Sistema de defensa aérea en Venezuela está “colapsado”, según informe

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MIAMI - El sistema de defensa aérea de Venezuela se encuentra al borde del colapso, con capacidades técnicas mínimas y una estructura profundamente corrompida, de acuerdo con un nuevo informe del Miami Strategic Intelligence Institute.

Según el reciente informe, más del 60% de los radares están fuera de funcionamiento y gran parte de la aviación de combate se encuentra inactiva o limitada a funciones mínimas 2 de 10. Los pocos recursos disponibles son utilizados para proteger Caracas y La Orchila, epicentros del poder político y militar del régimen de Nicolás Maduro.

El reporte indica que “Venezuela ha dejado de tener un sistema de defensa aérea funcional (...) Lo que existe hoy es un aparato fragmentado, corroído por intereses criminales y operando con objetivos políticos”, señala.

Los radares tipo JYL-1 y JY-11B, esenciales para la vigilancia del espacio aéreo, están mayoritariamente inactivos por falta de repuestos. Solo sobreviven unos pocos aviones SU-30MK2 y F-16, cuya operatividad es esporádica. Los entrenadores K-8W Karakorum, carentes de radar aire-aire, se usan únicamente con fines simbólicos en operativos antidrogas, según un estudio basado en testimonios de personal activo dentro de la Fuerza Aérea y datos técnicos verificado.

"Cartel de los Soles"

El informe también detalla la creciente influencia del llamado Cartel de los Soles, cuyos operadores dentro de comandos estratégicos como CODAI y ZODI coordinan "el apagado deliberado de radares para permitir vuelos clandestinos". Estas acciones han consolidado un corredor aéreo entre Venezuela y México, clave para el tráfico de drogas hacia el norte del continente.

La cooperación internacional tampoco ha logrado revertir esta degradación. China, antigua aliada técnica, ha reducido su apoyo a un mínimo simbólico. Irán, en cambio, ha fortalecido su presencia mediante el envío de drones Mohajer-6 y especialistas en guerra electrónica. Sin embargo, su intervención se limita a reforzar la defensa de las zonas donde se resguarda el alto mando político, sin beneficio real para el resto del país.

¿Intereses del régimen?

De acuerdo con el MSI, Venezuela carece hoy de toda capacidad de proyección militar externa. La Fuerza Armada no puede sostener operaciones fuera del eje Caracas-Maracay, la Marina está virtualmente inoperativa, y las fuerzas terrestres no cuentan con movilidad táctica. Internamente, la supervivencia del régimen depende más del aparato represivo —milicias, FAES, colectivos— que del poderío convencional.

“El cielo venezolano no está defendido”, sentencia el informe. “Está vigilado únicamente en función de los intereses del poder, mientras las rutas del narcotráfico y el crimen organizado permanecen abiertas con total impunidad”.

El estudio advierte que un movimiento opositor con respaldo aéreo o externo podría superar con facilidad las defensas en gran parte del territorio. Solo Caracas, blindada por razones políticas, ofrece resistencia significativa.

FUENTE: Con información de Miami Strategic Intelligence Institute

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