Reconectar con viejos amigos, ¿por qué es una decisión que no todos se atreven a tomar?

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El contenido del mensaje noEl contenido del mensaje no determina la decisión de reconectar, revela la investigación - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recordar a un viejo amigo y sentir el impulso de retomar el contacto es una experiencia común, pero solo una minoría se anima a dar el paso.

Una reciente investigación publicada por The Conversation revela que, aunque muchas personas desean reconectar con amistades del pasado, la mayoría no llega a enviar ese mensaje.

El estudio identifica la creencia en la resiliencia de la amistad —la idea de que una relación puede sobrevivir largos periodos sin contacto— como el factor decisivo que impulsa a las personas a reconectar, por encima de cualquier otro elemento.

La creencia en la resilienciaLa creencia en la resiliencia de la amistad impulsa a retomar el contacto con viejos amigos - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El fenómeno tiene una dimensión social relevante. Según los datos recogidos por el equipo de Kristina K. Castaneto y Lara B. Aknin, hasta el 90% de los encuestados afirma tener un “viejo amigo” con quien ha perdido el contacto, pero a quien aprecia.

Sin embargo, solo entre el 30% y el 34% de las personas se decide a enviar un mensaje, incluso cuando las circunstancias son favorables: la relación no terminó mal, existe la creencia de que el otro desea saber de uno y se dispone de la información de contacto necesaria.

Esta reticencia resulta llamativa, ya que las relaciones sociales se asocian de manera consistente con mayores niveles de bienestar y salud, como subraya la investigación difundida por The Conversation.

El contenido del mensaje noEl contenido del mensaje no determina la decisión de reconectar, revela la investigación - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para comprender qué impulsa realmente a las personas a reconectar, los investigadores analizaron más de 850 notas de contacto escritas por participantes en estudios previos. Cada persona redactó un mensaje dirigido a un viejo amigo y tuvo la opción de enviarlo o no.

El análisis de estas notas se realizó en más de 20 dimensiones, incluyendo longitud, carga emocional y presencia de recuerdos personales. Doce de estas dimensiones se evaluaron mediante el programa informático Linguistic Inquiry Word Count (LIWC), que permite medir aspectos como la orientación temporal del mensaje (pasado, presente o futuro) y la cantidad de emociones positivas o negativas.

Además, un equipo de evaluadores humanos analizó temas más subjetivos, como la asunción de responsabilidad por el distanciamiento o la evocación de recuerdos compartidos.

La mayoría desea retomar amistadesLa mayoría desea retomar amistades del pasado, pero pocos dan el primer paso - (Imagen Ilustrativa Infobae)

A pesar de este análisis detallado, los resultados mostraron que el contenido del mensaje —ya fuera su tono, longitud, enfoque temporal o carga emocional— no predecía de manera significativa la decisión de enviarlo.

Solo seis características del mensaje alcanzaron relevancia estadística, y sus efectos fueron pequeños e inconsistentes entre las distintas muestras. Como señalaron los autores, “la renuencia a acercarse a viejos amigos no es experimentada por un tipo de persona, ni las notas de contacto que se envían siguen un tipo de guion”, según recogió The Conversation.

Ante la falta de patrones claros en el contenido de los mensajes, el equipo de investigación dirigió su atención a las características personales de quienes deciden reconectar. Para ello, reclutaron a 312 participantes en campus universitarios y espacios públicos, a quienes se les pidió identificar a un viejo amigo y responder a preguntas sobre su bienestar, personalidad, satisfacción con la amistad y creencias sobre las relaciones.

La confianza en la durabilidadLa confianza en la durabilidad de los lazos sociales es clave para restablecer relaciones - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al final del cuestionario, se les ofreció la oportunidad de escribir y enviar un mensaje a ese amigo. Solo el 34,2% optó por hacerlo. Entre todas las variables analizadas, la única que predijo de manera consistente la decisión de enviar el mensaje fue la resiliencia de la amistad: quienes creían que la relación podía resistir largos periodos sin contacto eran los más propensos a dar el primer paso.

Este hallazgo tiene implicaciones prácticas. Los investigadores aconsejan no obsesionarse con la perfección del mensaje, sino priorizar el acto de comunicarse.

“No te obsesiones demasiado con elaborar el mensaje perfecto, ¡simplemente comunícate con él!”, recomiendan en The Conversation. Y agregan: “Un simple saludo, una referencia a un recuerdo compartido o incluso un mensaje breve como “¡Oye, ha pasado mucho tiempo! ¿Cómo estás?” puede ser suficiente para reactivar el vínculo2.

La investigación sugiere que la mayoría de las personas podría reconectar con viejos amigos si se siente capaz de dar el primer paso, sin preocuparse por el contenido exacto del mensaje. Comprender el papel de la resiliencia de la amistad puede ser el incentivo necesario para retomar ese contacto pendiente.

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