El concierto de Katy Perry en Detroit, parte de su Lifetimes Tour, experimentó un incidente inesperado durante la noche del domingo cuando una fan elegida para subir al escenario se desmayó en pleno show.
El episodio ocurrió en el Little Caesars Arena, donde unas 13.000 personas presenciaban el espectáculo de la artista estadounidense.
Durante una sección denominada “Choose Your Own Adventure”, Perry mantiene una tradición de invitar a varios seguidores a acompañarla en el escenario para interpretar la canción “The One That Got Away”.
En esta ocasión, la cantante identificó en las gradas a McKenna, quien vestía una falda azul con lentejuelas, y la invitó junto a una amiga a descender desde la parte más alta del recinto hasta la primera fila.
Después de un breve saludo y un abrazo, la joven, visiblemente emocionada, se descompensó y se desplomó segundos antes de que comenzara el tema musical.

La situación llamó rápidamente la atención tanto de la artista como del público, que empezó a corear el nombre de la joven.
Katy Perry se arrodilló junto a McKenna a la espera de la asistencia del personal médico y de su propio equipo. Minutos después, ella fue retirada del escenario mientras recibía atención.
Frente a la audiencia, la cantante ofreció una oración por la fan afectada junto a los otros tres jóvenes que permanecían en escena.
“Querido Dios, rezamos por McKenna, para que regrese plenamente y más brillante y mejor que nunca. Amén”, se le escuchó decir.
Seguidamente, Perry comentó sobre la presión que puede suponer para algunos seguidores un momento tan esperado: “Es mucho. A veces eres tan valiente y puedes subir al escenario, y resulta abrumador. Entiendo esa sensación”.
Tras el incidente, completó la interpretación de “The One That Got Away” acompañada de los tres fanáticos restantes y los despidió con un abrazo grupal.
Posteriormente, retomó la comunicación con el público para informar sobre el estado de salud de McKenna.
Durante la actuación de “Roar”, mientras surcaba el recinto sobre una mariposa gigante, Katy Perry comunicó: “McKenna está bien, por cierto”, confirmación que también fue refrendada desde el equipo de producción del evento.
El gesto de la cantante fue celebrado en redes sociales por los llamados “Katycats”, comunidad de seguidores que deseó pronta recuperación a McKenna.
La rápida reacción del equipo médico, sumada al mensaje tranquilizador de la propia Perry, permitió que el espectáculo continuara y que el público recibiese información directa sobre la joven.
El episodio de Detroit no es el único sobresalto reciente en la gira. En una presentación anterior en San Francisco, durante la interpretación de “Roar”, la estrella pop protagonizó su propio momento de tensión cuando una mariposa mecánica sobre la que se desplazaba cayó varios metros.
Aunque logró estabilizarse y seguir el espectáculo, el incidente puso en evidencia los riesgos inherentes a los grandes montajes escénicos.
Previo al inicio de esta gira, Katy Perry expresó a Rolling Stone el compromiso que siente con sus seguidores y el diverso público que asiste a sus conciertos.
“Siempre recuerdo que la audiencia es un híbrido de diferentes tipos de personas. Son fans número uno, pero también hay voyeurs. Hay quienes me conocen solo por una canción, y quienes conocen ‘Simple’. Es un gran mosaico”, declaró.
En ese sentido, destacó su deseo de crear momentos de comunión durante sus recitales:
“Tengo la responsabilidad de darle al público ese momento de cantar juntos, de crear ese instante y evocar la nostalgia. Pero también, como artista, tengo la responsabilidad de permanecer fiel a mi arte”.
El concierto en Detroit fue la decimotercera fecha de la más reciente etapa norteamericana del Lifetimes Tour, que tuvo su inicio a finales de abril en Ciudad de México.
La gira tiene previstas próximas fechas en Toronto, el 5 y 6 de agosto, y continuará hasta el 7 de diciembre en Abu Dabi.