
El dip de espinaca con queso crema es un clásico en cualquier reunión, picada o encuentro familiar. Nadie puede resistirse a untar un cracker, un bastón de zanahoria o un trozo de pan en una crema suave y sabrosa que combina la frescura de la espinaca con la cremosidad del queso y el toque dorado del gratinado. Es una receta práctica, perfecta para sorprender a los invitados sin pasar horas en la preparación.
Este clásico, de raíces internacionales es muy popular en la cocina estadounidense, donde se lo puede ver en las mesas de fiestas y reuniones como “spinach dip”, pero ha conquistado también a los argentinos por su sencillez, sabor y su gran adaptabilidad. En este país suele servirse tanto fría como caliente –especialmente gratinado en cazuelas– y a veces se le suman otros ingredientes como mozzarella, panceta o nueces. Es ideal para untar, rellenar panes o servir en copas individuales para una presentación más gourmet.
El dip de espinaca con queso crema, rápido y fácil, comienza salteando la espinaca apenas unos minutos, para luego mezclarla con queso crema, ajo y, opcionalmente, queso rallado y condimentos. Se puede servir inmediatamente o gratinarlo unos minutos en horno para lograr una superficie burbujeante y dorada, ideal para sumergir chips, panes o vegetales frescos.
Esta receta es perfecta porque requiere pocos ingredientes, es muy versátil (podés usar espinaca fresca o congelada) y se puede preparar con antelación. El resultado es una crema untuosa, suave y con muchísimo sabor, ideal para quienes buscan una alternativa saludable y sabrosa para compartir con los demás.
En total, esta receta toma aproximadamente 20 minutos:
- Preparación y cocción de la espinaca: 8 minutos.
- Mezclado del dip: 5 minutos.
- Gratinado en horno o microondas (opcional): 7 minutos.
- 250 g de espinaca fresca (o 150 g de espinaca congelada)
- 200 g de queso crema
- 50 g de queso rallado (parmesano o reggianito)
- 1 diente de ajo (opcional)
- Sal y pimienta a gusto
- 1 cucharada de aceite de oliva o manteca
- 50 g de queso mozzarella u otro cremoso (opcional, para gratinar)
- Nuez moscada a gusto (opcional)

- Usar espinaca fresca, lavar con abundante agua, escurrir bien para eliminar el exceso de humedad y picar groseramente con un cuchillo para facilitar la cocción.
- Usar espinaca congelada, descongelar por completo y escurrir el exceso de agua apretando bien con las manos o un colador.
- Calentar una sartén amplia con un poco de aceite o manteca, añadir la espinaca y el ajo picado (si usar), y saltear a fuego medio hasta perder volumen y eliminar la mayor parte de la humedad, unos 3-4 minutos.
- Retirar del fuego, dejar entibiar unos minutos y colocar la espinaca en un bol grande.
- Agregar queso crema, queso rallado, sal, pimienta y nuez moscada si se desea. Mezclar hasta obtener una pasta homogénea.
- Volcar la mezcla en una cazuela, cubrir con mozzarella o más queso rallado y gratinar en horno fuerte o microondas durante 5-7 minutos.
- Servir acompañado de panificados, crackers o bastones de verduras.
Esta receta rinde aproximadamente 6 porciones (como dip para untar o acompañar una picada).
Cada porción aporta aproximadamente:
- Calorías: 110
- Grasas: 7 g
- Grasas saturadas: 3,7 g
- Carbohidratos: 5 g
- Azúcares: 2 g
- Proteínas: 5 g
El dip se puede conservar en la heladera, en recipiente tapado, hasta 3 días. Si se gratina, es posible recalentarlo al servir o consumirlo frío, según la preferencia.