
Un gato sobrevivió a estar girando en agua fría durante casi una hora en una lavadora después de quedar atrapado dentro del dispositivo durante un ciclo de limpieza. Pablo, un felino de nueve meses, dormía una siesta dentro de la lavadora en su casa, cuando su dueño la encendió, atrapando sin darse cuenta al birmano dentro.
Según una publicación de Facebook del 10 de junio del Hospital Especialista en Pequeños Animales (SASH), el minino birmano solo desapareció por un buen rato, y a pesar de que su familia lo buscó por toda la casa, no dieron con él sino hasta que abrieron la lavadora, que acababa de terminar un ciclo completo.
Tras el ciclo de tres mil revoluciones de centrifugado por minuto, con jabón, sin ropa dentro, Pablo fue encontrado 55 minutos después en estado crítico, por lo que lo trasladaron de urgencia a la clínica veterinaria.

El gato se encontraba en estado crítico cuando su familia, residentes de Gold Coast (Australia), lo llevó al Hospital Especialista en Pequeños Animales (SASH), donde ingresó a urgencias con lesiones graves.
“Tenía daño cerebral, lesiones pulmonares y había perdido varios dedos de las patas”, explicó la doctora Ella Yarsley, veterinaria del centro, en declaraciones a 7 News Australia. “Probablemente estaba en la condición más grave que he visto en mucho tiempo. Pocos han visto gatos pasar por un ciclo completo y sobrevivir”.
Gracias a la rápida atención del equipo veterinario, Pablo recibió cuidados intensivos las 24 horas durante una semana, incluyendo medicación, monitoreo constante y tratamiento para sus heridas.
Contra todo pronóstico, Pablo logró superar las lesiones más graves y, al cabo de siete días, fue dado de alta con solo algunas heridas menores, principalmente en una de sus patas traseras y en la punta de la cola. “Dicen que los gatos tienen nueve vidas, pero creo que Pablo tiene más de nueve después de lo que le pasó”, comentó un trabajador del hospital.
A través de redes sociales, el hospital SASH compartió actualizaciones sobre la evolución de Pablo y agradeció tanto a la familia como al equipo médico que intervino en su rescate. “A pesar de su curiosidad descarada, Pablo está aquí hoy gracias a la rápida reacción de su familia y al trabajo de nuestros especialistas”, publicaron en su cuenta oficial de Facebook.
Actualmente, Pablo continúa asistiendo al hospital para curaciones y revisiones, pero su estado de salud general es favorable y se espera que su recuperación sea completa.

A pesar de lo insólito y grave del asunto, el caso de Pablo no es un hecho aislado. En los últimos años, diversos veterinarios y asociaciones de protección animal advierten sobre el riesgo que representan electrodomésticos como lavadoras, secadoras o refrigeradores para los gatos, quienes suelen buscar estos espacios cerrados y cálidos como escondites o lugares para dormir.
Accidentes similares ocurrieron en diferentes partes del mundo. En 2020, otro gato birmano en la región de Sunshine Coast, Australia, sobrevivió a un ciclo de 12 minutos en la lavadora. En 2019, en Estados Unidos, una mujer encendió accidentalmente su lavadora con su gato Félix dentro, y en Tasmania, ese mismo año, un gatito fue rescatado tras permanecer 30 minutos dentro de la máquina en funcionamiento.
“Con el clima más frío, es el lugar perfecto para que los gatos intenten esconderse y echarse una siesta”, advirtió el veterinario australiano Dan Capps, en referencia a la atracción de estos electrodomésticos para los felinos.
Por ello, tanto especialistas como organizaciones instan a los dueños de mascotas a revisar cuidadosamente el interior de estos aparatos antes de ponerlos en marcha. Un artículo de Experto Animal recomienda tener este tipo de electrodomésticos cerrados cuando no están en funcionamiento, además de hacer una observación previa a la máquina antes de echarla a andar, para prevenir accidentes con los mininos.
Mientras continúa su recuperación, Pablo se ganó el apodo de “el gato milagro”, y su familia, agradecida, reiteró su compromiso de cuidar cada rincón de su hogar para que ningún accidente similar vuelva a ocurrir. “Fue casi un milagro”, concluyó la doctora Yarsley, quien reconoce que la historia de Pablo será difícil de olvidar incluso para el personal médico acostumbrado a casos complejos.