
Un gato doméstico del estado de California ha sido sacrificado tras contraer una cepa de gripe aviar tipo H5N1, luego de haber consumido un lote identificado de alimento crudo para gatos, según anunció la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) en un comunicado. El organismo detalló que el animal se enfermó tras ingerir el producto RAWR Raw Cat Food Chicken Eats en su presentación de “sliders”, el cual después resultó positivo en pruebas para la mencionada cepa del virus.
La fuente federal relató que la alerta inicial surgió luego de que funcionarios sanitarios de San Francisco analizaron los lotes CCS 25 077 y CCS 25 093 de la comida involucrada. Al realizar pruebas de secuenciación genética, se identificó presencia de gripe aviar H5N1 tanto en la muestra extraída del paquete que ingirió el gato enfermo como en productos equivalentes adquiridos en tiendas, señaló la FDA.
Por ahora, la agencia no ha confirmado si existen más casos felinos asociados a estos lotes específicos, ni tiene constancia de infecciones humanas relacionadas con la manipulación o exposición al alimento. No obstante, RAWR optó por retirar los lotes señalados mientras continúan las investigaciones oficiales, aunque no se ha decretado un retiro generalizado del mercado.
El producto RAWR Raw Cat Food Chicken Eats que sirvió como vector de la infección se comercializa en bolsas plásticas re-sellables, congeladas, de 2.5 libras (1.13 kilogramos). Cada bolsa contiene unas 40 unidades de una onza (28 gramos) de alimento crudo. El empaque es distinguible por su diseño amarillo y blanco con letras negras y el código de lote aparece visible en cada envase, especificó la FDA. Los lotes CCS 25 077 y CCS 25 093 permanecen identificados como potencialmente peligrosos tras confirmarse en laboratorio la presencia de gripe aviar.
La agencia federal reiteró que, a pesar de la detección del virus en los lotes afectados, hasta la fecha no existe evidencia del contagio de gripe aviar en seres humanos por exposición a este alimento. El monitoreo y las pruebas continuarán para descartar la propagación a otros animales o posibles riesgos a la salud pública.

La FDA hizo énfasis en la importancia de que los propietarios de mascotas se mantengan atentos ante signos sugestivos de infección. Entre los síntomas identificados están fiebre, decaimiento, disminución del apetito, ojos enrojecidos o inflamados, secreción ocular y nasal, problemas respiratorios o alteraciones neurológicas como temblores, convulsiones, incoordinación, o pérdida de visión.
De acuerdo con la información suministrada por la FDA, aquellas especies domésticas más vulnerables a la acción del virus —como animales muy jóvenes, ancianos o inmunosuprimidos— deberían recibir especial vigilancia médica. Los dueños que adviertan síntomas compatibles en sus mascotas deben concurrir lo antes posible a una consulta veterinaria para reducir riesgos de agravamiento o mortalidad.
En su comunicado, la agencia aclaró que los perros pueden infectarse con gripe aviar, aunque los cuadros son menos graves y el desenlace letal es infrecuente comparado con los gatos. Entre las recomendaciones se incluyó una advertencia sobre la manipulación cuidadosa de cualquier tipo de alimento crudo para animales.
La FDA reiteró la necesidad de higiene cuando se manipulan alimentos para mascotas, aconsejando lavarse cuidadosamente las manos después del contacto con alimentos crudos, así como desinfectar todas las superficies, utensilios o recipientes que haya tocado el producto. Esto pretende reducir la exposición a microorganismos patógenos y limitar la propagación del agente infeccioso en el entorno doméstico.
Aunque no se ha ordenado un retiro oficial de la línea de alimentos, la empresa RAWR fue notificada por las autoridades e informó la remoción de los lotes afectados de los canales de distribución. Las investigaciones continúan enfocadas en determinar el origen preciso de la contaminación, su potencial alcance en la red de comercialización y en monitorear la aparición de nuevos casos en animales domésticos.
Este caso pone nuevamente en el centro del debate el impacto del consumo de alimentos crudos en mascotas y los riesgos directos e indirectos para la salud animal, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU.