
Una tormenta invernal atípica para el mes de junio ha activado una alerta en el extremo norte de Alaska, donde se espera una acumulación de nieve de hasta 33 centímetros en sectores montañosos del Brooks Range, según reportó el pasado lunes el National Weather Service (NWS) con sede en Fairbanks.
La Vigilancia de Tormenta Invernal se extiende desde el jueves por la noche hasta altas horas del viernes, y afecta especialmente la región al sur del Toolik Lake, una zona remota y elevada que suele experimentar condiciones climáticas extremas, aunque rara vez en esta época del año. Las áreas más vulnerables al impacto directo incluyen los pasos de montaña Atigun y Anaktuvuk, ambos situados sobre los 4,000 pies (casi 1220 km) de altitud.
De acuerdo con el comunicado emitido por el NWS, el sistema comenzará a afectar la región con nevadas leves a partir de este miércoles por la tarde, intensificándose durante la noche del jueves. Se anticipa que las condiciones más severas se registren entre el jueves por la noche y el viernes por la tarde, coincidiendo con el mayor volumen de precipitación acumulada.

Junio marca tradicionalmente el inicio del deshielo y la ruptura del hielo en gran parte del territorio de Alaska. Sin embargo, este tipo de tormentas no son imposibles en zonas de alta montaña como el Brooks Range. La región se caracteriza por una interacción frecuente entre masas de aire ártico persistente y patrones atmosféricos inusuales, lo que permite la intrusión de aire frío hacia el interior del estado, incluso en pleno verano boreal.
Aunque raras, las nevadas de este tipo han sido documentadas previamente en esta área. La actual proyección de entre 7 y 13 pulgadas de nieve figura entre las más elevadas para un mes de junio en los últimos años, aunque el NWS aclara que se mantiene dentro de los márgenes históricos posibles para esa zona específica de montaña.
Mapas interactivos ilustran con precisión las zonas que podrían verse más afectadas por el sistema frontal. Los tonos intensos de azul sobre los pasos de montaña indican acumulaciones significativas, en especial en áreas elevadas, lo que podría traducirse en serios riesgos para el transporte y la movilidad regional.

El Atigun Pass, una de las rutas más importantes en la columna vertebral logística del norte de Alaska, forma parte del Dalton Highway, una carretera de más de 600 kilómetros que conecta el interior del estado con las zonas petroleras del Océano Ártico. Su cierre, incluso temporal, representa una amenaza directa a las operaciones de abastecimiento, tanto para comunidades aisladas como para infraestructuras estratégicas.
La previsión del NWS advierte explícitamente sobre “condiciones de viaje difíciles” a lo largo de estos pasos de montaña. La alerta ha sido tomada con seriedad por agencias de emergencia locales y departamentos de transporte, que están monitoreando la evolución del sistema frontal con atención.
“Se recomienda planificar con anticipación y estar preparado para demoras y posibles cierres temporales de rutas de montaña”, señala el boletín oficial emitido por la oficina del NWS en Fairbanks. La posibilidad de escalar la advertencia a una Alerta de Tormenta Invernal (Winter Storm Warning) está bajo evaluación, en función de cómo evolucione la confianza en los modelos de precipitación y temperatura.

La llegada repentina de una nevada intensa contrasta fuertemente con los meses previos en Alaska, donde se registró un invierno particularmente seco y cálido. Esta anomalía afectó a múltiples actividades del calendario tradicional del estado, incluida la histórica Iditarod Trail Sled Dog Race.
A principios de 2025, los organizadores de la carrera se vieron obligados a reubicar el inicio oficial desde Anchorage hasta Fairbanks, debido a la falta de nieve en zonas clave del trayecto. Fue la cuarta vez en la historia del evento que se recurrió a esta medida extraordinaria, motivada por la ausencia total de precipitaciones en áreas como Nikolai, donde no nevó desde enero.
“La falta de permafrost y la exposición de terreno irregular representaban un riesgo inaceptable para los perros”, señalaron entonces los organizadores. El barro y los desniveles sin cobertura de nieve pusieron en peligro tanto a los animales como a los mushers (conductores de trineos), obligando a replantear toda la logística del evento.

El boletín del NWS enfatiza que la situación meteorológica está sujeta a cambios rápidos y que podría escalarse a medida que se acerquen los días críticos. Mientras tanto, se recomienda a residentes, transportistas y viajeros estar atentos a actualizaciones y actuar con precaución.
A pesar de que la luz diurna en Alaska alcanza su punto máximo en estas fechas, el regreso de la nieve a los corredores montañosos del norte refleja una realidad persistente: el clima extremo y la imprevisibilidad continúan marcando el ritmo de vida en el Ártico.