Protestas por apagón en Gibara dejan al descubierto a “colaboradores” del régimen cubano

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LA HABANA - La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC), a través de su proyecto "Represores Cubanos", incorporó a su lista de represores violentos a Adrián Pupo Cuesta, conocido como alias "El Mocho", y Wilder César Tejeda Ruiz, señalados de grabar con sus teléfonos celulares a manifestantes que el pasado sábado 13 de septiembre salieron a protestar pacíficamente en el municipio de Gibara, Holguín.

De acuerdo con la organización, las grabaciones fueron entregadas al Departamento de Seguridad del Estado (DSE), y derivaron en la detención de al menos siete ciudadanos durante la madrugada, entre ellos Dairan Bermúdez Batista (“Chelli”), Reymundo Galbán Claro (“El Chino”) y Pedro José (“Porrón”).

"Espías al servicio del régimen cubano"

Las protestas ocurrieron en la comunidad de Güirito, donde los vecinos reclamaban electricidad, alimentos y libertades básicas. Aunque las autoridades del régimen intentaron presentar el hecho en redes oficiales como un “intercambio pacífico y respetuoso”, la realidad es que varios manifestantes fueron privados de libertad tras la intervención de los delatores vinculados a la policía política.

Además, Represores Cubanos, advirtió que estos informantes forman parte del sistema de vigilancia y delación empleado por el régimen cubano para sofocar expresiones legítimas de descontento social.

“Su colaboración pone en riesgo la seguridad de sus propios vecinos”, denunció la FDHC.

La organización asegura que continuará investigando, documentando y exponiendo públicamente a quienes actúan como cómplices de la represión en Cuba, al tiempo que instan a los delatores a abandonar esa colaboración “que los marca con responsabilidad penal y consecuencias internacionales, como la negación de remesas y visas estadounidenses”.

"Continuos apagones"

En redes sociales circulan imágenes y videos que mostraron a agentes de la policía en las calles de Gibara al día siguiente de la protesta.

"Las personas se hartan, salen a la calle, envían a policías para mantener a raya la manifestación mientras los dirigentes juegan a escuchar las quejas, ponen la luz, la gente se va para sus casas y al día siguiente, cuando ya no están juntos y la opinión pública no está mirando, los detienen de uno en uno", denunció en Facebook el periodista e investigador José Raúl Gallego.

"Los trasladan a otro municipio para romper posibles manifestaciones de solidaridad y comienza así el largo proceso de la prisión política", cuestionó.

FUENTE: Con información de: Foundation for Human Rights in Cuba

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