
La actividad fabril en Estados Unidos experimentó una contracción en mayo por tercer mes consecutivo, influida significativamente por la incertidumbre derivada del incremento de los aranceles, según informó Bloomberg. Este escenario ha traído consigo un desplome en el índice de importaciones, situándose en su nivel más bajo desde hace 16 años.
El Índice del Instituto de Gestión de Suministros (ISM) reveló una disminución de 0,2 puntos, alcanzando un valor de 48,5 en el último mes. Este valor por debajo de 50 indica claramente una contracción en el sector manufacturero.
Este declive se produce en un contexto donde los índices vinculados con el comercio reflejan las consecuencias de las políticas arancelarias fluctuantes. El índice de importaciones del ISM sufrió una de las caídas más bruscas registradas, llegando a 39,9 puntos, mientras que el indicador de exportaciones también registra cifras bajas no vistas en cinco años. Este comportamiento podría ser consecuencia de las medidas arancelarias de represalia implementadas por otros países hacia los productos estadounidenses.
La prolongación en los plazos de entrega también se ha observado, pues el índice de entregas de proveedores del ISM subió a su valor más alto desde junio de 2022. Esta tendencia se suma a la reducción consecutiva de pedidos por cuatro meses, junto a una cartera de pedidos que disminuye al ritmo más lento desde septiembre de 2022.

En otro informe, US manufacturers advirtieron sobre el impacto negativo que la guerra comercial promovida por el presidente Donald Trump está teniendo sobre la producción. De acuerdo con la encuesta del ISM, esta política ha generado tres meses consecutivos de declive en el rendimiento manufacturero.
La postura del presidente Trump, al anunciar un aumento al 50% de los aranceles sobre el acero, ha exacerbado las preocupaciones sobre las posibles repercusiones económicas. El dólar mostró debilidad frente a divisas como la libra esterlina, cercana a un mínimo de tres años, tras hacerse públicas estas cifras. Estos eventos reflejan un ambiente de creciente tensión e incertidumbre comercial, que ha impactado no solo la producción estadounidense, sino también el panorama económico global.
Mientras tanto, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, reafirmó que Estados Unidos no caerá en impago, frente a las preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera de los planes de recorte de impuestos incluidos en el presupuesto del gobierno. A su vez, persisten las críticas sobre el efecto de estas políticas en los mercados de bonos, que algunos temen podrían colapsar bajo la presión de la deuda gubernamental.
(Con información de Bloomberg)