Tras 75 años del accidente aéreo que mató a 58 personas en el Lago Michigan, finalizan la búsqueda del avión

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La búsqueda del vuelo 2501La búsqueda del vuelo 2501 de Northwest Orient en el lago Michigan concluye tras dos décadas de esfuerzos. (AP Foto/Teresa Crawford)

Setenta y cinco años después del peor accidente de aviación en la historia de Estados Unidos, la búsqueda del vuelo 2501 de Northwest Orient en el lago Michigan ha llegado a su fin, tras dos décadas de esfuerzos liderados por la Asociación de Naufragios de Michigan y el respaldo de figuras como el escritor Clive Cussler.

El 23 de junio de 1950, el vuelo 2501, un DC-4 de hélice, despegó del Aeropuerto LaGuardia de Nueva York con destino a Seattle, realizando dos escalas previstas en su trayecto.

A bordo viajaban 58 personas, entre ellas el capitán Robert C. Lind, de 35 años, el copiloto Verne F. Wolfe, también de 35 años, y la azafata Bonnie Ann Feldman, de 25 años.

La Asociación de Naufragios deLa Asociación de Naufragios de Michigan y Clive Cussler lideraron la investigación para hallar los restos del avión. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La lista de pasajeros incluía 27 mujeres, 22 hombres y seis niños, según la Asociación de Naufragios de Michigan. La tragedia se desencadenó cuando una intensa tormenta sorprendió a la aeronave sobre el lago Michigan, provocando su caída y la muerte de todos los ocupantes. En ese momento, el siniestro se convirtió en el desastre aéreo más grave registrado en el país.

La magnitud del accidente quedó evidenciada cuando escombros y partes de cuerpos aparecieron en la costa de South Haven, Michigan.

La fuerza del impacto fue tal que, según la directora ejecutiva de la Asociación de Naufragios de Michigan, Valerie van Heest, “sabemos que este avión impactó el agua con gran fuerza y que no había forma de sobrevivir a esto”. Van Heest, quien ha dedicado años a investigar el caso y es autora del libro “Fatal Crossing”, ha sido una de las figuras centrales en la búsqueda de respuestas para las familias de las víctimas.

La búsqueda cubrió más deLa búsqueda cubrió más de 1.800 kilómetros cuadrados con tecnología de sonar, sin hallar restos del avión. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Impulsada por la Asociación de Naufragios de Michigan, durante dos décadas, el equipo utilizó tecnología de sonar de barrido lateral para explorar el fondo del lago. En total, cubrieron 1.813 kilómetros cuadrados, una extensión que da cuenta de la dificultad de la tarea.

A pesar de estos esfuerzos, los científicos concluyeron que el avión probablemente se desintegró en fragmentos demasiado pequeños para ser detectados por el sonar y que estos restos se habrían “hundido en el lodo” del lecho lacustre.

La búsqueda contó con laLa búsqueda contó con la colaboración de un reconocido escritor. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Clive Cussler, reconocido autor de novelas de aventuras y entusiasta de la exploración submarina, financió la búsqueda hasta 2017.

Cussler, cuyas obras han vendido millones de ejemplares, aportó recursos y experiencia en la localización de naufragios. En 2018, expresó su esperanza de que “algún día las familias de los perdidos puedan encontrar un cierre a este dolor”. Su fallecimiento en 2020 marcó el final de una etapa en la investigación, pero su legado continuó inspirando a los involucrados.

Entre 2005 y 2013, la organización sin fines de lucro halló nueve naufragios en el lago Michigan, aunque ninguno correspondía al vuelo 2501. Posteriormente, la Asociación de Naufragios de Michigan prosiguió de manera independiente durante una década más, completando la cobertura de una cuadrícula de 600 millas cuadradas (1.554 kilómetros cuadrados).

En este periodo, localizaron dos tumbas sin marcar donde se habían enterrado restos de las víctimas, pero no lograron encontrar escombros del avión. En una publicación en redes sociales, el grupo destacó la importancia de estos hallazgos para la memoria de quienes perdieron la vida en el accidente.

La decisión de poner fin a la búsqueda no ha sido sencilla para quienes han dedicado años a esta causa. Valerie van Heest manifestó a The Detroit News sus sentimientos encontrados: “Es difícil decirlo, porque una parte de mí siente que hemos fracasado, pero hemos hecho tanto para mantener el recuerdo de este accidente y de estas víctimas en primer plano que siento que lo hemos hecho mejor que si hubiéramos encontrado los restos”.

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