
Vance Luther Boelter, un hombre de 57 años, fue detenido la noche del domingo tras una intensa búsqueda que las autoridades de Minnesota describieron como la más grande en la historia del estado.
Boelter está acusado de asesinar a la ex presidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y a su esposo, Mark, en su residencia cerca de Minneapolis. Según declaraciones del gobernador demócrata Tim Walz, citadas por The Associated Press (AP) el ataque fue un “asesinato político motivado”.
El mismo individuo igualmente habría disparado contra el senador estatal John Hoffman, también demócrata, y su esposa, Yvette, en su hogar cercano. Ambos sobrevivieron al ataque. Boelter fue arrestado dos días después de que comenzara la persecución.

En el lugar del crimen, las autoridades encontraron un vehículo utilitario deportivo (SUV) modificado para parecerse a un coche policial. Dentro del automóvil había panfletos de un evento local contra administración actual programada para el sábado, así como un cuaderno que contenía nombres de legisladores, defensores del derecho al aborto y funcionarios de salud. Dos agentes de la ley, que hablaron bajo condición de anonimato, confirmaron estos hallazgos a la AP.
El superintendente del Buró de Aprehensión Criminal de Minnesota, Drew Evans, declaró en una conferencia de prensa que no se tiene constancia de que Boelter haya emitido amenazas públicas antes de los ataques. Evans instó a la población a evitar especulaciones sobre los motivos del sospechoso, señalando que las respuestas surgirán a medida que avance la investigación.
Amigos y conocidos de Boelter lo describieron como un cristiano devoto con inclinaciones políticas conservadoras, aunque no lo consideraban extremista. Paul Schroeder, quien lo conocía desde hace años, afirmó que Boelter tenía “creencias fuertes”, pero no lo percibía como fanático. Según registros, Boelter se registró como votante republicano en Oklahoma en 2004 antes de mudarse a Minnesota, donde no se requiere declarar afiliación partidaria.
En 2023, durante un viaje a la República Democrática del Congo, Boelter, quien trabajaba como contratista de seguridad, ofreció sermones como pastor evangélico. En una grabación revisada y citada por la AP, mencionó que muchas iglesias en los Estados Unidos no se oponen al aborto, lo que calificó como un problema moral. Sin embargo, en sus discursos se centró principalmente en su fe y en lo que consideraba una decadencia moral en su país natal.
Boelter, casado y padre de cinco hijos, residía en una propiedad rural de aproximadamente 353 metros cuadrados que adquirió en 2023 por más de medio millón de dólares. Durante su carrera, trabajó en roles gerenciales en la industria de alimentos y bebidas antes de reinventarse en la mediana edad. Obtuvo un doctorado en estudios de liderazgo en 2016 en la Universidad Cardinal Stritch, una institución católica en Wisconsin que cerró recientemente.
En 2018, Boelter y su esposa fundaron una empresa de seguridad llamada Praetorian Guard Security Services, donde él figuraba como director de patrullas de seguridad. La página web de la compañía muestra imágenes de vehículos y equipos tácticos similares a los utilizados por las fuerzas del orden.

Además, Boelter afirmó haber trabajado como contratista de seguridad en el Medio Oriente y África, y haber fundado empresas relacionadas con la agricultura y la pesca en el Congo.
A pesar de estos logros, en 2023 comenzaron a surgir señales de dificultades financieras. Boelter aceptó un empleo en un servicio de transporte para una funeraria, donde se encargaba de recoger cuerpos de personas fallecidas en residencias asistidas. Según Tim Koch, propietario de la empresa Metro First Call, Boelter dejó el puesto voluntariamente hace unos meses. Koch calificó los recientes acontecimientos como “devastadores” y evitó dar más detalles debido a la investigación en curso.
En los días previos a los ataques, Boelter comenzó a pasar noches fuera de su hogar, alquilando una habitación en una casa modesta en el norte de Minneapolis. La policía, fuertemente armada, ejecutó una orden de registro en esa residencia el sábado. Horas antes de los tiroteos, Boelter envió mensajes de texto a dos compañeros de vivienda, expresando su amor por ellos y sugiriendo que “estaría ausente por un tiempo”. En uno de los mensajes, compartido con la AP, escribió: “Quizás muera pronto, así que solo quería decirles que los quiero mucho y que ojalá no hubiera terminado así”.
Boelter aseguró no querer revelar más detalles ni implicar a sus compañeros “de alguna manera”, puesto que ellos no “saben nada de esto”. “Los quiero mucho y lamento los problemas que esto ha causado”, concluyó en su mensaje.