
«El minuto en que conoció a Yoko, pasó de ser John a ser Lennon». Con esta observación, Martin Lewis desmonta décadas de especulación sobre la influencia de Yoko Ono en la separación de The Beatles. El historiador, que ha colaborado tanto con Ono como con Paul McCartney, sostiene que la narrativa que responsabiliza a la artista japonesa de la ruptura del cuarteto carece de fundamento real. Según Lewis, la reciente serie Get Back de Apple TV ofrece pruebas visuales de que la presencia de Yoko en el estudio no generó la tensión entre John Lennon y sus compañeros que muchos han dado por sentada. Así, la noticia principal emerge: la figura de Yoko Ono, durante años señalada como la causa de la disolución de la banda, queda exonerada por el análisis de nuevas evidencias y testimonios.
Lewis, al analizar las imágenes de Get Back, destaca que aunque la presencia de Yoko en las sesiones de grabación del álbum Let it Be en 1969 resultaba inusual —las parejas rara vez asistían al estudio—, la dinámica entre los músicos no se vio alterada por ello. «Están en el estudio. Yoko está allí, lo cual era inusual. No solían tener esposas o novias en el estudio. ¿Con quién se relaciona John durante las ocho horas? Mira a Yoko de vez en cuando. Sus ojos están en Paul. Está con su amigo de los últimos 13 años. Todo gira en torno a John y Paul», afirma Lewis.

El historiador subraya que, lejos de distanciarse, Lennon y McCartney compartían momentos de complicidad, componían juntos y se divertían, mientras John mantenía una actitud cortés hacia Yoko. «Ella no rompió a los Beatles. John y Paul llevaban juntos desde julio de 1957, cuando tenían 17 y 16 años respectivamente. Ya rozaban los 30. Es mucho tiempo. Así que se estaban distanciando. Ella no es la villana», sentencia Lewis.
La percepción pública de Yoko Ono, según Lewis, también estuvo marcada por el racismo. Durante la presentación de la película Midas Man en el LA Jewish Film Festival, el historiador señaló: «Mucho de esto fue racista porque John estaba dejando a su esposa inglesa y yéndose con una mujer japonesa y asiática». Lewis añade que la prensa británica transformó la identidad de Lennon tras su relación con Ono: «Hasta Yoko, era John. El minuto en que conoció a Yoko, pasó a ser Lennon».

En contraste, Paul McCartney declaró en 2023 que la presencia de Yoko en el estudio sí generó incomodidad entre los miembros de la banda. «No creo que a ninguno de nosotros nos gustara especialmente. Era una interferencia en el lugar de trabajo», expresó McCartney, aludiendo a la tensión que algunos percibieron durante las grabaciones.
A sus 92 años, Yoko Ono no planea escribir memorias para contrarrestar la imagen negativa que la ha acompañado durante décadas. El libro Yoko, de David Sheff, describe cómo la artista pasa sus días «escuchando el viento» en una finca de 242 hectáreas (600 acres) en el estado de Nueva York, adquirida junto a Lennon. Su hija, Kyoko Cox, de 61 años, afirma: «Ella creía que podía cambiar el mundo, y lo hizo. Ahora puede estar en silencio, escuchar el viento y mirar el cielo. Es muy feliz, en un lugar feliz. Esto es auténtica paz».

El hijo de Yoko y John, Sean Lennon, de 49 años, quien actualmente gestiona los intereses familiares en el legado de The Beatles, elogia la resiliencia de su madre: «Tenía esta capacidad de superar las dificultades con pensamiento positivo. Realmente quería enseñar eso al mundo. Se lo enseñó a mi padre. No va a detener un tren en marcha ni una bala. Pero creo que hay algo profundo en ello».
La historia de Yoko y John comenzó en noviembre de 1966 en la Indica Gallery de Londres. Tres años después, contrajeron matrimonio en Gibraltar. The Beatles se disolvieron en 1970. John Lennon fue asesinado en la puerta de su casa en Nueva York en diciembre de 1980.