Por qué recomiendan tirar sal gruesa sobre las brasas del asado

hace 15 horas 3
La sal gruesa sobre lasLa sal gruesa sobre las brasas ayuda a controlar las llamas generadas por la grasa en el asado (Imagen Ilustrativa Infobae)

El uso de la sal gruesa para apaciguar las brasas del asado es una técnica muy utilizada por los parrilleros argentinos, gracias a sus beneficios comprobados. Con esta acción, explican los expertos asadores, se genera una barrera parcial que atenúa el acceso del oxígeno a zonas específicas del fuego.

Asimismo, el hecho de tirar sal gruesa sobre las brasas permite sofocar pequeñas llamas generadas por el goteo de grasa, pero sin apagar por completo el calor necesario para la cocción.

La sal gruesa también cumple un rol en la prolongación y estabilización del calor. Al dispersarla sobre el carbón, detalla Directo al Paladar, contribuye a equilibrar la temperatura, evitando puntos de calor excesivamente altos que podrían secar o quemar la carne. Este control térmico es fundamental cuando se cocinan cortes gruesos, que requieren una cocción continua y homogénea. La duración prolongada de la sal resistiendo sobre las brasas permite que sus efectos se mantengan durante gran parte del proceso de asado.

Un aspecto más, igualmente relevante, es la capacidad de la sal para reducir la formación de humo indeseado. Cuando la grasa y los jugos de la carne caen sobre las brasas encendidas, suelen generar un humo denso que puede impregnar la carne. La sal gruesa actúa como absorbente, captando parte de esa grasa antes de que se queme y disminuyendo la cantidad de humo, lo que a su vez contribuye a un sabor más limpio en los alimentos.

Por último, la aplicación de sal gruesa sobre las brasas o el carbón se considera una solución económica y accesible. No requiere equipos o productos especiales y se integra fácilmente a la rutina de cualquier parrillero.

Tirar sal gruesa reduce elTirar sal gruesa reduce el humo y evita sabores indeseados en la carne (Imagen Ilustrativa Infobae)

El control del fuego durante el asado es una preocupación constante para los parrilleros, ya que una llama imprevista puede alterar la cocción y afectar la calidad de la carne. Es precisamente en este punto donde la sal gruesa demuestra su utilidad como aliada de la parrilla. Cuando la grasa y los jugos de la carne caen sobre el carbón caliente, suelen provocar llamaradas repentinas que elevan la temperatura y ponen en riesgo la cocción uniforme de los alimentos.

La sal gruesa, al ser distribuida sobre las brasas, actúa atenuando estas llamas mediante un mecanismo físico sencillo: crea una barrera temporal que limita el acceso del oxígeno en las zonas donde se forman las llamas. Con menor disponibilidad de oxígeno, el fuego se reduce en intensidad, pero no se extingue por completo.

La preparación de un asado exitoso va mucho más allá de la destreza para controlar las brasas. Involucra una serie de precauciones y buenas prácticas en cada etapa, desde la elección del carbón hasta el manejo de la carne y el uso de la sal. Estas consideraciones no solo contribuyen al mejor sabor y textura de los alimentos, sino que además aseguran la seguridad y el disfrute durante todo el proceso.

Uno de los aspectos fundamentales es la selección del carbón. Se recomienda optar por uno de calidad, con piezas grandes y uniformes, ya que este tipo se enciende con mayor facilidad, mantiene una temperatura alta y estable y prolonga el calor necesario para la cocción lenta de piezas grandes. Uno de baja calidad puede ocasionar dificultades al prenderlo y requerir recargas frecuentes, afectando la continuidad del asado.

El encendido también requiere atención especial. Utilizar productos apropiados como iniciadores de fuego —pastillas o periódicos impregnados— facilita un encendido rápido y seguro. Es importante crear una pila de carbón en forma de pirámide o cono, dejando espacio en el centro para mejorar la ventilación y acelerar la combustión. El control del oxígeno, mediante la apertura de rejillas o el uso de un soplador, también ayuda a generar un fuego uniforme.

Durante la cocción, el manejo correcto de las llamas evita accidentes y mejora la calidad de la carne. Ante la presencia de fuego elevado o llamaradas producidas por la grasa, el uso de sal gruesa sobre las brasas es una opción para atenuar la intensidad sin apagar completamente el fuego. Sin embargo, el exceso de sal puede afectar el sabor, por lo que se aconseja usarla de manera moderada, distribuyéndola de forma uniforme y solo cuando sea necesario.

Otra recomendación clave es mantener distancia y orden en la manipulación de la carne cada vez que se voltea o acomoda. Esto previene quemaduras y evita la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos. Adicionalmente, los tiempos de cocción propios para cada tipo de corte deben respetarse para evitar que los alimentos queden crudos o secos.

Regular el fuego con salRegular el fuego con sal gruesa es una práctica económica y efectiva en la cocina a las brasas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además de ser útil a la hora de actuar como regulador de la intensidad del fuego, y controlar la cantidad de humo generado en la parrilla, la sal gruesa aporta a la constancia de la temperatura y el calor.

El grano grueso de este tipo de sal se descompone lentamente cuando entra en contacto con las brasas, permitiendo así una acción prolongada que estabiliza las condiciones térmicas bajo la parrilla. Esta gestión del calor es crucial cuando se preparan piezas grandes o de cocción lenta, que necesitan una temperatura sostenida y controlada para lograr la textura y jugosidad adecuadas.

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