Un perro tímido y con miedo de sus vecinos se vuelve amigable gracias a un cartel y muchas pelotas de tenis

Mojo, un perro labrador color negro, se mudó juntó con su familia a un nuevo vecindario, pero su ansiedad hacia los desconocidos estaba complicando las cosas en su día a día. A pesar de ser un perro muy juguetón y cariñoso, este can tiene una desconfianza persistente hacia la gente nueva, por lo que solía ladrarle a la gente que pasaba frente a su casa.

Para aliviar la tensión por el cambio de casa, así como la “ansiedad social” que sentía el "amigo de cuatro patas", su dueña Annie Cummings tuvo una idea para solucionar tanto los miedos de Mojo como los de las personas que pasaban frente al hogar diariamente.

La mamá humana de Mojo colocó una cubeta con pelotas de tennis sobre la reja de su casa, así como un letrero que mencionaba que el can no es peligroso, y que para comprobarlo, si le lanzan una pelota “se convertirían en amigos”. La escena se compartió en videos de TikTok y rápidamente se viralizó la historia de este canino debido a su ternura.

Mojo, junto al balde de pelotas que lo hizo famoso en su vecindario. —(TikTok, /@annicummings)

Mojo fue adoptado por Anni Cummings en 2022, y aunque el vínculo entre ambos fue inmediato, el perro tenía una desconfianza persistente hacia la gente nueva, especialmente cuando se acercaban a su espacio. Sus ladridos no eran de agresividad, sino de miedo, de una desconfianza sembrada probablemente por algún evento antes de su paso por el refugio en el que antes vivía.

A pesar de que la relación entre Cummings y el can se fortaleció cada vez más y desaparecieron los ladridos, cuando la familia —integrada además por la pareja de la joven y otra perra golden retriver— se mudó de casa el problema volvió. Por ello, la ingeniosa idea de la mujer fue clave para el desarrollo social de su mascota, que ama las pelotas de tenis.

“Te prometo que no soy malo. ¡Solo lánzame la pelota de tenis y seremos amigos!”, dice el mensaje junto al balde de pelotas. En menos de 20 minutos, un vecino se animó a interactuar con Mojo, y se quedó jugando con él y con su hermana Lilly (una golden retriver de pelo dorado), cambiando el miedo por mucha alegría y nuevos amigos.

Una nota escrita con amor ayudó a Mojo a convertir el miedo en juego. —(TikTok, /@annicummings)

El gesto transformó por completo la vida de Mojo y la dinámica con su comunidad, pues de ser un perro reservado y nervioso, el “mejor amigo del hombre” se convirtió incluso en la estrella del vecindario. Niños, adultos, paseadores de perros e incluso el cartero comenzaron a detenerse frente a su casa para lanzarle una pelota.

“Funcionó y al vecindario le encantó”, compartió Cummings. “Además, dejó de perseguir al cartero. Le lleva una pelota, apoya ambas patas delanteras en la cerca, espera que lo acaricien y le lanza la pelota”. En su cuenta de TikTok comparte diversos videos donde se ve que Mojo ahora disfruta que la gente se pare frente a su reja y lo busque para jugar.

Además de ser una figura querida en su comunidad, también tiene fanáticos en redes sociales. El video donde se muestra su cartel y su reacción ante los transeúntes acumuló miles de reacciones y comentarios. Muchos usuarios bromearon con que llegarían tarde al trabajo por quedarse jugando con él, o incluso que reservarían un vuelo para conocerlo.

“¿Dónde vives? Estoy reservando mi vuelo”, escribió un usuario. Otro comentó: “Si me encuentro con esto en mi camino al trabajo, seguramente llegaré tarde”.

“Mojo solo necesitaba una oportunidad para confiar”, explicó su dueña. “Y resulta que esa oportunidad era una pelota de tenis y alguien dispuesto a lanzarla”, comentó su mamá humana en sus redes sociales.

Mojo y su hermana Lilly juegan con sus vecinos habitualmente gracias al balde de pelotas. —(TikTok, /@annicummings)

La timidez o el nerviosismo en perros, especialmente frente a personas desconocidas, puede tener múltiples causas. Según Experto Animal, estas conductas suelen estar relacionadas con experiencias negativas tempranas, falta de socialización durante las etapas clave del desarrollo, o incluso predisposición genética.

Cuando un perro no se expuso de manera gradual y positiva a distintos estímulos —como ruidos urbanos, personas, otros animales o superficies— durante su etapa de socialización (entre las tres y doce semanas de vida), es más probable que muestre reacciones de miedo o ansiedad en situaciones nuevas, según explica en un video el entrenador de perros César Millán. Estos canes pueden volverse especialmente reactivos en contextos urbanos, donde los estímulos son constantes e impredecibles.

También es posible que un perro desarrolle miedo a las personas si ha sufrido maltrato, negligencia o abandono. En esos casos, los ladridos, gruñidos o intentos de huida no deben interpretarse como señales de agresividad, sino como mecanismos de defensa.

“El miedo y la ansiedad no son lo mismo, pero ambos pueden derivar en comportamientos indeseados si no se abordan adecuadamente”, señala la veterinaria clínica y especialista en etología, Lisa Radosta, en un artículo de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA). “El juego, los refuerzos positivos y la paciencia suelen ser herramientas eficaces para ganar su confianza”. En casos más complejos, los expertos recomiendan acompañar las estrategias de modificación de conducta con terapia conductual guiada por un profesional o incluso tratamiento farmacológico temporal, dependiendo del nivel de ansiedad del animal.