
Una aeronave privada Mitsubishi MU-2B se estrelló el sábado 13 de abril en un campo fangoso cerca de Copake, una localidad rural al noreste del estado de Nueva York, provocando la muerte de los seis ocupantes. El grupo, compuesto por miembros de una misma familia, viajaba desde Westchester County Airport hacia Columbia County Airport para asistir a una celebración de cumpleaños y un Séder de Pésaj, una festividad judía de pascua, según confirmaron las autoridades y familiares a Associated Press (AP).
El piloto, Michael Groff, un neurocirujano con experiencia en vuelo, reportó una aproximación fallida al aeropuerto de destino y solicitó una nueva guía de descenso. Mientras el controlador aéreo preparaba la nueva ruta, emitió tres alertas por baja altitud sin obtener respuesta del piloto, ni señales de emergencia. De acuerdo con la NTSB (National Transportation Safety Board), un video del accidente muestra que el avión se mantuvo intacto antes de precipitarse a gran velocidad contra el terreno, sin ninguna indicación previa de desintegración en el aire.
Entre las víctimas se encontraba Karenna Groff, hija del piloto, reconocida en 2022 como la mujer del año por la NCAA por su trayectoria académica y deportiva en el MIT, donde estudió ingeniería biomédica y fue jugadora de futbol americano. Su pareja, James Santoro, también graduado del MIT, trabajaba en el sector financiero y planeaba proponerle matrimonio este verano. Ambos vivían en Manhattan, donde Groff cursaba medicina en NYU Langone, informó Associated Press.

Además de Karenna y su padre, murieron la Dra. Joy Saini, cirujana pélvica y madre de Karenna; Jared Groff, hermano de Karenna, egresado de Swarthmore College y asistente legal en Nueva York; su pareja Alexia Couyutas Duarte, también egresada de Swarthmore, quien había sido aceptada en Harvard Law School; y James Santoro, quien trabajaba en la firma financiera Silver Point Capital, con sede en Connecticut.
Según The New York Times, Michael Groff y Joy Saini se conocieron durante su formación médica en la Universidad de Pittsburgh y eran figuras respetadas en sus respectivas disciplinas. Saini fundó Boston Pelvic Health and Wellness, mientras que Groff era piloto certificado con experiencia previa en vuelos instrumentales. La familia despegó el sábado alrededor de las 11:30 a. m. desde White Plains. A las 12:00, el avión perdió contacto con los radares cerca de Copake, a unos 16 kilómetros del aeropuerto de destino.
En declaraciones a AP, John Santoro, padre de James, dijo: “Eran una familia maravillosa. El mundo perdió a personas muy valiosas que podrían haber hecho mucho bien si hubieran tenido la oportunidad”. Añadió que los 25 años vividos con su hijo fueron “los mejores de nuestras vidas”.

La aeronave volaba bajo reglas de vuelo por instrumentos (IFR), lo que permite operar en condiciones de baja visibilidad, aunque aún no se ha confirmado si el clima fue un factor determinante. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en el momento del accidente había cielo nublado y ráfagas de viento de hasta 42 km/h. La NTSB explicó que el terreno fangoso complicó las tareas iniciales de rescate y de análisis del sitio.
La investigación incluye a 14 especialistas del organismo federal, apoyados por técnicos de Mitsubishi y Honeywell, fabricante del motor. La zona de impacto abarca más de 90 metros y la aeronave quedó “comprimida, deformada e incrustada en el suelo”, informó Todd Inman, portavoz de la NTSB. El avión había sido vendido un año antes, pero su cabina contaba con tecnología actualizada y cumplía los estándares de la FAA (Administración Federal de Aviación), según las autoridades.
Los registros de vuelo indican que el avión despegó en dirección norte hacia Hudson, luego giró hacia el este antes de desaparecer del radar. Albert Nixon, investigador principal de la NTSB, aseguró que no había razones previas para considerar que la aeronave no era segura para volar.

La tragedia ha sacudido a instituciones académicas y médicas del noreste del país. Jonathan Becker, vicepresidente de Asuntos Académicos en Bard College, confirmó las identidades de las víctimas y destacó: “Los recordaremos como las seis personas brillantes, dinámicas y amorosas que fueron”. Las universidades y centros médicos relacionados con las víctimas han emitido condolencias públicas.
Durante la pandemia, Karenna Groff fue cofundadora de openPPE, una iniciativa para desarrollar nuevos diseños de mascarillas para trabajadores esenciales. Recibió múltiples distinciones, incluyendo el premio de la NCAA, en reconocimiento a su compromiso académico y comunitario. “Este reconocimiento es un testimonio de mi familia del fútbol femenino del MIT y de todo el apoyo que me han brindado”, dijo entonces en una entrevista.
Los restos del avión permanecerán bajo custodia federal en la zona de Copake durante al menos una semana más, mientras continúan los trabajos periciales. Según la NTSB, el informe definitivo podría tardar entre 12 y 24 meses en completarse. Mientras tanto, se realizan los preparativos funerarios para los seis fallecidos.