
El actor, director y productor Tyler Perry, uno de los empresarios más influyentes de la industria del entretenimiento estadounidense, enfrenta una demanda civil por 260 millones de dólares, presentada en Los Ángeles por el actor Derek Dixon.
La denuncia lo acusa de acoso sexual, violencia de género en el lugar de trabajo y agresión sexual, en el marco de una supuesta dinámica de abuso de poder dentro de sus producciones televisivas.
Tyler Perry, nacido en Nueva Orleans, es conocido internacionalmente por su personaje Madea, una figura cómica y maternal que protagonizó numerosas obras de teatro, películas y series.
A lo largo de dos décadas, construyó un emporio mediático que lo llevó a fundar Tyler Perry Studios en Atlanta, una de las instalaciones de producción más grandes de Estados Unidos.
Desde allí, forjó una alianza con la Oprah Winfrey Network (OWN) y produjo exitosas ficciones como The Haves and the Have Nots, The Oval y Ruthless. Su modelo de producción independiente le otorgó un control inusual sobre el contenido, el reparto y el equipo técnico, consolidándolo como una figura con poder total sobre sus proyectos.

En 2011, la revista Forbes lo nombró el hombre mejor pagado del mundo del entretenimiento, con ingresos de 130 millones de dólares en un solo año. En 2020, Time lo incluyó entre las 100 personas más influyentes del mundo.
De acuerdo con The Guardian, el actor Derek Dixon, quien participó en las series Ruthless y The Oval, afirma que Perry utilizó su posición para establecer una “dinámica sexualmente explotadora y coercitiva”.
La demanda sostiene que el productor ofrecía oportunidades de trabajo a cambio de favores sexuales, y que tomó represalias cuando Dixon rechazó sus insinuaciones.
El documento judicial describe múltiples episodios de acoso y agresión sexual ocurridos, según el denunciante, entre 2019 y años posteriores. Uno de los relatos menciona que, tras una cena en la casa de Perry, este habría ingresado en la habitación de Dixon sin permiso e intentado agredirlo mientras dormía.
La denuncia compara el accionar atribuido a Perry con el de otras figuras como Harvey Weinstein, Bill Cosby y R. Kelly, y lo acusa de aprovechar su fortuna y prestigio para manipular y explotar a actores jóvenes en busca de oportunidades.

Sin embargo, el abogado de Perry, Matthew Boyd, negó rotundamente las acusaciones y calificó la denuncia como un intento de extorsión.
Dixon solicita al menos 260 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios.
A pesar de la magnitud de las acusaciones, Perry ha negado todos los señalamientos y su defensa insiste en que se trata de una maniobra fraudulenta. El caso se suma a una serie de controversias que han rodeado la carrera de Perry, quien, a pesar de su éxito comercial —con una recaudación acumulada de más de 660 millones de dólares en sus películas y programas, y una fortuna estimada en 1.000 millones de dólares—, ha enfrentado críticas por parte de académicos y especialistas que consideran que sus producciones perpetúan estereotipos negativos sobre la comunidad afroamericana y han recibido, en general, una recepción crítica desfavorable.
La denuncia presentada en Los Ángeles y la respuesta de la defensa de Perry han generado un debate sobre el uso del poder y la influencia en la industria del entretenimiento, así como sobre la protección de los derechos de los trabajadores en el sector. The Guardian detalló que la demanda incluye comparaciones con otros casos de alto perfil en Hollywood, subrayando la gravedad de las acusaciones y el impacto potencial en la reputación y la carrera de Tyler Perry.