
El ambiente escolar de Mendoza se vio alterado este miércoles por un episodio que generó alarma: una adolescente armada de 14 años ingresó a la escuela Marcelino Blanco de la Paz, donde cursa segundo año, y realizó dos disparos al aire antes de atrincherarse en el patio del establecimiento. La rápida intervención de las autoridades permitió evacuar a los estudiantes, según confirmaron fuentes policiales a Infobae.
El incidente ocurrió cerca de las 9:30, cuando los alumnos regresaban a las aulas tras el primer recreo. De acuerdo con testimonios, la joven habría pasado previamente por el baño, donde cargó el arma de fuego, y al salir apuntó a algunos de sus compañeros. Esta secuencia provocó pánico entre los presentes y motivó la reacción inmediata del personal docente y directivo. No se reportaron heridos.
Las autoridades escolares desalojaron el edificio de manera preventiva. Los estudiantes fueron trasladados al Hospital de La Paz, donde esperaron la llegada de sus padres para retirarlos. Las primeras sospechas indican que el arma usada es una pistola calibre 9 milímetros, posiblemente perteneciente al padre de la menor.
Tras cinco horas de estar atrincherada, la joven se entregó a las autoridades.

El doctor Enrique De Rosa Alabaster, psiquiatra forense, presidente de la Asociación Argentina de Victimología, ex asesor del Ministerio de Seguridad de la Prov. de Buenos Aires en Violencia y Victimología explicó a Infobae: “El episodio ocurrido en Mendoza refleja un fenómeno que no puede ser leído como un hecho aislado. No hubo víctimas, pero las causas, el miedo, las posibles consecuencias y las secuelas son reales y el impacto social, profundo".
Por su parte, en diálogo con Infobae, Sonia Almada, licenciada en psicología de la Universidad de Buenos Aires, magíster internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO) explicó que este caso denota una alarma en salud mental que no fue escuchada.
“Esta escena es la manifestación de un dolor inmenso e insoportable. Me recuerda al caso de Carmen de Patagones, donde había alarmas y nadie escuchó a tiempo”, afirmó la experta.
El doctor De Rosa también mencionó el antecedente de Carmen de Patagones (Buenos Aires), donde un alumno de 15 años, Rafael Solich, con un arma de su padre, disparó en el aula en 2022, causando varias víctimas fatales.

Otros dos casos semejantes, ocurridos en 1997 y 2000, denotan “un patrón común: jóvenes en contextos escolares con acceso a armas familiares, seguido de episodios graves de violencia. Muchas veces vinculados a negligencia, problemas emocionales o entornos familiares con armas accesibles. No se trata de delincuentes habituales, sino de jóvenes en crisis, con antecedentes de retraimiento, conflictos escolares y ausencia de contención”, explicó De Rosa.
Y añadió: “Estos hechos no son ‘inexplicables’ ni ‘accidentes aislados’, sino emergentes de una combinación peligrosa: armas accesibles, vulnerabilidad emocional y ausencia de prevención temprana. La prevención exige un cambio cultural, educativo e institucional profundo".
La licenciada Almada destacó que todas las áreas, desde la Justicia hasta el servicio social, tienen que tener sectores de salud mental para que las familias y la escuela puedan consultar y prevenir a tiempo.

La licenciada Almada explicó: “Esto es un llamado de atención. No alcanzan las palabras y el sujeto cae como a la nada, en este acto”.
Y sumó: “Cuando no se escucha a la persona, puede ocurrir lo que se denomina ‘pasaje al acto’. Sucede que no encuentra un interlocutor válido, y ocurre la caída, que puede manifestarse a través del suicidio, autolesiones y actos antisociales, como el que aconteció en Mendoza”.
La experta señaló que también hay un efecto imitativo, al ver en las redes sociales las matanzas en colegios de Estados Unidos. “Aparece como una salida ‘vengativa’ por bullying, ante las autoridades o las familias. La venganza es parte de la naturaleza humana. Si se pudiera escuchar el padecimiento psíquico y emocional, esto no se desataría a estos niveles. El terror que sembró la niña es el mismo que ella siente. Esto es proyectado para que todos lo vean”, destacó la experta.

El doctor De Rosa enumeró otros detonantes:
• Acceso a armas familiares: en la mayoría de los casos, los adolescentes obtienen las armas de su entorno cercano.
• Factores emocionales y contextuales: bullying, sensación de aislamiento, conflictos familiares o escolares suelen actuar como disparadores inmediatos.
• Carencia de detección temprana: señales de alerta —cambios bruscos de conducta, verbalizaciones de desesperanza, publicaciones en redes sociales— pasan inadvertidas en sistemas que carecen de protocolos claros.

De Rosa precisó: “Los actos heteroagresivos (dirigidos hacia otros) y los autoagresivos (suicidio, autolesión) comparten la misma raíz de desesperación, aislamiento y falta de recursos internos” y completó: “El disparo hacia afuera puede ser leído como la otra cara de la autodestrucción. Muchas veces, el acto expansivo contra terceros funciona como la antesala de un acto implosivo contra uno mismo. En términos clínicos y sociales, la línea entre violencia contra otros y violencia contra sí mismo es mucho más tenue de lo que solemos aceptar".
De acuerdo a la licenciada Almada, la solución es crear un sistema nacional de salvaguarda infantil juvenil, estandarizar y brindar respuestas en salud mental para que no vuelvan a suceder estos episodios.
“Hay que tener en cuenta el futuro de la nena: una marca tan fuerte que no se puede borrar y que tiene una recuperación muy lenta y trabajosa, también hay que considerar las consecuencias y el efecto dominó en toda la comunidad”, señaló la experta.

Por su lado, el doctor De Rosa afirmó que la prevención posible también pasa por tres puntos:
- Protocolos de acceso a armas: un control mucho más estricto en hogares donde hay armas reglamentarias.
- Prevención escolar: formación de docentes y directivos para detectar señales de riesgo y activar canales de comunicación con equipos especializados en salud mental.
- Salud emocional: espacios permanentes de escucha activa y acompañamiento antes de que los conflictos se traduzcan en violencia.