Arsenal sorprendió al FC Barcelona para ganar la Champions Femenil

El Arsenal es campeón de la Champions League Femenil tras vencer 1-0 al Barcelona contra toda lógica, pero con merecimiento.

Sin dominar pero aprovechando el momento. Sabiendo qué hacer siempre, de principio a fin, hundiendo a un Barcelona desconocido, cuyo dominio fue estéril y que se cayó con todo a la que Stina Blackstenius, a los 75 minutos, anotó el 1-0 que bastó para sentenciar la final.

Si no habría que tener en cuenta (un accidente) la derrota del estreno continental en Manchester, las que sufrió el Barcelona en Liga F contra Levante y Real Madrid enseñaron la otra cara de un equipo monumental, pero que se muestra incómodo y presionado en cuanto las cosas no le salen en el campo.

Cuando el rival sabe atar en corto a Aitana Bonmatí y no llegan balones con la habitual frescura al área contraria las jugadoras de Pere Romeu parecen sufrir un cortocircuito. Normalmente aparece ese momento determinado en que la calidad individual o mejor preparación física desnivela el marcador a favor del Barça… Pero siempre hay excepciones.

Y si aquellas excepciones que terminaron en derrota con Levante y Real Madrid no fueron determinantes, ni definitivas y mucho menos decisivas, la de Lisboa sí lo fue en toda su extensión.

Un solo gol fue la diferencia

El Arsenal ya avisó en la primera mitad, con un autogol de Irene Paredes que acabó siendo anulado a través del VAR por fuera de juego, pero que ya evidenció que la final no era, ni mucho menos, lo que se esperaba. El balón era más azulgrana, desde luego, pero el orden defensivo de las jugadoras gunners evitaban cualquier tipo de peligro para su portera.

Y pasando los minutos aumentaba el dominio del Barça… Y los nervios de sus jugadoras, incapaces de hacerse ver con claridad hasta que Claudia Pina, en un remate que rebotó en una defensa, estrelló un balón en el larguero y pareció que a partir de esa ocasión la lógica futbolística aparecería.

No fue así, aumentó la tensión, subieron los nervios, empezó a creer en la posibilidad de marcar un gol el Arsenal y a su tercer remate entre palos, tras dos rechaces de Cata Coll, llegó la diana a la postre definitiva de Blackstenius, a partir de la que el Barça perdió cualquier síntoma de seriedad futbolística.

Y así acabó. Perdiendo el Barça la ocasión de igualar las cuatro Champions del Eintracht y su tercer título consecutivo, perdiendo la oportunidad de cerrar la segunda temporada con el poker de títulos y llorando una derrota tan inesperada como deprimente.

Y el Arsenal, 18 años después, sumó un éxito en el que apenas nadie podía creer antes de empezar la final.

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