Reclusos de Alligator Alcatraz describen condiciones infrahumanas

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MIAMI.- Como en jaulas de pollos, con una comida al día, sin bañarse, sin visitas, sin ver el sol, dicen estar los reclusos de Alligator Alcatraz, el centro construido en alrededor de una semana e inaugurado el 1 de julio por el presidente Trump y el gobernador De Santis en Everglades, hábitat natural de caimanes extremadamente hostiles para los humanos.

“Se conoce como Alligator Alcatraz, lo cual es muy apropiado porque miré fuera y no es un lugar al que quiera ir de excursión”, dijo Trump entre risas durante la inauguración. “Estamos rodeados de kilómetros de pantanos traicioneros, y la única salida es realmente la deportación”.

Aunque sostuvo que en esta versión tropical de la célebre prisión californiana pronto acogerán a “algunos de los inmigrantes más amenazadores, algunas de las personas más despiadadas del planeta”, la realidad es que varios de los detenidos están lejos de ser Al Capone o Dominique Strauss.

Leamsy Izquierdo alias La Figura es, más bien, un aspirante a artista urbano que imita en redes sociales a los ‘gangueros’ del hip hop. Un repartero que regenta una joyería en Miami, se cuelga unas cadenas doradas del grosor de su cuello y dice pagar 300.000 dólares anuales en su declaración de impuestos. Es también el padre cubano de una niña gringa nacida en julio de 2021, a la que desde hace días no ve y por teléfono le dice “chiquitica mía”; mientras se queja de la luz artificial permanente que asegura se cierne sobre las cabezas en Aligator Alcatraz, de la ausencia de agua potable, de los mosquitos, del calor y del frío extremo, de la comida que dice llega en mal estado al intrincado centro de los Everglades.

“Llevamos aquí desde el sábado: sábado, domingo, lunes y martes sin bañarnos, sin lavarnos los dientes. La luz no la apagan, estamos trancados en una pollería. Hay tremendo perro frío, debe estar como a 28 grados y a muchas personas que toman medicinas no se las están dando”, dijo Leamsy a DIARIO LAS AMÉRICAS.

“Los abogados de nosotros nos buscan en el sistema para ver si nos procesan, para que nos den fianza o algo y no aparecemos en ningún lado. Aparece como que estamos fuera de TGK, que estamos en la calle (en libertad esperando la corte). Entonces, los abogados no pueden hacer nada”, lamenta.

Leamsy tiene estatus de residente permanente en los Estados Unidos desde 2015 y es dueño de la La Figura Jewelry LLC, inscrita en la división de corporaciones (Sunbiz) de Florida. Sin orden de deportación, el hombre de 33 años fue a parar a Aligator Alcatraz esposado de manos y pies, asegura, tras ser capturado a la salida de TGK, donde se encontraba detenido por un cargo de asalto agravado del que se dice ‘no culpable’.

“El sábado él me llama como a las 9, me dice, ‘Te llamo en un ratico, que hay cola’. Yo veo que son las 12 del día, después la 1 de la tarde, que es el último horario que ya cierran los teléfonos, y después de eso no deben llamarnos hasta las 4 de la tarde en TGK, y yo digo: ‘A Leamsy le pasó algo. Pasó algo’. Me pongo como loca buscando por todos lados. En el sistema salía como que lo habían soltado. Todavía lo buscas y sale como que está en la calle (en libertad). No sé si ya lo habrán procesado, pero todavía lo buscas y es un fantasma. Como todas las demás personas que están ahí [en Alligator Alcatraz], son fantasmas”, aseveró su esposa, Katia Hernández.

Leamsy detalla que en el centro hay personas privadas de libertad por razones disímiles. Hay quien, a pesar de estar legalmente en el país, terminó allí por andar sin la registración del carro. A otros, “por ser I-220B e I-220A, aunque nunca hayan cometido ningún delito, los están apresando”, según su testimonio.

