Sudáfrica inyecta material radiactivo en cuernos de los rinocerontes para frenar la caza furtiva

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Funcionarios preparan a un rinoceronteFuncionarios preparan a un rinoceronte para inyectarle un isótopo radiactivo en un refugio de rinocerontes en Mokopane, Sudáfrica, el 31 de julio del 2025 (AP foto/Alfonso Nqunjana)

Sudáfrica ha lanzado una nueva estrategia para frenar la caza furtiva de rinocerontes, una de las principales amenazas que enfrenta esta especie. El jueves pasado, la Universidad de Witwatersrand, en colaboración con autoridades nucleares y organizaciones conservacionistas, anunció que ha comenzado a inyectar isótopos radiactivos en los cuernos de los rinocerontes. El objetivo es claro: hacer que los cuernos sean fácilmente detectables por escáneres de radiación en aeropuertos y pasos fronterizos, dificultando su tráfico ilegal.

Según los científicos responsables del Proyecto Rhisotope, los niveles de radiación son bajos y no representan un riesgo para la salud de los animales. James Larkin, director científico del proyecto, explicó que se realizaron múltiples pruebas a lo largo de los ensayos piloto, y que estas demostraron que el procedimiento es seguro y eficaz. “Hemos demostrado, más allá de toda duda científica, que el proceso es completamente seguro para el animal”, sostuvo. Además, indicó que incluso muestras con niveles de radiación inferiores a los utilizados en la práctica real activaron con éxito los detectores en puntos de control internacionales.

Este esfuerzo llega en un momento crítico para la especie. A comienzos del siglo XX, se estimaba que existían unos 500.000 rinocerontes en el mundo. Hoy, esa cifra ha caído a unos 27.000 ejemplares, en gran parte por la demanda de sus cuernos en el mercado negro, especialmente en países asiáticos como China y Vietnam, donde se les atribuyen propiedades medicinales infundadas. Sudáfrica, que alberga cerca del 60% de la población mundial de rinocerontes, es también el país más afectado por la caza ilegal: aproximadamente 500 animales son asesinados al año por sus cuernos.

Este esfuerzo llega en unEste esfuerzo llega en un momento crítico para la especie (REUTERS/Siphiwe Sibeko/File Photo)

En paralelo, un nuevo estudio publicado en la revista Science ha dado lugar a un intenso debate entre activistas. Se trata de una investigación liderada por el científico sudafricano Tim Kuiper, que analiza el impacto del descorne sistemático de los rinocerontes entre 2017 y 2023 en once reservas del norte del país. La práctica, que consiste en cortar periódicamente los cuernos de los animales bajo sedación, ha demostrado reducir hasta en un 78 % la caza furtiva en aquellas reservas que la adoptaron.

El estudio, respaldado por la Universidad Nelson Mandela, la Universidad de Oxford y diversas ONG, analizó más de 2.000 casos y confirmó que, a pesar de lo invasivo del procedimiento, el impacto negativo sobre la salud de los animales es mínimo. “El descornado redujo consistentemente la caza furtiva”, afirmó Kuiper. No obstante, reconoció que quitarle el cuerno a un rinoceronte es “una especie de mal necesario”, dada la urgencia por proteger a la especie.

Las críticas, sin embargo, no se hicieron esperar. Activistas y especialistas en bienestar animal advierten que el cuerno tiene funciones ecológicas clave: los rinocerontes lo utilizan para defenderse de los depredadores, para competir por el territorio y, en algunos casos, incluso para buscar alimento. “Es parte esencial de su biología”, dijo Vanessa Duthe, investigadora que no participó en el estudio. A pesar de ello, Duthe reconoció que, hasta ahora, no se han observado efectos adversos sobre la reproducción o la mortalidad de los rinocerontes descornados.

Ambas estrategias —la radiactividad en los cuernos y el descorne periódico— se presentan como soluciones temporales frente a una problemática más amplia. Kuiper advierte que el descorne por sí solo no acabará con la caza furtiva. La clave, sostiene, está en una respuesta integral que combine aplicación de la ley, apoyo a los guardabosques, monitoreo tecnológico y cooperación internacional.

(Con información de AP)

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