
Una instructora de surf de 24 años se encuentra en recuperación luego de sufrir la amputación traumática de su brazo tras ser golpeada por un tren en la ciudad de Ventura, California. El incidente ocurrió el lunes 7 de julio, alrededor de las 17:30 horas, cuando Elieah Boyd intentaba cruzar las vías del tren con una bicicleta eléctrica de aproximadamente 80 libras (36 kilos).
El impacto, que tuvo lugar al este de Seaward Avenue, se produjo en cuestión de segundos. Boyd relató que no escuchó ninguna señal sonora del tren antes del impacto. Según declaró a KTLA, “no hubo bocina que escuchara, y de repente estaba ahí. Fueron como tres segundos desde que vi el tren hasta que pasó”. La bicicleta fue apenas tocada por la locomotora, pero el golpe bastó para que le arrancara por completo el brazo a la joven.
“Recuerdo haber agarrado mi brazo y mirar hacia abajo, y ya no estaba. Me dije a mí misma: ‘no hay manera de que esto haya pasado, no hay forma de que esto sea real’”, expresó Boyd en entrevista con KTLA. Las autoridades locales recibieron una llamada de emergencia alertando sobre una persona arrollada por un tren y un testigo que indicó que la víctima parecía haber perdido el brazo como resultado del impacto.
En el momento del accidente, Boyd no se encontraba sola. Caminaba junto a un bombero retirado que presenció el hecho y fue quien alertó inmediatamente a los primeros respondientes sobre la ubicación del brazo amputado. Según reportaron las autoridades, la extremidad fue localizada a corta distancia del punto del accidente.
La policía confirmó que la víctima fue trasladada en condición estable pocas horas después de lo ocurrido. El traslado se realizó vía aérea hasta el UC Irvine Medical Center, un hospital equipado para atender cirugías de alta complejidad. La prioridad fue intentar la reimplantación del brazo, una operación que comenzó poco después de su ingreso.
En el hospital, los cirujanos realizaron una operación de reimplantación que duró diez horas. Luego de este procedimiento inicial, Boyd fue sometida a tres cirugías adicionales con el objetivo de recuperar sensibilidad en el miembro. La joven describió que comienza a experimentar ciertos indicios de que el brazo responde: “Son como descargas de energía, eso es lo que siento”, explicó a KTLA.

Aunque la evolución médica ha sido lenta, los médicos han manifestado expectativas positivas. Boyd, por su parte, ha dicho que internamente percibe que el brazo “está sanando”. El proceso completo de rehabilitación aún no tiene una fecha definida, pero ya se vislumbran señales de regeneración neurológica.
A pesar de la magnitud del accidente, Boyd ha mantenido una actitud positiva durante su estancia hospitalaria. Según declaró, uno de los principales motores de su esperanza es la idea de volver a estar en el agua. “Tan pronto como pueda tocar el agua, me encantaría estar sobre una tabla de surf. Daría lo que fuera por estar en el mar. Esa es mi salvación”, afirmó.
Desde su cama en el hospital, la joven repite constantemente que lo único que sueña es con regresar a su rutina diaria en el océano. El surf no es solo una actividad recreativa para Boyd, sino una fuente de bienestar emocional y una parte esencial de su identidad.
Tras el accidente, familiares y amigos organizaron una campaña en la plataforma GoFundMe con el fin de recaudar fondos para cubrir los elevados costos médicos derivados de las múltiples cirugías y el tratamiento prolongado que requiere. Hasta el momento, la campaña ha recolectado cerca de 49.000 dólares, con una meta establecida en 65.000.
La respuesta comunitaria ha sido constante desde que se difundió la noticia del accidente. A través de mensajes de apoyo y contribuciones económicas, numerosas personas se han sumado a la causa, motivadas por la determinación y el testimonio público de Elieah Boyd.