
Investigadores en Hawái confirmaron que tres delfines hallados muertos en las costas de Oʻahu estaban infectados con Brucella ceti, una bacteria que puede transmitirse a humanos mediante contacto físico con animales infectados. La Universidad de Hawái informó que se trató de delfines listados (Stenella coeruleoalba) encontrados entre el 7 y el 10 de junio en playas de Waimānalo y Waiāhole.
El hallazgo fue realizado por el Health and Stranding Lab de la Universidad de Hawái en Mānoa, institución que mantiene un acuerdo de colaboración con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) para la respuesta a varamientos de mamíferos marinos. Los animales presentaban infecciones sistémicas severas en pulmones y cerebro, además de coinfecciones con virus como el morbillivirus y el herpesvirus, según detalló la investigadora Kristi West, directora del laboratorio y profesora asociada del College of Tropical Agriculture and Human Resilience (CTAHR).
Los científicos sospechan que los casos podrían estar vinculados a una cepa emergente de la bacteria en los cetáceos del archipiélago, aunque los análisis moleculares aún están en curso. Según el comunicado oficial difundido por la Universidad de Hawái, la secuenciación genética preliminar sugiere que se trata de un linaje distinto a los previamente registrados en el Pacífico Norte.
La bacteria Brucella ceti pertenece al grupo de patógenos del género Brucella, responsables de enfermedades zoonóticas en diversas especies de mamíferos terrestres y marinos. En el caso de los delfines, puede causar meningoencefalitis, neumonía, abortos espontáneos y septicemia, según registros del Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA).
En los tres ejemplares analizados en Oʻahu se identificaron signos compatibles con infección bacteriana sistémica. Las muestras fueron remitidas a laboratorios federales para confirmar el serotipo, estudiar su resistencia antimicrobiana y evaluar si existen factores de virulencia no documentados anteriormente, de acuerdo con el informe técnico difundido por la Universidad de Hawái.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH) ha clasificado a Brucella ceti como un agente de preocupación emergente para poblaciones marinas, debido a su capacidad de transmisión cruzada entre animales y la posibilidad de afectar a humanos en ciertas condiciones de exposición.

Sí. Aunque los casos en humanos son poco frecuentes, Brucella ceti puede infectar a personas que tienen contacto directo con mamíferos marinos contaminados. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el contagio puede ocurrir a través de heridas abiertas, mucosas o mediante inhalación de aerosoles al manipular tejidos infectados, como ocurre en rescates, necropsias o actividades de pesca.
Los síntomas en humanos incluyen fiebre persistente, artritis crónica, alteraciones neurológicas, fatiga extrema y, en algunos casos, daño orgánico. Esta bacteria no se transmite por el aire entre personas, pero representa un riesgo ocupacional para biólogos marinos, veterinarios y trabajadores que manipulan cetáceos sin protección adecuada, según estudios publicados en Emerging Infectious Diseases, revista científica editada por el CDC.
Por ello, la Universidad de Hawái y la NOAA instaron a la población a no tocar animales varados, vivos o muertos, y a reportar su presencia al número de emergencias de fauna marina: 1-888-256-9840. Esta recomendación se alinea con los protocolos establecidos por la Red de Respuesta a Varamientos de Mamíferos Marinos de Hawái (HMRN), en coordinación con NOAA Fisheries.
Los tres delfines infectados fueron localizados en distintos puntos del litoral oriental y nororiental de Oʻahu. Dos ejemplares aparecieron los días 7 y 8 de junio en la zona de Waimānalo, mientras que el tercero fue encontrado el 10 de junio en Waiāhole. Ambos lugares están dentro de áreas donde se realizan actividades turísticas y recreativas.
Los cuerpos fueron trasladados al campus de la Universidad de Hawái para su análisis postmortem. El laboratorio detectó infecciones mixtas con virus comunes en mamíferos marinos del Pacífico, además de la presencia de Brucella ceti, identificada mediante pruebas de PCR y cultivos bacterianos, según indicó el equipo dirigido por Kristi West.
Los resultados fueron reportados al Sistema Nacional de Vigilancia de Enfermedades de Fauna Silvestre (NWDP), coordinado por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), y podrían incorporarse al informe anual de enfermedades emergentes si se registran nuevos casos en las próximas semanas.

La Universidad de Hawái mantiene un monitoreo activo de las costas junto a la NOAA y otras agencias estatales como el Departamento de Tierras y Recursos Naturales de Hawái (DLNR), encargado de la gestión de zonas litorales. El objetivo es detectar nuevos eventos de varamiento y evaluar si existe diseminación activa de la bacteria en otras especies marinas.
También se han reforzado los protocolos de bioseguridad en las instalaciones universitarias que reciben mamíferos marinos para necropsias. Los investigadores utilizan equipos de protección personal y manejan los cadáveres bajo condiciones de contención biosanitaria nivel 3, siguiendo normas del USDA y el CDC.
Hasta la fecha, no se han reportado infecciones humanas relacionadas con estos casos en Hawái. Sin embargo, las autoridades continúan recogiendo datos epidemiológicos y realizando vigilancia activa en el archipiélago, según confirmaron voceros universitarios.