay que comprarle a la ATP o WTA una o dos semanas del calendario, de acuerdo a lo que vaya a demandar el desarrollo del certamen. Esas semanas deberán tener algún tipo de correlación con los otros torneos que se disputan (región y superficie), de esa manera se organiza una gira. Más allá de las condiciones que hay que cumplir en cuanto a la presentación y servicios, los torneos masculinos Masters 1000 debieron comenzar a adaptarse para que hombres y mujeres lo jueguen de manera conjunta. Todo esto llevó a modificar el calendario, en realidad, a acomodar las piezas de un rompecabezas en la que las asociaciones quieren más competencia, los jugadores que más ganan piden que sean menos, los tenistas más allá del Top 100 siguen jugando hasta en Navidad y la ITF pide no dejar de lado a la Copa Davis.

Es bien sabido que al certamen por equipos muchos jugadores le dan la espalda o que llegan muy cansados al final de temporada y prefieren tomarse las vacaciones, para, después comenzar la pretemporada y arrancar en Australia.

En toda esa mezcla de requisitorias, pedidos y necesidades, a las asociaciones profesionales se les superpusieron dos torneos de los grandes y no encontraron mejor manera de salvarlo que jugado las finales fuera de los fines de semana, algo que antes sólo ocurría cuando el mal tiempo obligaba a las cancelaciones, como cuando Del Potro ganó el US Open 2009.

A partir del próximo lunes, cuando los circuitos masculinos y femeninos se trasladen de lleno a América del Norte, para cerrar la gira en Nueva York, con último Grand Slam de la temporada, se iniciará una carrera de superposición de torneos, originada por la necesidad de complacer los requisitos de los certámenes Masters 1000, de varones, y WTA1000, de mujeres.

La polaca Iga Swiatek celebrandoLa polaca Iga Swiatek celebrando en Wimbledon (REUTERS/Toby Melville)

Si bien en el primero de ellos jugarán, como es habitual, en diferentes ciudades de Canadá, la WTA lo realizará en Montreal y la ATP en Toronto, se volverán a unir en la ciudad de Cincinnati. Desde hace dos años, ambas asociaciones estuvieron trabajando para extender estos torneos de 7 días a 12, tal cual sucedía con Indian Wells y Miami (lo consiguieron en Madrid y Roma), pero lo que sucede es que no tienen semanas intermedias como para poder hacerlo. Son semanas consecutivas como los otros, pero los días se pegan y tienen un Grand Slam por delante, un caso similar al de la gira de polvo de ladrillo. La solución para la gira europea de canchas lentas fue quitar torneos del medio. Para eso, dejaron que se cumpliera el tiempo de contrato, mientras iban modificando el calendario. De esa manera, de las cuatro semanas previas que antecedían a Madrid, quedaron tres.

De lo que era el calendario original de 2022, a la primera semana que cubrían Houston y Marruecos, le agregaron Estoril y a Munich, compañero de semana del torneo portugués, al que llevaron a compartir con Barcelona. Sin embargo, este año el certamen luso fue bajado de categoría y reemplazado por Bucarest.

Afuera quedaron, también, los torneos balcánicos de Belgrado y Banja Luka y Hamburgo culminó en lugar del certamen de Lyon, previo a Roland Garros.

A diferencia de lo que sucedió en este caso, la gira de verano sobre el cemento norteamericano, no tenía posibilidades de ganar dos semanas, a menos que se quitaran torneos.

Por eso, para abrir espacio, las semanas continuaron siendo de tres torneos. Así, Bastad, Gstaad y Los Cabos comparten la primera de ella, mientras que Washington, Kitzbühel y Umag, la segunda. Hamburgo se movió antes del Abierto francés y afuera quedó Atlanta, con lo que se pudo ganar una semana y mantener la semana de torneos previos al US Open.

Los que tuvieron que pagar los platos rotos de toda esta movida fueron los torneos balcánicos, Estoril (al menos por este año), Lyon y Atlanta.

Una panorámica de la recienteUna panorámica de la reciente final masculina en Wimbledon (REUTERS/Toby Melville)

En esta compresión, el próximo lunes comenzará a disputarse el certamen joint (así se los conoce cuando lo juegan hombres y mujeres) ATP 250 y WTA 250 de Washington. Si bien su duración es de siete días, el domingo 27 de julio, cuando se dispute la final, darán comienzo los primeros torneos grandes en Canadá que, para cumplir con las 12 jornadas de competencia culminará ¡un jueves!

Por primera vez, un torneo de tenis tendrá una final a mitad de semana y no por causas del tiempo. Ese mismo jueves 7 de agosto dará comienzo el segundo de los torneos grandes en Ohio. El torneo Masters 1000 y WTA 1000 de Cincinnati también precisará de la misma cantidad de días, por lo que la definición de caballeros no está prevista, tampoco, para el fin de semana y fue programada para el lunes 18. El día anterior, el 17, habrán comenzado los torneos de Cleveland (mujeres) y Winston Salem (varones), que tiene que terminar, como es costumbre, el sábado siguiente, porque el domingo 24 empieza el US Open.

Nuevamente, y en un caso similar al de Córdoba Open, que fue eliminado del calendario y llevado a otro continente, en la comercialización de los torneos se impone el dinero por sobre el desarrollo del tenis regional y las posibilidades de los mismos jugadores, quienes parecen tener una agenda muy recargada en los grandes torneos y se ven más alejados de los más pequeños.

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