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Un oso negro fue avistado el lunes en un árbol del centro de Herndon, Virginia, y permaneció allí durante cuatro horas antes de ser tranquilizado. (Policía de Herndon)Se cree que un oso negro errante que el mes pasado hizo una visita a los suburbios de Maryland es el mismo que pasó horas el lunes en un árbol de la localidad de Herndon, en el norte de Virginia.
De vez en cuando se ven osos en la zona de Washington, pero siguen siendo una novedad suficiente para atraer a una multitud, al menos pequeña, como ocurrió con el visitante de Herndon, una ciudad de unos 25.000 habitantes en el condado de Fairfax.
Un observador no entrenado podría no haber sabido lo suficiente sobre las características de los osos como para concluir que el animal encontrado en Virginia el lunes era el mismo que el visto el mes pasado en Maryland. Sin embargo, la criatura avistada en Herndon mostraba una distinción importante que parecía relacionarla con las aventuras al otro lado del Potomac.
El oso que finalmente fue puesto a salvo el lunes en Virginia llevaba un collar de seguimiento, según las autoridades.
Los especialistas en fauna salvaje suelen colocar este tipo de dispositivos en el cuello de los animales para recabar datos sobre su paradero. Al oso avistado el Día de los Caídos en Langley Park se le colocó un collar de seguimiento en el cuello, al parecer para realizar un estudio sobre los movimientos de los osos.
El ejemplar llevaba un collar de seguimiento colocado previamente para estudios sobre el comportamiento de osos en zonas suburbanas. (Policía de Herndon)La policía de Herndon dijo que el oso del lunes “estaba siendo rastreado”. The Washington Post no pudo localizar inmediatamente a los especialistas el lunes por la noche para descifrar las señales enviadas por el collar y dar detalles sobre la odisea del animal por los suburbios.
Sin embargo, antes de ser encontrado en Langley Park, al parecer había estado en las zonas de Laurel y Beltsville de Prince George’s. Posteriormente, los medios de comunicación indicaron que había sido visto en Bethesda.
Un funcionario de Herndon dijo que al parecer el mismo oso fue visto la semana pasada en tres localidades del norte de Virginia: McLean, Viena y Reston.
Los especialistas afirman que los osos jóvenes que aparecen en zonas pobladas a menudo acaban de ser liberados de la tutela de sus madres y se les deja que busquen comida por su cuenta.
En cualquier caso, restablecer los ritmos normales de vida en Herndon mientras se adaptaban a la presencia del huésped no invitado requirió horas de espera.
El mismo oso habría sido visto en Langley Park durante el Día de los Caídos, y en localidades como McLean, Viena y Reston en días recientes. (Policía de Herndon)El oso pasó unas cuatro horas en un árbol del bloque 800 de Elden Street el lunes, dijo Lisa Herndon, responsable de información pública del Departamento de Policía de Herndon. Se prefirió, dijo, que permaneciera allí hasta la llegada de un biólogo del Departamento de Recursos de Vida Silvestre de Virginia.
La proximidad de las líneas eléctricas disuadió a las autoridades de tranquilizar al oso, lo que podría haber provocado que el animal cayera y entrara en contacto con las líneas eléctricas, dijo la portavoz. Así que acordonaron el árbol y esperaron.
Al final, la paciencia humana se vio recompensada cuando el animal descendió arrastrándose cuidadosamente por el tronco del árbol. Parecía que el éxito estaba cerca. Pero entonces, según el portavoz, el oso se alejó y trepó a otro árbol.
Esta vez, sin embargo, se consideró seguro tranquilizar al animal. El cuerpo de bomberos del condado colaboró, dijo Herndon, aportando una escalera y una especie de lona de emergencia que se despliega para atrapar a personas que pueden caerse o saltar desde lugares altos.
El oso fue entregado debidamente y a salvo en manos de los miembros de la agencia estatal de vida salvaje, que se lo llevaron para reubicarlo en una zona más rural.
Allí, presumiblemente, podrá vivir una vida tranquila, dedicándose a actividades típicamente ursinas, posiblemente olvidando sus días en los suburbios, quizá incapaz incluso de recordar por qué una vez le parecieron tan atractivos.
(c) 2025, The Washington Post
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