
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó este martes su pesar por el tiroteo masivo ocurrido la noche del lunes en Manhattan, en el que murieron cuatro personas, incluido un agente de la policía de Nueva York, antes de que el atacante se quitara la vida.
“He sido informado sobre el trágico tiroteo que tuvo lugar en Manhattan, un lugar que conozco y amo”, escribió Trump en su plataforma Truth Social. “Confío en que nuestras fuerzas del orden lleguen al fondo de la cuestión para averiguar por qué este lunático enloquecido cometió un acto de violencia tan insensato. Mi corazón está con las familias de las cuatro personas que murieron, incluido el agente de policía de Nueva York que hizo el sacrificio supremo. Que Dios bendiga al Departamento de Policía de Nueva York y a Nueva York.”
El tiroteo ocurrió en 345 Park Avenue, una torre de oficinas ubicada en una de las zonas más transitadas de Manhattan. Entre los inquilinos del edificio figuran la NFL, la firma de inversiones Blackstone, la consultora KPMG y el consulado general de Irlanda.
Según la policía, el atacante —identificado como Shane Tamura, de Las Vegas— descendió de un BMW con un rifle M4 y abrió fuego tras ingresar al edificio. Primero disparó contra el agente fuera de servicio Didarul Islam, quien falleció en el lugar. Luego atacó a una mujer que intentó refugiarse, a un guardia de seguridad y a un empleado en el vestíbulo. Tras subir al piso 33, en el que operaba una inmobiliaria, mató a otra persona antes de suicidarse.
Las autoridades creen que Tamura tenía como objetivo las oficinas de la NFL, pero tomó el ascensor equivocado. Así lo afirmó el alcalde Eric Adams, quien señaló que los investigadores trabajan con la hipótesis de un ataque premeditado contra la liga profesional de fútbol americano.
De acuerdo con la comisionada de policía Jessica Tisch, Tamura tenía antecedentes de salud mental y en su cuerpo se halló una nota en la que afirmaba padecer encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad cerebral asociada con traumatismos craneales recurrentes, frecuentes en deportes de contacto como el fútbol americano. Tamura habría jugado este deporte en su juventud, durante la secundaria en California.
La nota solicitaba que su cerebro fuera examinado tras su muerte. Este dato, junto con la elección del lugar del ataque, refuerza la línea de investigación centrada en un posible resentimiento hacia la NFL, institución que el atacante habría vinculado con su presunto diagnóstico.
El automóvil de Tamura fue rastreado en su viaje desde Las Vegas hasta Nueva York, pasando por Colorado, Nebraska, Iowa y Nueva Jersey. En su vehículo se encontraron un estuche de rifle, un revólver, cargadores y municiones.
En Las Vegas, donde Tamura tenía domicilio registrado, nadie respondió en la dirección aportada.
El agente Didarul Islam, de 36 años, inmigrante de Bangladesh, había servido en el Departamento de Policía de Nueva York durante tres años y medio. Estaba casado y tenía dos hijos pequeños; su esposa está embarazada del tercero.
Otra de las víctimas fue Wesley LePatner, ejecutiva de bienes raíces de Blackstone, graduada en Yale y exdirectiva de Goldman Sachs. La firma emitió un comunicado expresando su dolor por la pérdida de una colaboradora “brillante, apasionada y generosa”.
Las identidades de las otras dos víctimas mortales no fueron divulgadas hasta el momento. Un quinto hombre resultó gravemente herido y permanece en estado crítico.
El tiroteo ocurre en un momento en que Nueva York registra una tendencia descendente en el número de heridos por arma de fuego, de acuerdo con autoridades locales. La violencia desatada por Tamura pone de relieve los desafíos persistentes de salud mental, posesión de armas y seguridad en espacios públicos, incluso en una ciudad que presume cifras en mejora.