El 13 de mayo, desde Riad, Arabia Saudita, el mandatario estadounidense anunció el cese de las sanciones contra Siria, luego de 46 años, con el objetivo de darle un “nuevo comienzo” y una “oportunidad de grandeza” bajo el nuevo gobierno de Ahmed al Sharaa, quien tomó el poder tras derrocar en diciembre pasado a la dictadura de Bashar al-Ásad, después de casi 14 años de guerra civil.
El levantamiento de las sanciones era algo que buscaba el nuevo líder sirio, quien desde enero ha propiciado un acercamiento con Occidente, a través de sus principales aliados: el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; y el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán.
El anuncio de Trump fue la “luz verde” que necesitaba Europa para levantar finalmente todas las restricciones económicas contra la nación árabe, que algunos países habían comenzado a aliviar a principios de años, en aras de “ayudar a construir una nueva Siria, inclusiva y en paz”.
Para Luis Fleischman, profesor de la Palm Beach State College y experto en Medio Oriente, el levantamiento de las sanciones por parte de Estados Unidos es una “rama de olivos” para el nuevo gobierno sirio, que busca “normalizar relaciones” con Occidente e, incluso, Israel, alejándose de la influencia de Rusia y China.
No obstante, considera que el levantamiento de las restricciones tuvo que haber sido “un poquito más gradual” y con ciertas condiciones, tomando en cuenta las reticencias que aún existen en contra de al Sharaa, exmiembro de la organización terrorista Al-Qaeda. Aunque, la manera drástica en que se hizo la evalúa como un “favor” al príncipe saudita, como el propio Trump dio a entender durante su discurso en Riad.
“Si se acercó a Occidente (Siria), pienso que hay que darle una oportunidad (...) Este tipo de gestos hay que responderlos porque quizás se pierdan. Siempre hay tiempo para volver a la guerra, las oportunidades de paz son siempre menores, son especímenes más raros, más escasos”, asevera.
Un “acto de buena fe”
Fleischman observa el levantamiento de las sanciones europeas como un “acto de buena fe” hacia el nuevo líder sirio, quien, a pesar de ser un exmiembro de Al-Qaeda, tomó el “riesgo” de buscar un acercamiento con Occidente e Israel, cuando este tema en el “mundo árabe radical e islámico” puede ser considerado “herético”.
En cuanto al recelo de Israel hacia el levantamiento de las sanciones, indica que el gobierno de Benjamín Netanyahu lo justifica por la participación de al Sharaa en Al-Qaeda. “Piensa que va a seguir siendo un radical y que puede abrir un frente hostil a Israel desde Siria”, explica.
Señala que la nación hebrea tiene razones para “sospechar” debido a las traiciones que ha sufrido en el pasado, especialmente, por parte de los palestinos, cuyo radicalismo ha empeorado en el transcurso de los años. Sin embargo, resalta que “Israel es lo suficientemente poderoso como para contrarrestar cualquier agresión violenta que venga desde Siria”.
El analista estima que una eventual unión de Siria a la “esfera de influencia occidental” es mucho más favorable. Aunque, se hace eco de las declaraciones del secretario de Estado, Marco Rubio, quien advirtió que la nación árabe está en riesgo de una guerra civil, debido a la presencia de disidencias del ISIS y de grupos étnicos minoritarios como los kurdos, drusos y alauitas, que han sido víctimas de ataques por parte de radicales, sin que el gobierno actual lo haya podido prevenir o defender.
“Es importante que se ayude al nuevo gobierno de al Sharaa a mantener la unidad dentro de Siria y evitar una guerra civil o una guerra interétnica”, sostiene Fleischman.
Destaca que la “inestabilidad” de Siria es un “peligro” para Medio Oriente, como lo demostraron Estados anárquicos como Irak, Libia y los primeros años de guerra civil en Siria, que se convirtieron en tierra fértil para que surgieran grupos terroristas como el ISIS. “La cuestión es que todos los ciudadanos sirios reciban igual trato. A eso es a lo que tiene que aspirar el nuevo líder sirio y Occidente tiene que ayudar a lograrlo”, apunta.
