
Los porotos en escabeche es una receta irresistible que suele aparecer en las reuniones familiares argentinas más distendidas, una picada de domingo o esas noches frías de invierno donde buscamos algo simple, pero delicioso y reconfortante.
Este plato no tiene un origen tan prestigioso como otras recetas ancestrales, pero el escabeche tiene raíces hispánicas que se adaptaron perfectamente a la despensa argentina, utilizando productos de cada región.
El poroto, presente en el norte y centro del país, se presta de maravilla para ser conservado y realzado en escabeche, lo que lo convierte en un recurso ideal para tener siempre a mano. Admite variaciones, como el agregado de cebolla, zanahoria o laurel, y se luce como entrada, guarnición, o para acompañar un aperitivo. ¡Ideal para quienes buscan aprovechar legumbres y ganar tiempo en la cocina!

La receta de porotos en escabeche comienza por elegir unos porotos blancos ya cocidos (si son enlatados, aún más rápida será la preparación), y sumergirlos en una marinada con vinagre, aceite, especias y vegetales frescos o salteados. Este método potencia los sabores permitiendo que todos los ingredientes tomen el toque ácido, salado y aromático que caracteriza al escabeche, al tiempo que garantiza su conservación por varios días en la heladera.
La clave está en el equilibrio de los ingredientes del escabeche: un buen vinagre, aceite de calidad, ajos, laurel, condimentos y la proporción justa de sal y pimienta. En menos de una hora se obtiene un plato que mejora con el reposo, ideal para preparar con antelación y servir cuando llegan invitados o para sumar a la vianda del trabajo.
Para esta receta, si se parte de porotos cocidos o enlatados, el tiempo total es de aproximadamente 40 minutos:
- 10 minutos para picar y preparar los vegetales.
- 15 minutos de cocción del escabeche.
- 10 minutos para mezclar, envasar y dejar entibiar.
- 5 minutos extra para enfriar en la heladera antes de servir (opcional).

- 400 g de porotos blancos cocidos (pueden ser enlatados, escurridos y enjuagados).
- 1 zanahoria grande.
- 1 cebolla mediana.
- 1 morrón rojo pequeño.
- 2 dientes de ajo.
- 4 granos de pimienta negra.
- 2 hojas de laurel.
- 150 ml de vinagre de alcohol o de vino blanco.
- 100 ml de aceite de oliva o girasol.
- 1 cucharadita de sal.
- 1 pizca de pimentón dulce (opcional).
- Ají molido a gusto (opcional).
- Lavar bien los porotos cocidos (si se usan enlatados, escurrirlos bajo agua fría).
- Pelar la zanahoria y cortarla en rodajas finas. Cortar la cebolla en pluma y el morrón en tiritas.
- En una sartén grande o cacerola, calentar el aceite de oliva. Agregar el ajo en láminas, la zanahoria, la cebolla y el morrón. Sofreír unos minutos hasta que las verduras estén apenas tiernas, sin dorar.
- Añadir el laurel, los granos de pimienta, sal, el pimentón y ají molido si se usa. Revolver y cocinar un par de minutos más.
- Incorporar el vinagre y dejar que tome hervor durante 2-3 minutos para que evapore un poco el alcohol.
- Bajar el fuego y agregar los porotos cocidos, mezclando suavemente para que no se rompan.
- Cocinar todo junto a fuego bajo por 3-5 minutos, hasta que los sabores se integren.
- Retirar del fuego y dejar entibiar.
- Envasar en frascos limpios (previamente esterilizados si se va a guardar más de un par de días). Cubrir bien con el líquido de escabeche.
- Llevar a la heladera al menos media hora antes de servir para que los sabores se potencien.
Con estas cantidades, se obtiene aproximadamente 4 porciones como entrada/guarnición, o una picada abundante para 6 personas.
Cada porción estimada de 150 g contiene aproximadamente:
- Calorías: 180
- Grasas: 9 g
- Grasas saturadas: 1 g
- Carbohidratos: 17 g
- Azúcares: 3 g
- Proteínas: 6 g
Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.
Los porotos en escabeche se pueden conservar en la heladera hasta 7 días en frascos bien cerrados, procurando que los porotos siempre estén sumergidos en el líquido para evitar que se resequen o se contaminen.