El sospechoso del tiroteo en Nueva York, quien dejó cuatro muertos en un edificio de oficinas en Midtown Manhattan, aseguró en una nota portar CTE, una enfermedad cerebral vinculada a golpes repetidos en la cabeza.
La policía reveló que Shane Tamura, de 27 años, llevaba una declaración en la que afirmaba padecer encefalopatía traumática crónica (CTE), aunque por ahora no hay pruebas médicas que confirmen que el joven sufría esa condición.
Autoridades policiales informaron a ABC News que Tamura jugó fútbol americano en la secundaria en Los Ángeles, pero nunca llegó a practicar profesionalmente. Tampoco se ha encontrado relación entre el sospechoso y las fuerzas armadas ni con la NFL. “No hay evidencia de que haya sufrido una lesión cerebral traumática”, aseguraron las fuentes policiales. Tamura se suicidó poco después del ataque.
La CTE es una enfermedad neurodegenerativa que se ha asociado a golpes repetidos en la cabeza y conmociones cerebrales. Suele afectar a veteranos militares y atletas de deportes de contacto —como fútbol americano, hockey sobre hielo y boxeo— que han estado expuestos a impactos craneales a lo largo de los años.
El avance de la enfermedad puede tardar en manifestarse. Los síntomas, según informes médicos, “suelen aparecer años después del trauma en la cabeza”.
Entre las señales características de la CTE están la pérdida de memoria, alteraciones del ánimo, confusión y dificultades para razonar o concentrarse. “La CTE causa problemas en las emociones, la memoria y la toma de decisiones. Las personas pueden volverse impulsivas, sufrir depresión y tener problemas de comportamiento”, explican especialistas citados por ABC News.
Hasta hoy, los médicos no pueden diagnosticar CTE de manera concluyente en personas vivas. El diagnóstico definitivo “solo es posible tras la muerte, a través de una autopsia especializada”, advierten investigadores.
Los expertos buscan modificaciones específicas en las proteínas tau de las neuronas. Este hallazgo distingue a la CTE de otras afecciones cerebrales. “El único modo cierto de determinar la presencia de CTE es mediante un examen post-mortem, analizando alteraciones en proteínas cerebrales”, agregó la fuente.
Entre los principales centros de análisis sobre esta enfermedad está el UNITE Brain Bank de la Universidad de Boston, que ha recibido más de 1.500 cerebros donados. Más de 800 de estos casos han resultado positivos para CTE.
La mayoría de quienes han donado sus cerebros fueron deportistas o exmilitares con un historial de impactos recurrentes en la cabeza. Este biobanco se ha convertido en referencia internacional para la investigación del padecimiento.
Una de las preocupaciones recurrentes que giran en torno a la CTE es su posible vínculo con cambios extremos de la personalidad y comportamientos violentos. Aunque algunos estudios han registrado alteraciones graves en el ánimo y el control de impulsos, hasta ahora no existe evidencia científica contundente que relacione de manera directa esta condición con actos delictivos de alta gravedad.
En el caso de Shane Tamura, la policía no encontró pruebas que acrediten que sufría lesiones cerebrales previas. Además, no figura como veterano militar ni exjugador profesional.
El propio documento hallado en su poder resultó la única mención de la enfermedad. “Solo es una referencia escrita; no tenemos información de que haya tenido ningún diagnóstico médico ni historial relacionado”, señaló un detective en diálogo con ABC News.