
Zoë Kravitz transita una etapa clave en su carrera, fusionando reconocimiento profesional con una autenticidad renovada. La reciente nominación al Emmy por su participación en The Studio de Apple TV+ y su papel en la película Caught Stealing junto a Austin Butler la consolidan en el centro de la conversación cultural, mientras revisa su relación con la fama y la creatividad.
En una entrevista con W Magazine, la actriz, directora y productora muestra una faceta más relajada y lúdica, distante de la imagen reservada que suele proyectar en la industria.
La nominación al Emmy a Mejor Actriz Invitada en una Serie de Comedia representa un punto culminante en la trayectoria de Kravitz.

En The Studio, interpreta una versión satírica de sí misma, involucrada en situaciones absurdas, con escenas de improvisación que captaron la atención del público y la crítica.
“Improvisé esa frase. Estoy muy orgullosa de ella”, explicó Kravitz sobre uno de los momentos más recordados de la serie, en el que su personaje describe a Seth Rogen como “una reina judía negra”.
Paralelamente, Kravitz asume un rol protagónico en Caught Stealing, comedia negra dirigida por Darren Aronofsky y basada en la novela de Charlie Huston. Ambientada en el East Village neoyorquino de los años 90, la historia sigue a Hank, un exjugador de béisbol interpretado por Austin Butler, inmerso en una cadena de enredos tras aceptar cuidar el gato de su vecino.

Kravitz da vida a la novia de Hank, una mujer enigmática y reservada, aportando profundidad y humor a la trama. Aronofsky señaló que buscaba una actriz capaz de transmitir el espíritu neoyorquino, y tras conocer a Kravitz, supo inmediatamente que era la indicada. “Me envió el guion por mensaje de texto, lo cual me pareció gracioso”, recordó la actriz sobre el peculiar proceso de selección.
“Cuando participé en Caught Stealing, me enfoqué en otros aspectos, lo que hizo el trabajo más divertido, porque fui muy consciente de lo complejo que es hacer una película y de la presión que recae sobre el director”.
El reparto se completa con Liev Schreiber, Vincent D’Onofrio, Regina King, Matt Smith, Griffin Dunne y el debutante Benito Antonio Martínez Ocasio (Bad Bunny), cuya presencia en el set y en la residencia musical de San Juan generó comentarios entre los protagonistas.

La carrera de Kravitz refleja una constante evolución. Desde su debut en la comedia romántica Sin Reservas en 2007, participó en producciones de alto perfil como Big Little Lies, High Fidelity, Batman y X-Men: Primera generación.
Su paso a la dirección con el thriller psicológico Blink Twice en 2024 marcó un punto de inflexión, tanto en su visión profesional como personal. “Creo que los actores están bastante protegidos del proceso”, reflexionó sobre su experiencia detrás de cámara.
El entorno familiar influyó notablemente en el desarrollo artístico de Kravitz. Hija de la actriz Lisa Bonet y del músico Lenny Kravitz, y nieta de Roxie Roker (protagonista de “The Jeffersons”), creció en un ambiente donde creatividad y disciplina coexistían.

Su infancia en Topanga, California, estuvo marcada por límites estrictos respecto al consumo de televisión, lo que la llevó a inventar personajes y escenas inspiradas en películas. “Siempre se inspiraban en películas”, recordó sobre aquellos juegos que, más tarde, se convirtieron en la base de su vocación.
A pesar de su imagen pública como referente de estilo y embajadora de Saint Laurent, Kravitz se define como una “chica rara de teatro” y reconoce que la percepción de ser la personificación del estilo no siempre corresponde a la realidad.
“Me honra mucho que asocien esa palabra conmigo a menudo, pero el otro día salí del baño y tenía la bragueta bajada, lo que me ocurre quizás el 75% del tiempo”, confesó entre risas a W Magazine.
Esta sinceridad se refleja también en su perspectiva sobre la fama y el escrutinio mediático: “Los artistas que trabajan tienen mucha suerte, pero cuando lo haces a esta escala, hay ventajas y desventajas. Personalmente, el hecho de que siempre pueda volver a la razón por la que hago arte lo equilibra todo y también me ayuda a no sentirme mal o traicionada. Es una existencia compleja y extraña, pero mientras siga reconociendo esa parte, está bien”.
La moda fue una constante en la vida de Kravitz, aunque hoy prefiere delegar las decisiones estilísticas en su equipo y optar por un vestuario más uniforme para el día a día.
Su amistad con Anthony Vaccarello, director creativo de Saint Laurent, y su afinidad por marcas como The Row, se mantienen en sus apariciones públicas, pero la actriz busca ahora un equilibrio entre sofisticación y comodidad.

En cuanto al futuro, Kravitz mantiene varios proyectos en desarrollo, entre ellos How to Save a Marriage, un guion enviado por Robert Pattinson. Sin embargo, prioriza mantener un ritmo de vida más pausado, alejada de la hiperconectividad y recuperando la capacidad de asombro de la infancia.
Dedica tiempo a ver películas, escuchar música y leer sobre relaciones humanas, actividades que, según relata, le permiten reconectar con su creatividad.
En este momento, Kravitz abraza la incertidumbre y la rareza de la existencia, consciente de que, al final, todos compartimos una naturaleza tan insólita como común.