Afirma que, pese a que Occidente parece no entender “los peligros” del “radicalismo islámico” en Medio Oriente, el mundo árabe lo tiene más claro. “El radicalismo islámico es una fuerza desafiante hoy en día, y es una fuerza que hay que controlar de una forma u otra”, precisa.
¿Acuerdo con Irán?
En paralelo, Estados Unidos insiste en alcanzar un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear, pese al poco compromiso que parece mostrar Teherán, que se niega a ceder en el enriquecimiento de uranio mientras que afianza su relación con Rusia mediante un acuerdo de “asociación estratégica integral”, aprobado por el Parlamento iraní este miércoles.
Irán, que busca un alivio de las sanciones que asfixian su economía, defiende su derecho a la energía nuclear “con fines civiles”, por lo que sostiene que el enriquecimiento de uranio “continuará con o sin acuerdo”. Para el negociador jefe estadounidense, Steve Witkoff, este tema es una “línea roja” en la que Washington tampoco cederá.
Pese a estas reservas, Washington y Teherán celebran este viernes una quinta ronda de negociaciones en Roma, con la mediación de Omán. Fleischman ve poco probable que ambos países alcancen un acuerdo en estas condiciones, puesto que ni siquiera contaría con el límite de enriquecimiento de uranio al 3,67%, establecido en el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) suscrito en 2015 durante el gobierno de Barack Obama.
Desde 2018, cuando la primera administración Trump puso fin al acuerdo nuclear iraní, Teherán ha enriquecido uranio hasta un 60% de pureza, acercándose a los niveles de grado armamentístico del 90%.
“En cuestión de muy pocos días EEUU va a saber si procederá un acuerdo o no. Para mí, es claro de que no va a haber ningún acuerdo, y si lo hay, va a ser un acuerdo que contradice totalmente los principios de la administración Trump, así que no me parece”, indica el analista.
Menciona, además, que, al alcanzar un nuevo acuerdo con Moscú, Teherán está dando una señal de “hacia dónde van” con el tema nuclear: “Ellos esperan que Rusia apoye un Irán nuclear”.
En este escenario, considera que Israel no tendría otra opción que atacar el reactor nuclear iraní, como estiman funcionarios estadounidenses. Para ello, Washington podría proveer equipos que garanticen que los ataques israelíes en las instalaciones subterráneas iraníes sean “efectivos”.
EEUU busca revivir los Acuerdos de Abraham
A pesar de los temores de que pueda desencadenarse una nueva guerra, Fleischman asegura que Irán no cuenta con un ejército convencional para medirse con Israel, sino con organizaciones terroristas como el Hamás, en Gaza; Hezbolá, en Líbano; y hutíes, en Yemen, que han sufrido golpes “muy serios” por parte de Israel.
No obstante, advierte que en países de América Latina donde Hezbolá tiene presencia, como Venezuela, Colombia e incluso México, con su asociación con el crimen organizado trasnacional, pudieran producirse ataques terroristas contra entidades estadounidenses, judías o israelíes. “Pueden actuar por desesperación, por deseo de venganza o por el tema del honor”, precisa.
En este sentido, considera que la política hacía Irán debe de estimular un cambio de régimen, que es rechazado por la sociedad civil iraní. “Las estrategias tienen que ser decapitar al régimen, de alguna forma u otra, porque es un régimen realmente peligroso, de los más peligrosos del mundo”, sostiene.
Pese a esto no descarta que Trump pueda avanzar en sus deseos de revivir los Acuerdos de Abraham, suscritos en 2020, si logra poner fin a la guerra en Gaza y hacer que Hamás ceda el poder a un gobierno alternativo. “Hay varios países árabes que han normalizado relaciones con Israel (...) Creo que el ataque del 7 de octubre de Hamás, en parte, estuvo motivado para socavar la normalización entre Israel y los países árabes”, señala.
Sin embargo, el analista se mantiene cauteloso ante la posibilidad de lograr la paz en Medio Oriente. “De momento hay un cambio, hay una intención de encontrar paz en el Medio Oriente (...) Si me preguntas si soy optimista, que va a haber paz en el Medio Oriente de aquí a cinco años, no me atrevería a ir tan lejos por ahora”, finaliza.
@ebritop22