
Una flota de tres satélites, impulsada por la colaboración entre la NASA, la NOAA y SpaceX, será lanzada el 23 de septiembre en una misión conjunta que buscará revolucionar el análisis y la predicción del clima espacial, así como ampliar el conocimiento científico sobre la influencia del Sol en la Tierra y el resto del sistema solar.
Las tres naves, dos de la NASA y una de la NOAA, despegarán en un solo cohete bajo el formato de vuelo compartido.
Cada satélite tiene una misión específica, enfocada en distintos aspectos de la relación entre el Sol, la Tierra y el espacio exterior, aspectos que cobran importancia ante el crecimiento del uso de tecnología sensible a los fenómenos solares y la proyección de nuevas misiones tripuladas, como Artemis II y III, hacia la Luna.

El lanzamiento incluye la Sonda de cartografía y aceleración interestelar (IMAP), liderado por la NASA, que abordará una de las grandes incógnitas de la heliosfera: cómo afecta el Sol a todo el sistema solar desde su frontera exterior.
El artefacto funcionará a una distancia de 1 millón de millas de la Tierra, ubicado en el punto Lagrange 1, posición estratégica que le permitirá captar cambios en la heliosfera en lapsos cortos.
Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, explicó que “la IMAP será una pieza clave para resolver un antiguo rompecabezas de la heliosfera: la influencia del Sol en nuestro sistema solar”.
Agregó que “estos eventos pueden tener consecuencias devastadoras a corto y largo plazo para los astronautas, las naves espaciales y, por supuesto, la tecnología a bordo”. Además, resaltó la importancia del estudio para la protección de los satélites, las comunicaciones y las redes eléctricas en la Tierra.

Junto a la IMAP, se lanzará el satélite de Seguimiento del clima espacial (SWFO), la primera sonda dedicada exclusivamente al monitoreo del clima espacial de la NOAA. Esta nave actuará como sistema de alerta temprana y permitirá anticipar tormentas solares capaces de poner en peligro misiones espaciales, tecnología y la seguridad de vuelos en la atmósfera terrestre.
El tercer elemento de la misión es el Observatorio Geocorona Carruthers, también de la NASA, dedicado a observar la exosfera de la Tierra, considerada parte del escudo planetario frente a las amenazas procedentes del espacio. Este pequeño satélite lleva el nombre de George Carruthers, creador del instrumento que, en la misión Apollo 16, permitió la primera fotografía de la geocorona.
Según los expertos, la ubicación de los tres satélites en el punto Lagrange 1 beneficiará la protección de futuras misiones tripuladas a la Luna, como Artemis II y III, ya que ofrecerán información en tiempo real sobre tormentas de radiación que resultan peligrosas para los astronautas.
Dave McComas, investigador principal de IMAP, explicó que la misión se enfocará en el seguimiento de los átomos neutros energéticos (ENA), denominados por los científicos “mensajeros cósmicos”.

Señaló que “al rastrearlos, creamos un gran mapa de la heliosfera que ayuda a comprender el modelado de sus límites: desde el movimiento del Sol en nuestra galaxia, la presión de los campos magnéticos del exterior y los cambios en el interior originados por el viento solar”.
El sistema de alerta iAlert de la IMAP transmitirá datos en tiempo real sobre el viento solar, partículas energéticas y campos magnéticos, factores esenciales para la predicción del clima espacial y la protección de infraestructuras críticas y tripulaciones.
Fox destacó que estos dispositivos conforman una gran extensión de observatorios espaciales y recalcó: “todos desempeñan un rol sumamente relevante, y juntos constituyen una suerte de gran observatorio meteorológico espacial”. Añadió que “a medida que lanzamos nuevas misiones, ellas cuentan con instrumentación avanzada capaz de realizar mediciones mucho más precisas”.
El lanzamiento de estos dispositivos ocurre en un momento decisivo, ya que gran parte de los instrumentos de observación solar en uso presentan varios años de servicio, al tiempo que la dependencia global de la tecnología expone a la sociedad y la infraestructura a los efectos del clima espacial.