Otras preocupaciones

Los reclusos denuncian preocupaciones por el debido proceso. “Respeto este país, le agradezco el refugio que me dio como cubano al sacarme de las garras de los Castro, del comunismo. Pero a veces pienso y confundo lo que está pasando aquí con las torturas que nos hacían allá en nuestro país”, dijo Alexander Bonne, uno de los detenidos que carga en su espalda una felonía, clasificación legal de un delito que implica una violación seria de la ley.

“Es algo que no sé con qué propósito lo están haciendo. Nosotros no estamos en celdas. Nosotros estamos en jaulas como si fuéramos pollos en una granja, hoy mismo nos han quitado la corriente como cuatro veces. Nos cortan el teléfono. Tenemos cámaras hasta donde están los tres baños que tienen aquí, que no hemos podido ni usarlo porque no hay ni agua para descargarlo en muchas ocasiones”, detalla Alexander.

“Es [la instalación que puede albergar hasta 3.000 detenidos y está gestionada por 1.000 empleados, incluidos más de 400 miembros del personal de seguridad] como un sistema colapsado porque sinceramente yo pienso que no está en condiciones para tenernos a nosotros aquí. Yo creo que de esto no tiene conocimiento ni el gobierno federal porque como se respetan los derechos humanos en este país, no creo que el gobierno federal tenga conocimiento de las condiciones que estamos viviendo nosotros aquí”, valora, a pesar de que el Presidente estuvo ahí en la inauguración. “No creo que él esté consciente. Aligator tiene unas condiciones invivibles, demasiado frío, no tenemos acceso a tener un suéter, las luces son como las estrellas o luces de un estadio. No podemos dormir por el estrés, la ansiedad, por todo lo que estamos pasando aquí. Esto realmente yo creo es que no tiene las condiciones para tener a nadie. No sé ni con qué institución tiene que ver esto porque no tiene que ver con el ICE. No sabemos ni qué hacemos aquí. Entonces, nosotros estamos pidiendo encarecidamente al gobierno de los Estados Unidos que tenga piedad con nosotros y supervise este lugar. Tenemos que pasar por un proceso migratorio, porque lógicamente que no somos ciudadanos de este país, reconoce, pero a la vez explica que en su caso, no estaba evadiendo la ley, sino que se presentó en corte directamente.

“Los mismos trabajadores aquí están trabajando largas horas, están pasando prácticamente el mismo trabajo que nosotros. Ellos no son personas que están especializadas para trabajar con detenidos, porque es como si fueran de seguridad de una tienda o algo así. Esto es algo privado, no tiene nada que ver con las instituciones federales de este país. Ellos no tienen un plan de trabajo, ellos no tienen un manual, ellos están improvisando. Aquí todo el mundo está improvisando”.

Varios abogados de inmigración entrevistados para este reportaje coinciden en sus preocupaciones en relación con la seguridad de los detenidos y el cumplimiento de las mínimas condiciones requeridas para este tipo de centros. “Es un centro que fue construido en un lugar que implica condiciones inhumanas per se, el entorno no es el ideal para un asentamiento poblacional además del daño que puede traer al medio ambiente de la zona”, explicó la experta legal Liudmila Armas Marcelo. “No creo que se haya cumplido con las leyes vigentes, al menos no con las normas de sanidad y de ingeniería civil. No creo que una inspección exhaustiva del lugar haya resultado en una evaluación positiva para su apertura y operación en tan corto tiempo; de hecho, apenas unas horas después de su inauguración comenzaron los problemas, se inundó, el aire acondicionado comenzó a dejar de funcionar en un lugar donde las temperaturas sobrepasan los 100 grados, las picaduras de insectos son constantes y esto puede traer consigo un problema mayor si se desata una epidemia. Desde el punto de vista de las leyes de inmigración, también se están violando. Se están efectuando detenciones arbitrarias, no se está cumpliendo con el debido proceso, y se está privando a las personas del derecho a presentar y defender su alivio migratorio ante un juez, con esto no me refiero solo a los detenidos en ese centro, sino a los que han sido detenidos en todo el país”.

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